Una multitud siguió la procesión en barcos con la que se celebra a la patrona de los marineros hasta su llegada a San Pedro: «La gente lo echaba de menos»
Una multitud de personas, marineros y embarcaciones se sumaron a la procesión con la que ayer Gijón volvió a celebrar a la Virgen del Carmen, una tradición fuertemente arraigada a los pueblos y localidades marineros que la ciudad llevaba 50 años sin repetir. A las cinco de la tarde comenzó la procesión que desde unos años la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen estuvo tratando de recuperar. Los cofrades partieron con la imagen de la Virgen desde la iglesia de San José hasta los Jardines de la Reina, hasta que al llegar a la rampa del muelle frente a la estatua de Pelayo, todo estaría listo para embarcar y comenzar la procesión marinera.
La celebración congregó en el agua a distintas entidades de carácter marinero en la ciudad, como Cruz Roja, la Patrullera de la Guardia Civil y la Comandancia de Marina, además del Real Club Astur de Regatas y otra multitud de embarcaciones. Una hora más tarde, la patrona de los marineros y protectora de los navegantes tocó tierra de nuevo para llegar a la iglesia de San Pedro, desde donde culminó la celebración con la recepción oficial por parte de la Alcaldesa y otros miembros de la Corporación y una misa solemne.
Tal y como destacó el Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen de Gijón, Álvaro Fernández, el homenaje a la virgen cumplió con el objetivo de «volver a los orígenes» de una celebración «de mucha raigambre» en Gijón y que «se había perdido desde los años 70». «La gente lo echaba de menos».