La Asociación de Mujeres Artesanas exponen estos días sus creaciones en FIDMA, y lo hacen reivindicando una profesión no siempre reconocida

La FIDMA de este año vuelve a demostrar que en el recinto ferial Luis Adaro hay espacio para todos. Y es que junto a clásicos de otros años, como la gran oferta gastronómica o las exposiciones de coches, colchones o productos de limpieza, este año la Feria también cuenta con un espacio propio para las mujeres artesanas. Y lo hace de la mano de la Fundación Caja Rural de Asturias, precursora del mercadillo que la Asociación de Mujeres Artesanas tiene instalado estos días en el Museo del Pueblo de Asturias.
“En este oficio hay que luchar todos los días para que que se nos vea y para que se valore nuestro trabajo”, cuenta Mónica González, vicepresidenta de la agrupación y artesana tras ‘El Taller de la Marquesa’. Instalada junto a sus compañeras en FIDMA, reivindica una profesión en ocasiones infravalorada, y que no siempre ha contado con el reconocimiento que ahora buscan. Fue precisamente por esta razón por la que Pilar ‘Mapi’ Sánchez creó, hace casi una década, la Asociación. “El de la artesanía es un mundo machista. Mapi vio que el trabajo de las mujeres artesanas no estaba valorado y quiso darnos visibilidad”. explica González. Casi diez años después, esta plataforma ha servido a sus integrantes no solo para ganar esa exposición necesaria para lograr la venta, sino también para tender lazos y sinergias que, de otra forma, no hubieran podido lograr.
Además, con sus creaciones buscan también darle vida a una parte de la Feria, la del Museo del Pueblo, que en otras ocasiones había pasado más desapercibida. Un cometido que llevarán a cabo hasta el próximo 18 de agosto, último día de un evento al que animan a visitar a todos los asturianos.