«Las celebraciones se extendieron a toda la ciudad y el éxito rojiblanco fue vivido como algo propio por todos, no sólo por los dos mil quinientos socios que en ese momento tenía la entidad»
El Sporting, que ya había conseguido el ascenso al derrotar por cinco goles a uno al Valladolid la semana anterior, consigue proclamarse campeón de Segunda División en Jerez de la Frontera el 2 de abril al empatar a ceros. Es a la vuelta de ese viaje cuando se realizan las celebraciones por el ascenso. Las celebraciones se extendieron a toda la ciudad y el éxito rojiblanco fue vivido como algo propio por todos, no sólo por los dos mil quinientos socios que en ese momento tenía la entidad. A las dos menos cuarto del día 5 de abril, llega el equipo en tren a la estación de Gijón en donde son recogidos por un autobús que los traslada a Veriña, al famoso merendero y restaurante Veriña Park, propiedad de la muy famosa cocinera de la época Nemesia Muñiz. Allí tiene lugar una comida exclusivamente para jugadores, cuerpo técnico y directivos. Al término de la comida, actúan José González ‘el Presi’ y la Orquestina Gijonesa.
A las siete y cinco de la tarde salen de Veriña en un autobús descapotable engalanado con los colores rojiblancos, siendo aclamados por miles de sportinguistas. En la plaza de los Mártires son recibidos por el alcalde de Gijón, Mario de la Torre, y otras autoridades. También hay representación en la plaza de las tres peñas que había entonces del Sporting: la Peña de El Entrego, la de Grado y la del Bar Imperial. Al día siguiente, la Peña Bar Imperial organiza una fiesta en la sala de baile Parque Japonés que empieza a las siete de la tarde y dura hasta la madrugada. En la fiesta el club entregó una medalla conmemorativa a cada miembro de la plantilla. Allí se dieron cita medio millar de sportinguistas, además de la plantilla al completo, el preparador físico Carlos Blond, el masajista Emilio Prendes ‘Moyano’ y los directivos.
A la semana siguiente, el 9 de abril, se disputa la última jornada de Liga que se convierte en un partido de homenaje. El rival fue el Betis y el Sporting venció uno a cero. Antes del encuentro, se hizo entrega de una medalla conmemorativa a los exjugadores del Sporting. Al descanso, hay una ofrenda floral de ambos equipos en memoria de Fernando Villaverde. Una vez acabado el partido, se organizó una marcha hasta el Ayuntamiento. La encabezó la Banda de Música de Gijón que, para ese día, interpretó el pasodoble ‘Alirón, ra, ra, ra’ compuesto por el maestro Amalio López, director de la banda.
No era la primera vez que la banda de la ciudad le dedicaba una pieza al Sporting, En el año 1916 se estrenó un pasodoble titulado ‘Campeón’, composición del entonces director de la Banda de Música de Gijón, Federico Coto, y que estaba dedicado a los triunfos y épica del principal club local, el Sporting. Tras la citada banda, iban los miembros de las peñas con sus pancartas y banderas e inmediatamente detrás, los aficionados en general, que precedían a los autobuses descapotados de Sporting y Betis.
En la plaza del Ayuntamiento, fueron recibidos por el alcalde y el presidente del Sporting, Secundino Felgueroso, desde el balcón del Ayuntamiento, dirigió unas palabras de agradecimiento al numeroso público que se congregaba. A la semana siguiente, el día 16, se celebra el homenaje que organiza la peña sportinguista de El Entrego. Para ello la peña facilita el traslado de toda la plantilla, cuerpo técnico (incluido el primer preparador físico en la historia del club, Carlos Blond) y directivos, desde Gijón hasta su localidad, engalanada también para la ocasión con banderas rojiblancas y carteles en las paredes que rezaban “Ayer, hoy, mañana y siempre Sporting”.
Allí, fueron recibidos en el Ayuntamiento por el alcalde que les ofertó un cóctel para posteriormente juntarse en un conocido restaurante para comer, en el que se contó con la presencia de más de ciento cincuenta personas. Vinieron sportinguistas de otras localidades como Ciaño o Sotrondio. Al término de la comida, se declamó el poema “Oda al escudo”, que el escritor y periodista José León Delestal escribió en honor del ascenso del Sporting. Los jugadores recibieron varios presentes como los pergaminos conmemorativos del ascenso entregados por Antonio Castañón, sportinguista de Ciaño.