«Es posible que Ana González decida estar sólo un mandato, cambiar de vida y abandonar la senda del municipalismo en Gijón»
Gijón optará a financiar proyectos de corte ecológico por valor de unos 200 millones de euros procedentes de los fondos europeos Next Generation. Habrá que ver en qué queda todo esto, porque el gobierno municipal los tendrá que solicitar a las diferentes consejerías del Principado, en algunos casos, y en otros a los ministerios del Gobierno de Pedro Sánchez, después de presentar sus propuestas y competir con otros municipios. Quiere decirse que la rueda de prensa de ayer podría ser un brindis al sol para producir hidrógeno, para «verdificar» la ciudad, para soterrar la gestión de residuos, crear corredores verdes por la ciudad, digitalizar la gestión de la luz, rehabilitar viviendas, crear ecomanzanas, y así en este plan.
Decía Carl Smith, tan sabio como nazi, que los estados de excepción son a la política lo que los milagros a la teología. Se presenta, pues, un proyecto político para la ciudad, el primero en Gijón que nace a partir de un estado de alarma que ha paralizado la economía del país durante más de un año y que, efectivamente, ha convertido cualquier iniciativa política, entre el ruido y la furia, en un verdadero milagro.
La magnitud y la ambición con la que Ana González iba explicándonos durante su conferencia de ayer la ciudad del mañana, era proporcional a las dudas que convocaba y abría, al mismo tiempo, un interrogante que debería cerrar más pronto que tarde. Si la ejecución de todas esas obras están previstas hasta el 2026, es necesario saber si ella continuará en el próximo mandato como alcaldable para garantizar la ejecución.
Pero la alcaldesa no dijo ni que sí ni que no. Como el viejo jurista Jean Monnet, fundador de la UE, vino a decir que las personas pasan, pero las instituciones permanecen. Así que a la prensa reunida en el salón de actos del Consistorio le respondió que las personas, afortunadamente, cambian de vida. «Los proyectos de las ciudades son mayores en el tiempo que las personas. Si los proyectos tienen la misma duración que un mandato, menudo chiste». Por lo tanto, es posible que Ana González decida estar sólo un mandato, cambiar de vida y abandonar la senda del municipalismo en Gijón. A la vista de una propuesta política tan sugerente como la que presentó ayer, poco o nada habría que añadir a esa respuesta que se proclamó como un principio.
La particularidad de los principios o de los axiomas es que se aplican para cualquier circunstancia. Ahora, querido y desocupado lector, le pido que imagine la misma respuesta con otra pregunta. ¿Piensa usted continuar otro mandato, en 2026, garantizando su ejecución o se irá dejándonos empantanados con el nuevo Plan de Vías? A continuación, volvamos a leer la misma respuesta, el mismo principio, el mismo axioma: «Los proyectos de las ciudades son mayores en el tiempo que las personas. Si los proyectos tienen la misma duración que un mandato, menudo chiste» Pues eso, ni puta gracia.