El escrito, dirigido a la consejera de Educación, Lydia Espina, en la que expresan su «decepción y tristeza» tras conocer que el nuevo centro no incluirá una piscina terapéutica, una demanda que vienen realizando desde finales de 2023

El ‘no’ de la Consejería a la construcción de la piscina en el nuevo centro de Montecerrao, que sustituirá al colegio de Latores, no hará parar a las familias en su lucha, y así lo han dejado claro por medio de un comunicado difundido este viernes. El escrito, dirigido a la consejera de Educación, Lydia Espina, en la que expresan su «decepción y tristeza» tras conocer que el nuevo centro no incluirá una piscina terapéutica, una demanda que vienen realizando desde finales de 2023. Las familias lamentan que «se desprecien los argumentos sólidos que avalan nuestras peticiones, así como las casi 16.000 firmas de apoyo que hemos presentado esta semana» y recuerdan que el actual centro cuenta con una piscina que los alumnos utilizan cinco horas al día «con fines terapéuticos». Por ello, consideran que su supresión «puede suponer un retroceso en los servicios», vulnerando «el derecho a una educación inclusiva y de calidad» recogido en la legislación nacional y en tratados internacionales ratificados por España.
Desde la Consejería de Educación se ha defendido que el nuevo edificio incluirá un tanque terapéutico de Hubbard como alternativa. Sin embargo, las familias argumentan que «no estamos pidiendo lujos, ni necesitamos cinco hojas verdes, ni el máximo sello de sostenibilidad, necesitamos que escuchen las necesidades reales». Recuerdan que las actividades acuáticas en piscina aportan a los alumnos «beneficios terapéuticos, coordinación motora, integración sensorial, regulación emocional y socialización, entre otros» y citan que, mientras los colegios ordinarios cuentan con laboratorios o salas de informática adaptados a sus alumnos, en su caso, las necesidades son distintas: «Nuestros hijos no requieren de esos equipamientos porque sus capacidades no les permiten aprovecharlos».
Cuestionan así la postura de la Consejería al afirmar que «se evidencia una total falta de sensibilidad, a la vez que desconocimiento, por parte de la Consejera, al no entender que un colegio para alumnos con necesidades educativas especiales requiere servicios adaptados a su condición». En un tono crítico, preguntan: «¿No entiende esto, Consejera? ¿No cree que sería adecuada y necesaria una colaboración entre diferentes áreas del Gobierno (educación, salud o bienestar social) y establecer sinergias? ¿O más bien considera una injerencia que médicos especializados manifiesten una opinión profesional si esta no le conviene?».
En el texto, las familias también señalan su descontento con el proceso de diálogo: «Lamentamos que rechacen el diálogo y la objetividad, no dejándonos otro camino que la protesta social». Por lo que han convocado una concentración de protesta para el miércoles 30 de abril a las 12:00 horas frente a la Junta General del Principado: «Queremos decirles que no vamos a dejar de defender los intereses de nuestros hijos».
La polémica surge después de que la Consejería confirmara públicamente esta semana que el nuevo centro no contará con piscina. Según Lydia Espina, “la Consejería de Educación no construye piscinas y jamás lo ha hecho”, recordando que la actual piscina del colegio de Latores «no fue promovida ni construida» por el Principado. La titular de Educación ha reiterado que su responsabilidad es «garantizar que se construyan en Asturias equipamientos que aseguren la calidad educativa», asegurando que el nuevo centro «lo será». Pese a ello, desde la Asociación de Madres y Padres (AMPA) del colegio consideran que esta decisión representa un «error» que debe corregirse. Señalan que han presentado informes médicos «de las áreas de Pediatría, Neuropediatría y Rehabilitación del sistema público de salud» que avalan la necesidad de mantener la piscina para el alumnado con necesidades educativas especiales.