La primera de las etapas será el 1 de septiembre, partirá de Infiesto y recorrerá 142 kilómetros, mientras que la segunda, de 181, se disputará el 3, con Luanco estrenándose como inicio, y ascensiones al Fitu y a Collada Llomena
Asturias volverá a jugar un papel clave en la Vuelta Ciclista a España del año que viene. Tal como la viceconsejera de Turismo, Lara Martínez, y la directora general de Actividad Física y Deporte, Manuela Fernández, anunciaban este mismo martes, la región contará con las que prometen ser dos de las etapas más espectaculares de la competición: las subidas al Cuitu Negro, fechada para el 1 de septiembre, y a los lagos de Covadonga, que tendrá lugar el 3. Todo un reclamo deportivo que, a mayores, se espera que ofrezca una repercusión turística nada despreciable.
Según detallaron ayer Martínez y Fernández, la Vuelta llegará al Principado el 31 de agosto de 2024 cuando, en el transcurso de la 14ª etapa, con salida en Villafranca del Bierzo y llegada a Villablino, los corredores se adentren en los concejos de Degaña y Cangas del Narcea, con ascensos a los puertos de Zarréu, de tercera categoría, y Leitariegos, de primera. En la siguiente jornada la ronda partirá de Infiesto, y recorrerá 142 kilómetros hasta terminar con la ascensión de categoría especial al Cuitu Negru, el techo de la estación de esquí Valgrande-Pajares, a 1.842 metros de altitud. Previamente, el pelotón deberá superar en dos ocasiones el alto de la Colladiella, de primera categoría, y el de San Emiliano, de tercera. Tras un día de descanso en tierras asturianas, la tercera etapa que discurrirá por la región saldrá de Luanco, que también debuta como punto de partida en la ronda. En ese caso, los ciclistas tendrán que encarar 181 kilómetros, incluidas las subidas al Fitu y a Collada Llomena, de primera categoría, para concluir en los lagos de Covadonga, uno de los puertos más emblemáticos del ciclismo, de categoría especial.
En su intervención, Lara Martínez aprovechó para destacar el carácter turístico del recorrido, «que volverá a aprovechar el escaparate de La Vuelta para mostrarle al público nuestros paisajes de mar y montaña, y las posibilidades que esta orografía de contrastes ofrece a ciclistas y aficionados al ciclismo». Unas condiciones que marcan también la exigencia deportiva de las etapas asturianas, y las convertirán, una vez más, en algunas de «las más esperadas por los telespectadores, como sucede edición tras edición».