PILAR SÁNCHEZ VICENTE (XIXÓN, 1961)
Historiadora, archivera y escritora
«Nuestros hijos que están fuera volverán… para enterrarnos»
«Confío tan poco en que la oficialidad no quede en grandes palabras…«
«Dicen ‘Asturias Paraíso Natural’, pero llevamos una boina negra de contaminación»
-¿A qué hora te levantas? 6:30 de la mañana.
-¿Dónde te criaste? Nací en Gijón y viví mucho tiempo en El Humedal. Al Natahoyo me vine en el año 92, cuando la casa en la que ahora resido era la única rehabilitada. Era un barrio deprimido, con un saneamiento maltrecho. Coincidió que empezó a llegar mucho artisteo y ahora podemos decir que es todo un Soho (risas).
-El Natahoyo tiene su propia personalidad, lo sé de primera mano. Estoy a poco más de 10 minutos de la estatua de Pelayo y todavía hay gente que dice “bajamos a Gijón”. La pena es que ahora no hay mucha gente.
-Eres fiel defensora del Club de Natación Santa Olaya. Sí, y no me gusta nada sufrir un recorte en nuestra salida a la playa mientras otros clubs de la ciudad incumplen la ley de costas.
-¿A qué colegio fuiste?. Me formé con una profesora en casa hasta los 7 años. Luego fui al Sagrado Corazón y al Rey Pelayo.
-Formación académica. Licenciatura en Historia por la Universidad de Oviedo.
-¿Qué es lo que más recuerdas de la universidad? Los bares, no salíamos de ellos. Por supuesto algunos no llegaron a acabar la carrera. Había mucho ambiente, ya por la mañana de sidrerías…
-¿Cómo ibas hasta Oviedo desde Gijón? A dedo. En aquella época la autopista estaba llena de estudiantes con carteles. Se hacían grandes amistades y también a veces encontrabas a gente que metía miedo.
-¿Qué desayunas? Me levanto, cojo el molinillo y hago un café de manga molido. Antes tenia un molinillo de mano y supongo que los vecinos me odian ahora, porque tengo uno eléctrico y hace bastante ruido. Como una tostada y mermelada sin azúcar.
-¿Practicas algún deporte? Gimnasia hipopresiva y camino mucho. Antes del confinamiento hacia TRX (entrenamiento en suspensión). Estaba como un cañón, pero ahora estoy en baja forma.
-¿Aficiones? Todo el tiempo que no estoy trabajando lo dedico a escribir. Fui a dibujo pero lo tengo abandonado.
-¿Escribir no es un castigo a veces? Es siempre un placer, incluso corregir. Atascarse es una buena excusa para prolongar ese placer.
-Creo que en el confinamiento tuviste mucho tiempo para dedicarle a tu última obra. Dediqué 12 horas diarias a ‘La hija de las mareas’. Me levantaba a las 8 de la mañana y solo paraba para aplaudir a las 8 de la tarde. Comía hasta delante del ordenador, era un lujo.
-Escribes también ‘de vacaciones’. Siempre busco un sitio con vistas y buena luz, y me hago la ilusión de ser una rica escritora que tiene una casa en Suiza (risas), me monto mi propia novela.
-Otra faceta laboral: eres una destacada archivera pública. Tuve el honor de recibir el Premio “Adolfo Posada” a las Iniciativas Innovadoras en la Administración, en el año 2005. Después de años en papel, colaboré en la creación del BOPA digital y fui la promotora de un sistema en red, además de estar vinculada primero a Sanidad y ahora ejerzo en el Tribunal Superior de Justicia de Asturias.
-Trabajas en el Palacio de Camposagrado de Oviedo, uno de los escenarios de tu última novela. Así es, ¡aunque el el siglo XVIII era mucho más interesante!
-Como historiadora, ¿crees que desconocemos la historia de Asturias? Sufrimos una enseñanza que provoca que la gente no ame su propia historia. Incluso se tergiversa. Hay mil historias de Asturias que conocer: el Reino de Asturias en tiempos de Carlomagno, la Guerra de la Independencia, la época megalítica… Es una locura la cantidad de cosas que se podrían contar y sorprenderían a más de uno.
-¿A qué te refieres con tergiversación? Hay una exaltación del franquismo. Entre lo último, el edulcoramiento a Millán-Astray, un genocida. Se olvida que la mayoría de los crímenes fueron después de la guerra. Hubo un gran expolio. En 1940 no quedaba un maestro. Recordemos que la República era un régimen político legítimo. En fin, ahora vamos por detrás de EEUU: ya cayó Trump y a ver si caen estos de aquí… Soy de Biden.
-¿Qué pasa con la contaminación de Gijón Oeste? No hay una clara conciencia de lo que está pasando. Parece que no se puede decir nada porque las industrias se marcharán y dejarán a la gente en el paro. Dicen ‘Asturias Paraíso Natural’, pero llevamos una boina negra. Y lo que no se ve y nos tragamos con el aire es peor. No hay control de emisiones, la autoridad no está llevando a cabo las medidas oportunas.
-¿Tienes mascotas? Con los humanos ya tengo bastante.
-¿Cómo ves el Gijón de ahora? Todas las madres de mi edad tenemos hijos fuera de Asturias. Sales a la calle y solo hay jubilados y pensionistas, haciendo felizmente la ruta del colesterol (risas). Hay que decir que también es una ciudad que apuesta por la cultura, sobre todo la que no es oficial: escritores, grupos de teatro, librerías…
-¿Cuándo se perdió el tren del progreso? En la época de la reconversión, se hicieron muchas carreteras para que la gente saliera corriendo. Hemos formado muy bien a la gente pero luego les hemos dado puerta. Nunca hubo una inversión fuerte por parte de la burguesía, como sí hubo en País Vasco o Cataluña. Se hizo un desarrollismo salvaje que luego fue descapitalizado.
-Pero qué bien se vive aquí… cuando uno tiene trabajo. Los que quedamos aquí vivimos como Dios. Desde aquí le mando un mensaje a Ayuso: “Aquí tenemos Caleya Gran Reserva”. Para mí es el clima ideal, no aguanto el calor. Tienes un paisaje perfecto, mar, montaña, gastronomía… Es un paraíso, pero ¿a qué precio?
-Qué lío tenemos con el Plan de Vías… Fue un error desde el primer momento, cuando se decidió que la Estación del Norte fuese un museo. Estamos dando vueltas en redondo sobre el mismo solar. Ahora incluso hay un campamento de indigentes. El Plan de Vías es fruto de una paja mental como otras tantas. Qué decir del Tunelón, la estación de autobuses… Hay una falta de entendimiento entre los partidos de distinto signo. ¡El PP pedía en Europa que no le dieran dinero a España! No hay objetivos comunes.
-¿Hay lucha de clases en Gijón? La ciudad está claramente dividida en dos zonas, ya desde Cimavilla hay una línea clara desde la calle Vicaría. Hay dos ciudades en Gijón, las de las depuradoras este y oeste. Ya sabemos quiénes se encuentran a un lado y a otro…
-¿Tienes coche eléctrico? Mi hijo usa mucho el coche eléctrico de alquiler cuando viene a Gijón. Yo no tengo carnet, soy ecologista radical. En esta ciudad puedes ir andando a todos los sitios.
-¿Por qué la oficialidad de la lengua asturiana? Porque ya va siendo hora. Confío tan poco en que no quede todo en grandes palabras… Igual los camaradas de Vox nos ayudan a empujar con la oficialidad (risas). La lengua del pueblo es algo consustancial al mismo, no puedes hacerla desaparecer. Dicen que iremos a peor con la oficialidad, pero realmente tendríamos más presencia en Europa y un mayor sentimiento de identidad. Ese sentir nos viene al pelo. En ‘Sentir Asturies’ (programa de RPA), tenemos gente de distintas partes del mundo pero con ese sentimiento asturiano. Es muy bonito.
-Una ciudad que te guste. Dublín.
-¿Por su tradición literaria (James Joyce, Bram Stoker)? Por las pintas de Guinness (risas). Me gusta mucho su música (soy de rock) y hay un montón de españoles.
-¿Y en España? Barcelona. Fue mi primera salida, allá por 1985. Me llamaba todo la atención: aquellas Ramblas, aquellos mozos con coleta y pendientes, mujeres ejecutivas de zapato plano… Me encantó. Era un poco pipiola y entré en una tienda de gomas pensando que eran de borrar… (risas)
-Desde el 2008, el Telecable Hockey Gijón concede el Premio Pilar Sánchez Vicente a aquellos jugadores que se hayan destacado por sus méritos académicos y culturales además de deportivos. Que no estés muerta y que un premio lleve tu nombre es de las cosas de las que estoy más orgullosa. Estoy muy unida al club y soy muy fan del equipo femenino que tantos éxitos nos está dando. Se suele decir las “chicas del hockey” pero son jugadoras de talla mundial que tienen que dar clase en patios y hacer otros trabajos en su día a día. El abismo salarial con los hombres es tremendo.
-Película reciente que te haya gustado. ‘The Mauritanian’, con Jodi Foster.
-Serie. ‘La serpiente’, de Netflix. Está basada en hechos reales. Va sobre un asesino en serie que fue descubierto por un funcionario obsesionado con descubrir la verdad.
-¿Qué libros te han definido como escritora? Siempre he leído de todo. Me crié con los clásicos, Charles Dickens, ‘La Isla del Tesoro’… Soy lectora compulsiva. Bromeaba Ángel de la Calle (Semana Negra) que los escritores no leíamos. Yo ante todo soy lectora.
-Termina la frase: El futuro de Asturias pasa por… Que vuelvan los que están fuera. Aunque volverán para enterrarnos.
-Una canción que no te quites de la cabeza. ‘Maneras de vivir’, de Rosendo.
–Un personaje inspirador de la historia. Desayuno todos los días leyendo sobre mujeres desconocidas de la historia. Cada mañana me informo sobre una nueva. Todas me inspiran. La protagonista de ‘La hija de las mareas’ se encuentra en la época de la revolución francesa, es curioso ver cómo las reclamaciones de entonces son las mismas que las de ahora.
-¿Sidra, cerveza o vino? Corazón partido.
-¿Restaurante italiano, mexicano o chino? Pues ninguno de los tres: asturiano.
-¿Gran consejo de tus padres? Trabayar, ser buena y respetar a todo el mundo.
-¿Qué te saca de quicio de la gente? La hipocresía, el cinismo y la falta de educación. Ya solo pido que la gente sea educada.
-Un talento oculto. Me tendré que inventar uno.
-Algún famoso actual que te gustase conocer. A Rodrigo Cuevas, el mejor, ya lo tengo conocido. Carlos Bardem me cae muy bien pero ya estuve con él. También con Almudena Grandes, a la que entregué el premio ‘Pasionaria’. Tengo suerte de haber conocido a todos ellos.
-Últimamente estás disgustada con Miguel Bosé, Nacho Cano… Representan la generación de los hijos de papá, los que le daban a la coca, mientras mi Rosendo es la oposición a esa ‘movida madrileña’: esa facción de los porros y de la gente obrera que tuvo que luchar para hacerse un hueco. Disfruté mucho en su concierto de 60 cumpleaños en Las Ventas.
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