Incidentes como el de Contrueces llevan a la Federación Vecinal Rural a reclamar que, ante problemas, no se ponga el foco en los directivos de las entidades a menos que la autoría sea realmente de ellos; como la FAV, celebra las ayudas municipales concedidas

Es una perogrullada en toda regla afirmar que las fiestas vecinales que pueblan el calendario estival gijonés no son, en absoluto, sólo cosa de los barrios. También sus parroquias ofrecen cada año celebraciones multitudinarias y de lo más sugerentes… Y, al igual que en el área urbana de Gijón, allí existe una valoración de las subvenciones recientemente aprobadas por el Ayuntamiento, que han permitido distribuir hasta 148.300 euros entre 39 de las 40 entidades que solicitaron dichas ayudas. Siguiendo la estela de lo manifestado este miércoles por sus homólogos de la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV), los representantes de la Federación Rural ‘Les Caseríes’ han agradecido el gesto del Gobierno municipal… Aunque añadiendo algún que otro ‘pero’. El de la simplificación de los trámites es uno de ellos, cómo no, y en eso ambas confederaciones coinciden. Pero los habitantes de las parroquias han añadido una petición propia: la imposición de responsabilidades personales ante sucesos concretos. Y los hechos ocurridos recientemente en Contrueces han dado alas a la misma.
«Al final, siempre está la coletilla de que la última responsabilidad es del presidente, o presidenta, de la Comisión de Festejos, y eso no es justo; no debería ser así«, reflexiona Miguel Llanos, presidente de ‘Les Caseríes’. Porque, cierto es, cuando las cosas se tuercen es fácil señalar como culpable al rostro más visible, o a quien ostenta más autoridad; a menudo, sin que esa persona tenga implicación alguna en ello. Un comportamiento de lo más humano y, precisamente por eso, difícil de cambiar, pero que sí podría verse reflejado en la normativa vigente, por medio de la aplicación de esas responsabilidades individuales que predica Llanos. Normativa, por cierto, que, como ya hiciese ayer Manuel Cañete, de la FAV, el presidente de ‘Les Caseríes’ llama a que sea simplificada. «Hay que hacer por reducir la tramitación burocrática; es compleja y, a veces, caótica, y puede llegar a ser disuasoria», advierte. Aun así, celebra la recepción de las subvenciones, que no duda en describir como una asignación «positiva«.