
La falta de un apoyo firme por parte del gobierno de Barbón confirma el fiasco político y cultural en el que vive la región en estos momentos. Mucho nos tememos que la pandemia, en esta ocasión, no es el verdadero motivo
Que la Consejería de Cultura incorporara a Laboral Centro de Arte en el programa de subvenciones de la ruta xacobea ya nos hacía sospechar que la situación económica debía ser tan peliaguda que cualquier iniciativa, por extravagante que pudiera parecer, serviría con tal de inyectar dinero en la cuenta del centro. Que la idea fuera más o menos disonante con los objetivos de LAB dependería de la habilidad de su programadora para maquillar algo que, a priori, se aleja bastante de los objetivos de LAB. Que ahora la Consejería renuncie a apoyar el LEV (Laboratorio de Electrónica Visual) e invite a Cristina de Silva y Nacho de la Vega a participar en una convocatoria de ayudas destinadas a actividades culturales en el ámbito rural solo demuestra que la cosa está peor de lo que podíamos llegar a imaginar. Verifica el diagnóstico que adelantábamos esta semana, a cuenta de la extinción de los contratos de alta dirección y programación de LAB y pone en evidencia el absoluto desinterés de Berta Piñán en las artes contemporáneas.
A lo largo de casi 15 años, los chicos del LEV, Cristina y Nacho, han desarrollado uno de los festivales dedicados a la música y el audiovisual experimental más importantes de España, referenciado internacionalmente y consolidado, incluso, hasta en época pandémica, con una programación presencial y online que daba una auténtica lección de gestión cultural en tiempos de crisis. De Silva y de la Vega han sido verdaderos zahoríes de la vanguardia contemporánea. Su mirada proyecta un futuro que nos acaricia la retina a través de imágenes holográficas, realidades virtuales y aumentadas y un bestiario de músicos dedicados a la electrónica que pondría los dientes largos a cualquier DJ de un club de Berlín.
El LEV, antes que un festival, es un laboratorio donde la electrónica y el audiovisual se funden para darnos otro universo, otra mirada de nosotros mismos que amplia el horizonte de nuestra experiencia a través de tablets y pantallas de móvil. Somos, más que nunca, homo-samplers, pura post-modernidad audiovisual, ficcionada, aumentada y realmente transgresora de nuestra realidad más cercana. Todo lo que se incluye en el LEV termina incorporándose a nuestro paisaje cotidiano a través del cine, los videojuegos, la comunicación y Radiohead.
El éxito de LEV ha sido tan rotundo que desde hace unos años tiene su réplica en el Centro Matadero de Madrid. Parece ser que en Madrid sí entienden lo que es el Lev. Alguna vez hemos dicho que Laboral Centro de Arte es nuestro particular Matadero, pero se ve que algunos lo entendieron de un modo tan literal que no le encuentran ningún sentido verlo desarrollado en el espacio de las artes audiovisuales, electrónicas y digitales para el que nació: LAB. Que el LEV recibiera una ayuda dedicada a actividades culturales en ámbitos rurales y no tenga un apoyo constante, decidido y firme por parte del gobierno de Barbón confirma el fiasco político y cultural en el que vive la región en estos momentos. Mucho nos tememos que la pandemia, en esta ocasión, no es el verdadero motivo.
Con este nuevo varapalo viene siendo hora de recapitular para determinar el estado de la política cultural en Gijón: la imagen institucional del FICX, deteriorada; Laboral Centro de Arte, sin gerente ni programador; el LEV sin apoyo económico del gobierno de Asturias. El éxito o fracaso del plan de usos de Tabacalera sigue siendo una misterio dentro de una incógnita. El planteamiento político del nuevo concejal de cultura, desconocido, su subalterno en la Fundación Municipal de Cultura: ni está ni se le espera, pues está a su Twitter y a su libro. De manera que todo este desbarajuste nos invita a cuestionarnos si hay una estrategia cultural para la ciudad realmente consensuada y definida, que describa sobre qué objetivos y principios se rige, y explique cómo será ejecutada, donde y con quién. Estaremos atentos.