El museo que lleva su nombre exhibe una recopilación de 73 piezas, entre trabajos pictóricos, fotografías y atuendos, que permiten acercarse a las tendencias de aquella Europa de principios del siglo XIX que marcó la evolución del artista
Hay muchas ventadas desde las que las gentes del presente pueden asomarse a épocas pasadas. Está la de los acontecimientos históricos… La de los cambios sociales, desde luego… La de las conquistas de derecho, cómo olvidarla… Y la de la moda. Sí, la moda. Porque, a través de los cambios en el vestir de hombres y mujeres, es posible construir una imagen de cómo aquellas personas de tiempos lejanos vestían, sí, pero también vivían sus instantes cotidianos, y disfrutaban de sus ocasiones importantes. Evaristo Valle (1873-1951) fue uno de los representantes de su tiempo que mejor lo comprendió, convirtiéndolo en una pasión que plasmó en sus trabajos artísticos. Y ahora, con el fin de reconocer esa faceta del pintor gijonés, el museo que lleva su nombre ha inaugurado la muestra ‘Libertad encorsetada‘, un recorrido por la concepción de la moda durante la primera mitad del siglo XIX a la que, como tantos visitantes, ha acudido el Canal Prestosu de Caja Rural de Asturias.
La propia comisaria de la exposición, Gretel Piquer, detalla a la periodista Juncal Herrero la influencia que sus iniciales experiencias en París tuvieron en Valle. Al fin y al cabo, comenzó su trayectoria ejerciendo como litógrafo en la ‘Ciudad de la Luz’ en 1898, momento de eclosión, de ruptura de prejuicios y de erradicación de tabúes que, a la postre, acabaría moldeando la icónica belle époque. Ese fue el caldo de cultivo del interés del gijonés por la moda, resumido en esta colección de 73 piezas, entre lienzos y acuarelas, fotografías y atuendos, extraídos tanto del archivo de la Fundación Evaristo Valle, como de los fondos del Museo del Pueblo de Asturias y del Bellas Artes del Principado. En fin, una oportunidad única no sólo para constatar el grado de precisión que el creador asturiano llegó a alcanzar en sus trabajos, sino también para retrotraerse hasta aquellas décadas iniciales del siglo pasado convertidas hoy en poco menos que un mito.