El presidente de la Cultural Gijonesa, Pedro Roldán, llevará al Pleno la propuesta de que la ciudad se postule como ubicación, una iniciativa motivada por su defensa de la deslocalización geográfica y por «la gran conexión de Gijón con el cine»

Asturias es única por muchas y variadas razones. Por su historia, desde luego; por su gastronomía, cómo no; por la naturaleza de sus gentes, en un plano más subjetivo… Y también por ser, aún hoy, la única comunidad autónoma sin una filmoteca. Con los fondos de la que fue desde 1996, y dejó de ser veinte años después, almacenados en la ovetense Biblioteca ‘Ramón Pérez de Ayala’ del Fontán, su antigua sede, ahora el Gobierno del Principado se ha lanzado a rescatar a un proyecto largamente demorado, por el que la capital asturiana vuelve a pugnar con fuerza… Pero a la que le ha surgido un rival poderoso: Gijón. O, más bien, su tejido cultural. Pedro Roldán, presidente de la Sociedad Cultural Gijonesa, defenderá en el Pleno municipal de este miércoles, en representación de la propia Cultural, del Ateneo Obrero, de la Sociedad Cultural Gesto y del Ateneo Jovellanos, la idoneidad de que la ciudad se postule como sede de la futura Filmoteca de Asturias, esgrimiendo para ello dos argumentos fundamentales: los valores positivos de deslocalizar los polos culturales, llevándolos fuera de las fronteras de Oviedo, y, muy especialmente, la longeva y sólida conexión de Gijón con el séptimo arte.
«No es una idea que nazca del localismo, ni mucho menos, sino de la preocupación que existe entre el tejido cultural de nuestra ciudad por esa carencia, porque no disponer de una filmoteca es un elemento muy negativo, que nos deja en clara desventaja cultural y económica con respecto al resto del país», acota Roldán, que confía en reunir en torno a su propuesta los apoyos de todos los grupos políticos con representación plenaria. Aquella experiencia de dos décadas en El Fontán tampoco ayudo demasiado a tranquilizar los ánimos. Tal como defiende a capa y espada el responsable de la Cultural, «no podemos permitirnos tener otro amago de filmoteca, que es lo que existió, que no cumplía las condiciones mínimas exigibles: no tenía un sistema de producción digital independiente, era incapaz de proyectar en DCP, su salón de actos no ofrecía condiciones acordes… Estoy a favor de que la filmoteca tenga actividades descentralizadas, pero no repitamos aquel fracaso«.
«Nada de esto nace a rebufo de ningún partido, sino de la sociedad civil»
Frente a ese pasado poco lucido, Roldán cree que Gijón sí que cuenta con todos los requisitos necesarios para acoger la proyectada institución. Y, además, con brillantez. Para empezar, por argumentos históricos y culturales; no en vano, recuerda, en la ciudad «se proyectó en 1896 la primera película pública de Asturias». Más aún, es sede del Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX), «el único de su clase en la región, y uno de los más reputados a nivel nacional e, incluso, europeo, de reconocido prestigio y éxito». Y, por si fuera poco, en torno a la filmoteca podría orbitar el cúmulo de actividades ligadas al séptimo arte que Gijón aglutina, desde el certamen CortoGijón y la Muestra de Cine Lésbico, hasta los ciclos ‘DocuAsturias’ o ‘Peor, imposible’. Todo ello «podría ejercer un efecto multiplicador del que se beneficiaría el conjunto de la población».
Paralelamente a lo anterior, también está la cuestión logística. «Aquí abundan los posibles emplazamientos de la filmoteca», afirma Roldán con rotundidad. Así, a corto plazo una posible ubicación sería la Laboral, con el aliciente de que «allí está la RTPA, lo que también podría aprovecharse para establecer nexos». En un margen temporal más largo, el edificio de Tabacalera se postula como la opción más seductora; no en vano, tras su anunciada remodelación y conversión en espacio museístico, que le permitirá ser sede del FICX, «dispondrá de un salón con cuatrocientas butacas, un sistema de emisión digital de última generación…». Finalmente, nada de todo lo anterior impediría que se pudiesen utilizar como emplazamientos satélite otras instalaciones municipales, como Gijón Sur o el Ateneo de La Calzada.
La pelota está ahora en el tejado político, aunque Roldán alberga elevadas esperanzas. «Nada de esto nace a rebufo de ningún partido, sino de la sociedad civil», concreta. «Simplemente, pensamos que es importante disponer de esa filmoteca para promocionar la cultura audiovisual y cinematográfica, incluso la de los nuevos creadores, y como archivo fílmico de la memoria. Y, para todo ello, Gijón cumple con creces».