«Hemos llevado la verdadera definición de la ciudad a una superficialidad en la que cabe el debate y la votación popular sobre un paseo marítimo, de por si privilegiado de la ciudad, mientras que no somos capaces de reparar los adoquines de Cimavilla«
La regeneración de la fachada marítima de Fomento y Poniente es un nuevo caballo de Troya en el desarrollo de nuestra ciudad. Un regalo que no refleja nuestra realidad.
Asumo que es, en parte, una batalla ganada, como lo fue encastrar el mamotreto de Talaso en primera línea de costa o la terrazona en los Jardines de la Reina. O cargarse la estación de trenes de El Humedal o la construcción de los edificios barco, todo ello en pro de vender una ciudad mejor, todo en pro de lograr que estemos entretenidos debatiendo sobre qué propuesta votar y pensando que eso es lo que se implementará. Mientras eso sucede camina la ciudad de manera irreversible hacia un urbanismo de salón de té, carente de dinamismo, pero lleno de bonitas imágenes, de esas que durante los años 90 y primeros años de este siglo se pusieron de moda, acompañados de maquetas e infografías. Hemos llevado el urbanismo de la ciudad a conceptos vacíos desde hace décadas, como hablar de sostenibilidad mientras llevamos 30 años lanzando nuestros residuos al mar sin depurar o respiramos PM 10 como si no pasara nada.
Hemos llevado la verdadera definición de la ciudad a una superficialidad en la que cabe el debate y la votación popular sobre un paseo marítimo, de por si privilegiado de la ciudad, mientras que no somos capaces de reparar los adoquines de Cimavilla, pintar los pasos de peatones de Contrueces, o tener una estación publica de autobuses y ya no digamos de trenes. Plantea el gobierno municipal una votación popular para un paseo mientras que el Plan de Usos de Tabacalera y los 20 millones que dicen son necesarios, forman parte de las historias para no dormir del mejor Chicho Ibáñez Serrador. Planteamos remodelar el paseo pero nada hacemos para impedir que el carbón llegue a nuestras playas. Si alguien pretende definir el futuro, ya de por sí difícil de nuestra ciudad envejecida, en base a establecer paseos verdes llenos de niños que nadie sabe de dónde saldrán, es que no somos conscientes de que esto de hacer política pasa por solucionar en primer lugar lo básico. Y Gijón necesita solucionar lo básico, que es mucho. Y no me refiero, por ejemplo, a que las bicicletas sustituyan a los coches, debate interminable donde el gobierno municipal también ha logrado crear y enfrentar las dos únicas supuestas posturas existentes, o favor o en contra , o todo coche, o todo bici, dejando en la irrelevancia el sentido común de las necesidades del conjunto, de las necesidades de un población cada vez más mayor y dependiente, de las necesidades laborales, pero también de las necesidades de un pacificación real del tráfico rodado y no de un colapso generalizado. De afrontar ese problema tantas veces olvidado como es la generación de ruido.
Las reformas de Fomento, algunas brillantes ideas, se enfrentaran a la misma brillantez que las propuestas del Plan de Vías, esta vez por suerte, sin maquetas. Se enfrentan al mismo abismo que Tabacalera, se enfrentan a la misma desidia que los más de 20,000 metros de zonas verde sin desarrollar y dependientes del Ayuntamiento en el entorno del Rick’s, se enfrentan al abandono por la falta de inversión, de ideas y de impulso de todo el suelo de Naval Gijón, no digamos ya nada del Soccer World en Nuevo Gijón, de la ZALIA o del suelo muerto de risa de EcoJove.
Pero a donde no llega el desarrollo de nuestra ciudad, de manera coordinada y buscando que tenga vida más allá de 2030, llegan las terrazas. Porque como todos sabemos, las decenas de personas que llenan las infografías y los sueños del gobierno municipal de la reforma de Fomento son menores de cuarenta años, viven y trabajan en Gijón y hasta tienen hijos en Cabueñes. Quienes hayáis leído hasta este punto el articulo diréis, en el supuesto que estéis de acuerdo con lo que digo, que no es culpa del actual gobierno municipal invertir la pirámide demográfica en la que estamos y ni siquiera la situación laboral. Es cierto, pero si es su responsabilidad priorizar y no lanzar volutas de humo verde al estilo regional del hidrógeno verde, sobre remodelaciones que no pueden ni pagar ni asumir, mientras abandonan inversiones estratégicas necesarias y llevan a una ciudad pujante a languidecer, oculta tras la sombra confortable de una terraza.
En este país, España, somos famosos por tener políticos grandilocuentes, desde que Suárez cumplió su misión de abordar la transición sin muertos no ha habido político alguno cuya primera obsesión no sea dejar su impronta en una placa .. sea un parque .. centro de salud o baños municipales.
Solucionar el problema del carbón, de los vertidos del Piles , de la planta regasificadora , no es el fin del equipo de gobierno del ayuntamiento, ¿Quién se va a acordar de ello dentro de 20 años? nadie, en cambio si se verá día a día que nuestra gran alcaldesa «Ana González» inauguro el nuevo paseo de la Avda. Del Molinón o que dio a la ciudad lo que siempre reclamó .. un muro para los ciudadanos, aunque ese muro nos esté matando a los residentes del centro con el aumento del volumen de tráfico.
Al igual que para el pueblo llano, para la casta superior de los políticos lo que importa es la pose , la inmediatez, la foto ; los problemas reales que los arregle el siguiente.