«Pasar a la acción» es el mensaje principal que quiere lanzar la iniciativa ‘Abracemos el mar’ del nadador catalán junto con el activista ambiental Enrique Herrero ‘Quique Bolsitas’, que el jueves pasó por Gijón en su vuelta a España con parada en todas las comunidades autónomas con litoral
Un baño en el mar o un agradable paseo por la playa no es difícil que acabe, por desgracia, con el encuentro de plásticos u otro tipo de basura en el mar o en la arena. Lo fácil es dejarlo ahí para que otro se ocupe de recogerlo, pero el pequeño gesto de retirarlo y trasladarlo al recipiente adecuado es un gran paso para contribuir a la limpieza de nuestros océanos. Es a lo que se refiere Alberto Lorente (Barcelona, 1988) con el «pasar a la acción», mensaje que pretende difundir dando brazadas con su proyecto ‘Abracemos el mar’ junto con el activista ambiental Enrique Herrero ‘Quique Bolsitas’ que hizo el jueves parada en la ciudad con un acto en el Bioparc Acuario de Gijón y una travesía entre El Arbeyal y San Lorenzo.
¿Cómo empieza su relación con el mar?
Yo he practicado la natación desde bien temprana edad, desde los tres años. Cuando me junto con mi mujer, con mi pareja, muy joven, dejo a un lado esta disciplina por obligaciones, pero decido volver y me planteo si mis brazadas pueden tener un sentido, si le damos un sentido a esas brazadas, tantos kilómetros que hacemos a diario. Y nace un poquito ese proyecto, hace 8 o 9 años, de decir, bueno, vamos a intentar crear causas en las cuales haya detrás una situación, una ONG, que necesiten o bien visibilidad o bien pues una recaudación o algo. Y hasta fecha de hoy, pues esas brazadas no han parado.
Ahora está involucrado con el proyecto ‘Abracemos el mar’.
Es un proyecto que nace más o menos hace un año. Yo decido ir colgando el bañador profesionalmente, me uno con Quique, con Quique Bolsitas, con Enrique Herrero, y le digo, ‘oye, vamos a abrazar juntos la Península en esta vuelta’, en esta vuelta entera a la Península, haciendo paradas en todas las comunidades con litoral marítimo, ‘y vamos a mandar ese mensajito de reflexión y de conciencia para intentar que esté más limpio todo, tanto fuera como dentro del agua’.
Mandamos ese mensajito de reflexión y de conciencia para intentar que esté más limpio todo, tanto fuera como dentro del agua
¿Cómo está siendo la experiencia?
La de Gijón es la tercera etapa y las dos primeras, en Bilbao y en Castro, fueron un poquito duras por las condiciones climatológicas: el viento y la temperatura del agua. Esta es más cortita y vamos a disfrutar de Gijón.
¿Está el agua muy fría?
Sí, está fresquita. No dejan de ser tres horas, tres horas y media, dentro del agua y el cuerpo acaba cogiendo el frío. Vamos a ver si pasamos el norte y vemos la del sur qué tal.
En este proyecto Quique se centra en la acción fuera del agua y usted dentro de este medio. ¿Cómo está encontrando la limpieza del agua del Cantábrico?
De momento me ha sorprendido gratamente. Vamos a ir viendo etapa tras etapa, a ver cómo están nuestros litorales.
¿Es importante realizar este tipo de iniciativas para concienciar a la población?
Sí, es necesario mandar este mensajito, sobre todo de pasar a la acción. Muchas veces siempre decimos que ha de ser la autoridad, la propia concejalía de Medio Ambiente, la que tiene que limpiar, la tiene que hacer este acto de limpieza, y no, no vamos a decirle a una tercera persona lo que tiene que hacer, sino que vamos a asumir nosotros esa responsabilidad y vamos a hacer nosotros ese gesto.
‘Abracemos el mar’ trabaja también mucho con escolares.
Estamos teniendo una participación muy buena y es una pasada. Yo siempre digo que estamos concienciando a nuevas y no nuevas generaciones. Es algo necesario trasladar este mensaje a los jóvenes.
Llega a esta iniciativa después de realizar múltiples retos. ¿Cuáles fueron los más complicados?
Es difícil escoger, porque llevamos muchos. Enfrentarme a cronómetros, a registros, cuando hemos intentado batir algún récord del mundo…, creo que son las hazañas más difíciles. Yo quería en esta ocasión un proyecto que fuera un nado sano, en el que hubiera la máxima participación posible, y éste creo que está siendo el mejor legado que puedo dejar.
