«Necesitábamos llevar a cabo esas clases en la pista de atletismo o en una piscina municipal para poder cumplir los criterios de aprendizaje»
Parte de los alumnos del Centro público de Formación Profesional (CIFP) de La Laboral ya han podido respirar tranquilos a partir de esta semana. Y realmente es gracias a su lucha: dos manifestaciones y tres meses de curso después, el grupo de aproximadamente 60 estudiantes ha logrado que el Área de Deportes y Educación del Ayuntamiento de Gijón les permita el acceso y uso de las instalaciones deportivas municipales que necesitaban para llevar a cabo algunas de las actividades y pruebas de las asignaturas en sus grados. Algunos cuentan que el Patronato Municipal de Deportes ya se ha puesto en contacto con parte del profesorado para que a partir del lunes, el desarrollo de sus clases en la pista de atletismo de Las Mestas o en alguna de las piscinas públicas de Gijón -dos de las disciplinas que necesitaban practicar- empiecen de inmediato.
Las clases en estos equipamientos públicos serán una realidad, desde que el martes 5 el concejal de Deportes y Educación gijonés, Jorge Pañeda, adoptó el compromiso de garantizar su uso a los alumnos afectados en las mismas condiciones que lo hicieron el pasado. Pañeda mantuvo que desde Gijón no buscan ser un «obstáculo» a la formación de los estudiantes y admitió empatizar con su «indignación» por una situación «que se ha prolongado en exceso». Y es que hasta ahora, los estudiantes de los grados superiores de Enseñanza y Animación Sociodeportiva, de Acondicionamiento Físico y del grado medio de Guía en el Medio Natural han pasado estos tres meses de curso sin poder desarrollar sus clases en estas instalaciones, cuyas actividades «son necesarias para cumplir los criterios de aprendizaje» de las asignaturas, cuenta Rober.
Como alternativa, los profesores «han tenido que estar apañando clases teóricas y arreglándonos como podíamos en una pista polideportiva muy pequeña con la cuenta el CIFP de La Laboral«. Rober también conoce casos particulares de algunos compañeros que han tenido que preparar algunos entrenamientos por su cuenta, fuera del horario de clase y pagando las tarifas correspondientes al espacio municipal, por la dureza de algunas pruebas como natación, donde «si empiezas a nadar y no tienes dos meses de antelación para prepararte, estás fastidiado». Esta situación anómala se estaba dando desde principio del curso actual debido a, lo que parece, una falta de entendimiento entre el Área de Deportes y la Consejería de Educación del Principado.
La problemática que ha desatado esta situación ha sido el impago por parte de Educación en abonar las tasas, según el Ayuntamiento, correspondientes al uso de las instalaciones de titularidad municipal para el desarrollo de las actividades en dichos grados (ya que se trata de un centro de enseñanza pública, aunque estos no sean ciclos de enseñanza obligatoria). La propia Consejería admitió no haber abonado ninguna tasa ni haberlo hecho nunca en ningún otro municipio asturiano, tampoco con anterioridad en Gijón, «por el uso de instalaciones para realizar las prácticas formativas de las enseñanzas deportivas de Formación Profesional, que es una enseñanza reglada». Pero la cuestión diferencial en el municipio gijonés respecto al resto de Ayuntamientos es que aquí tampoco existe un convenio que estipule las condiciones en las que se produciría esta cesión gratuita desde el Consistorio, como sí se acuerda en el resto de concejos del Principado. El Área de Deportes y Educación «revisó y constató» esa falta contractual de convenio en la materia.
El posible cargo o por el contrario bonificación de esta tasa tampoco es una cuestión baladí para las arcas municipales o la administración que afrontase su cuantía, porque entre gastos de mantenimiento, seguridad, costes de energía y demás, la cifra a la que ascienden los gastos derivados de la actividades de carácter educativo de estos ciclos en las instalaciones «puede oscilar entre los 20.000 y 30.000 euros». Tanto el Área de Deportes gijonés como el grupo de alumnos afectado ha echado mano la actual Ley Orgánica de Educación 3/2020, la LOMLOE, para destacar los artículos en la norma que obligan a las Administraciones públicas a «coordinar las políticas de cooperación entre ellas y con otras entidades para asegurar la oferta educativa» (…) Y, «a tal fin, determinarán las condiciones en las que podrán establecerse convenios con las corporaciones locales, otras Administraciones y entidades privadas sin fines de lucro».
La concejalía de Deportes atribuye la falta de un convenio a una herencia de los Gobiernos locales anteriores y a la administración regional también a cargo en su momento. La Consejería de Educación, por su parte, ha dado explicaciones diciendo que «hasta el momento, en Gijón no había sido necesario firmar un convenio porque el ayuntamiento no lo había considerado necesario». En cualquier caso, ambas instituciones han reafirmado su voluntad de encontrar una solución y establecer un diálogo y negociaciones que hagan del convenio una realidad. El Principado ya ha puesto en manos del Consistorio el modelo de convenio que rige este tipo de cesiones gratuitas al uso de instalaciones en otros Ayuntamientos. La cuestión está ahora en manos de que los técnicos municipales determinen la viabilidad de su encaje en el contexto gijonés y den luz verde a la propuesta.
Pañeda ya dejó claro desde el martes que las garantías ofrecidas esta semana a los alumnos no dejan de ser una solución de carácter «excepcional» hasta encontrar una solución en negociaciones junto a la Consejería, a quien insta a «sentarse a trabajar con el Ayuntamiento» de manera que la «bochornosa situación a la que desde el Principado se ha abocado a los alumnos» no se repita.