El problema de la salvación serán las pensiones, la reforma laboral y alguna costilla más que estaremos todos dispuestos a arrancarnos con tal de que el PP no gobierne con el apoyo de Abascal
En Francia o en EEUU, cuna de las libertades, la revolución liberal y todo el sistema, los antivacunas ya son movimiento. Ahora toca analizar qué movimiento es ese para dejar las cosas meridianamente claras. El otro día, miles de antivacunas tomaban las calles de París. Hacía mucho que no se veía a un gendarme correr delante de un señor cualquiera. Estos antivacunas son el lumpen proletariado de toda Francia, los chalecos amarillos con el brazo arremangado, todo el movimiento hippie creyente en la diosa Shiva y una camada de antifascistas que no saben por donde caminan, guiados por Mélenchon, al que se le ha quedado cara de tonto a las tres desde que nadie le vota. Qué decepción.
La vida política francesa se divide entre la burguesía y el funcionariado que creen en la ilustración y el lumpen proletariado que sigue atechado bajo la conspiranoia, la ultraderecha y la superstición. En España, sin embargo, los antivacunas son una extravagancia. El obreraje sigue creyendo en el PSOE y en la sanidad pública, así que España sigue liderando la carrera de las vacunas como una olimpiada.
Es fácil comprender que España no se divide por un virus, pero sí se divide por otros motivos. El machismo de Vox es un ejemplo. El salario mínimo interprofesional otro. Si VOX no toca el tema de las vacunas es porque sabe que no tiene nada que rascar. Pero cuando Vox trata de convertir el feminismo es doctrina feminazi, entonces Santiago Abascal crece. Y cuando alimenta la frustración y la ira de nuestro lumpen proletariado con el veneno de la xenofobia, Monasterio también crece. Y cuando en Gijon se veta a VOX del Consejo de la Mujer, la organización encuentra otra excusa más para crecer y así en este plan.
Las dos Españas siguen ahí, bajo el silencio unánime de José Antonio Primo de Rivera, cuya «unidad de destino en lo universal« al final se nos quedó en un mausoleo familiar. Pero eso es una anécdota. El nervio de la historia siguen siendo los 52 diputados de Abascal. Una de las dos Españas ganó la guerra y la ganó por 40 años, suponiendo que alguna vez la hubiera perdido. Los españoles necesitamos escoger siempre un bando: o indios o vaqueros. La epifanía siempre se alcanza cuando dan un resultado electoral y uno suspira y dice: -«al fin han venido los nuestros»-. Y así hasta hoy. Quiere decirse que Pedro Sánchez se ha beneficiado de ese movimiento del péndulo que ha sido la política española con el bipartidismo, al que volvemos nuevamente. Y con los últimos sondeos, volvemos otra vez a las dos Españas tomando posiciones.
La derecha quiere sublimar a un político consciente y constante, entre Feijóo y Ayuso, con la sombra de Aznar en su cogote, mientras la izquierda pretende galvanizar a un Sánchez de carrera intensa, confusa y odisaica. Al final, a la izquierda la salvará Europa en cuanto se repartan los millones. El problema de la salvación serán las pensiones, la reforma laboral y alguna costilla más que estaremos todos dispuestos a arrancarnos con tal de que el PP no gobierne con el apoyo de Abascal. Ay.
Qué es lo qué querías decir?
Lo del lumpen proletariado y su absurdez d derechas está muy bien traído
Pero no sé entiende si es una crítica a las pseudociencias e incultura en la izda o apoyo a la derecha rrancia?
Eso de que el que perdió en la guerra ganó por 40 años, es muy ultra derecha, pk ganó el fascismo y gobernó desde el 36 hasta teóricamente el 75 y hay un corte, ja, no ha habido reparación, se ha seguido educando a generaciones desde el 75 con autoritarismo, abuso y con el mismo sesgo etnocentrista, religioso, clasista, aporofobico, heterofóbico, imperialista empresarial, especifista, patriarcal, sexista, por lo tanto homofobico…
Odi..qué?
Melenchon?