Los convoyes de la serie 106, construidos por Talgo, están siendo sometidos a test nocturnos de fiabilidad en el área de Pola de Lena, uno de los pasos previos a su entrada en servicio en marzo

La llegada a Asturias de la alta velocidad ferroviaria con todas las de ley está, desde el pasado fin de semana, más cerca de ser una realidad. Tras el paso capital que fue la apertura al tráfico de la Variante de Pajares en noviembre, desde hace semanas RENFE está sometiendo a pruebas de fiabilidad a los trenes Talgo F070 de la serie 106, los mismos convoyes que prestarán los futuros servicios AVRIL (Alta Velocidad Rueda Independiente Ligero) entre el Principado y el resto del país. Y esos test han llegado ya a suelo asturiano; concretamente, a Pola de Lena, donde las composiciones en cuestión han sido vistas en las últimas noches, mientras son evaluadas en el mismo trazado de la Variante.
Según han confirmado fuentes de RENFE, las pruebas en cuestión se realizan en horario nocturno para interferir lo menos posible con los servicios de pasajeros. Y no es poco lo que hay que comprobar. Considerada una de las opciones más avanzadas y eficientes de parque ferroviario español, la serie 106 es una verdadera pieza precisa de ingeniería sobre raíles, diseñada para ajustarse al ancho de vía internacional y que será, en términos de costes de operación, un 18,6% más barata que sus predecesoras, según estimaciones de la empresa pública. La previsión actual, a tenor de las declaraciones hechas recientemente por el Ministro de Transportes, Óscar Puente, es que el servicio AVRIL comience a funcionar en Asturias en marzo; los billetes se pondrán a la venta, en ausencia de contratiempos, el día 1 de ese mes.