![](https://migijon.com/wp-content/uploads/2024/05/image-73.png)
«Son los padres los que decidirán si llevan o no a sus hijos a ver un espectáculo taurino o cualquier otra actividad que esté dentro de la legalidad vigente (…) Son los únicos responsables de la educación y de la formación de sus hijos«
![](https://migijon.com/wp-content/uploads/2024/05/image-75.png)
La Ministra de Educación socialista, Isabel Celaá, llegó a decir en enero del 2020, en una intervención pública a raíz del tema de la educación sexual en las escuelas y sobre la adopción del pin parental que “no podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres». De esta forma, tanto la Ministra de Educación como la de Igualdad, Irene Montero, dejaban patente la pretensión de imponer que, en los colegios, se pudieran dar charlas de educación y orientación sexual directamente a los menores sin necesidad del consentimiento de los padres.
Aquí, en Asturias, por parte de algunos de nuestros políticos, parece que también se considera que los hijos no son de los padres pero sí de los gobernantes. Esto es lo que debe pensar IU-Convocatoria por Asturias, que ha presentado en la Junta General del Principado una iniciativa que busca que se prohíba la entrada de menores de 18 años en las plazas cuando se celebren espectáculos taurinos. También instan a la colocación de carteles que adviertan que el espectáculo pueda herir la sensibilidad de las personas y que no se pueda vender ni consumir bebidas alcohólicas. Esta propuesta de IU se ha aprobado en la Junta (con los votos del PSOE, IU y el Grupo Mixto formado por la diputada de Podemos y el diputado de Foro) la toma en consideración de la reforma de nuestra Ley de Espectáculos Públicos para limitar el acceso de menores de edad a los espectáculos taurinos.
Soy salmantina, de tierra de toros de lidia, de ganaderías bravas y de dehesas, nacida al lado de la Plaza de Toros de la ciudad, La Glorieta. Desde pequeña viví el ambiente de la feria taurina de Salamanca cada septiembre por las fiestas patronales de la Virgen de la Vega, porque mis padres sacaban el abono para ir a ver las corridas de toros. Tanto mis hermanas como yo íbamos a ver algún espectáculo taurino con mi padre o con mi madre. Nos turnábamos para ir cada día de Feria, y yo siempre escogía el día de los rejoneadores porque me encantaba ver el movimiento y el baile de los caballos ante el toro. Tuve también la oportunidad de visitar alguna de las dehesas donde los toros bravos viven en total libertad en campo abierto, con la mejor alimentación y con los mejores cuidados de sus mayorales.
Bueno, pues a mí, el ir a ver estos espectáculos taurinos no me ha causado ningún trauma ni ningún perjuicio. De hecho, soy defensora de los animales, de su bienestar, de la protección de la naturaleza y estoy totalmente en contra del maltrato animal. Y me ofende que por ir a ver espectáculos taurinos, amparados incluso por el art. 46 de nuestra Constitución, me insulten con gritos de “asesina” como hacen de forma tan violenta los “animalistas” a los aficionados que vamos a la Plaza.
Dicho lo anterior, y como el tema que me ocupa no es la defensa de la Tauromaquia, protegida por Ley y considerada Patrimonio Cultural Inmaterial, voy a hacer hincapié en ese afán, de un sector de la política de nuestro país, de prohibir: «Prohibir ir a…», «prohibir ver esto y aquello…», «prohibir fumar», «prohibir beber alcohol en las plazas de toros o en los estadios de fútbol…» Y ahora, prohibir que los menores de 18 años puedan ir a ver un espectáculo taurino. Eso sí, esos mismos menores sí podrían ir a una charla sobre orientación sexual o ver una performance con sexo explícito.
Ya está bien de inmiscuirse en la educación de nuestros hijos. Los padres y madres son los únicos responsables de la educación y de la formación, como personas, de sus hijos. Son los padres, en total libertad, los que decidirán si llevan o no a sus hijos a ver un espectáculo taurino o cualquier otra actividad o espectáculo que esté dentro de la legalidad vigente. Basta ya de coartar nuestras libertades y las de nuestros hijos. Nuestros hijos son nuestros y los políticos se deberían centrar en legislar o regular sobre temas importantes y necesarios para que nuestros hijos tengan la mejor Educación, la mejor Sanidad, el acceso al Empleo, a una Vivienda Digna, las mejores Infraestructuras y Conexiones, es decir, a conseguir tener el mejor Estado de Bienestar Social y Económico para los futuros ciudadanos de nuestro país.
Teresa Sánchez Rodríguez