Acostumbrados a rastrillos, fertilizantes, regaderas o tijeras de podar, los hortelanos de los Huertos de Cabueñes han decidido estos días cultivar la ilusión en vez de tomates o patatas. Para ello, han apartado por un momento los utensilios de jardinería y se han rodeado de taladros, destornilladores, litros de pintura y muchísimas ganas de sacar sonrisas. El resultado ha sido un cuento de Navidad con más de 80 decoraciones, del que disfrutan pequeños y mayores.
La Navidad brilla en Cabueñes
En agosto un grupo de 7 hortelanos hablaron entre ellos de la posibilidad de decorar los huertos esta Navidad. Al principio el comentario apenas fue una anécdota, pero solo un mes más tarde ya se habían puesto manos a la obra. «Llevamos trabajando desde septiembre una media de 4 horas al día», explica Eugenio Paulino Suárez, dueño de los Huertos de Cabueñes.
Esto es lo que ha hecho falta para transformar el parking y el área recreativa de los huertos en un paraíso navideño repleto de adornos, figuras, renos, trineos y hasta una casa de Papá Noel. «Queríamos hacerlo bien, tener unas jornadas de puertas abiertas y que la gente disfrutara con todo lo que habíamos preparado». Y lo han conseguido con creces.
Tienen claro que el esfuerzo ha merecido la pena. «Estamos muy orgullosos de ver la respuesta de la gente. Las luces de Gijón están muy bien, pero aquí las pueden disfrutar de otra forma», cuenta Eugenio Suárez. Los niños se divierten y no dejan de hacerse fotografías. La casa de Papá Noel, el tendal con su traje colgando, los renos, el trineo con los regalos… son algunas de las partes favoritas de los más pequeños. «Ellos se lo pasan bien y los mayores recuperan la ilusión».
Pensando ya en el año que viene
La gran mayoría de las decoraciones la han hecho entre los 7 hortelanos de los que surgió la idea, «pero la gente se fue animando poco a pocos y muchos decidieron también decorar sus huertos», comenta Eugenio. Vista la acogida, él ya está pensando en el año que viene. «Seguramente haremos algún tipo de concurso para incentivar a los dueños de los huertos y que cada vez se apunte más gente».
Pueden visitarse cada día de 16:30 a 19:00 horas con cita previa, aforo limitado y en grupos de máximo 6 personas. El objetivo es convertirlos en parte fundamental de la Navidad gijonesa y que cada año, al menos por estas fechas, exista un lugar para creer en la magia.