La composición de prueba del que será el primer tren de alta velocidad en el Principado ha podido verse estos días en la estación gijonesa, donde se está enseñando a sus tripulaciones las características únicas de dicho convoy
Poco a poco, sin prisas pero sin pausas, RENFE prosigue los preparativos para que, con la Variante de Pajares ya plenamente operativa, la alta velocidad ferroviaria se haga realidad en el Principado. Y una de las últimas acciones, crucial para el futuro de dicho servicio, está teniendo un destacable sabor gijonés. Porque la composición de prueba del futuro tren AVRIL, correspondiente a la serie 106 de Talgo y el mismo que prestará el servicio a altas velocidades entre Asturias y Madrid, se halla estos días en la estación de La Calzada, donde sus próximos maquinistas y tripulaciones se adiestran en los rudimentos exclusivos de este convoy de última tecnología.
La propia operadora ferroviaria confirmaba la buena nueva esta misma semana, después de que el pasado lunes comenzasen los cursos de formación del personal de intervención de a bordo adscrito a la residencia de Gijón. Así, los profesionales de RENFE se han unido a sus compañeros de Oviedo, como parte de una promoción de la que también son parte ferroviarios procedentes de La Coruña, Orense, Barcelona y Madrid. A ellos se unirán en breve aspirantes de León. Paralelamente, hasta la fecha se han vendido ya casi 170.000 billetes para el futuro trayecto, prueba, a juicio de la compañía, de la alta expectación que sus posibilidades están causando.