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Hace cien años el comercio urbano gijonés estaba establecido solamente en el centro urbano de la ciudad y ofrecía productos de cierta calidad a la burguesía y a las clases medias locales, que iniciaban sus primeros pasos en la sociedad de consumo. La alimentación se intercambiaba a diario en los mercados y las plazas públicas con varios espacios que ocupaban distintas áreas de la ciudad: el Mercado del Sur, el Mercado de Jovellanos (actual plaza del Parchís), la plaza del Adobu, el mercado del pescado y las Tiendas del Aire, situadas frente a la actual Pescadería Municipal, ocupando la fachada marítima.
También había mercados semanales, entre los que destacaba el establecido en torno a la antigua iglesia de San José en la zona del Humedal, que aparece en la foto adjunta de Gerardo Bustillo. Este espacio acogía un mercado semanal con todo tipo de productos de segunda mano, el “Rastro”, y las ferias de ganado más importantes de la ciudad, las de San Antonio y de San Miguel.