El colectivo de accionistas afirma haber iniciado «acciones legales» confidenciales en dicho sentido, y sus miembros amenazan con «demandar al Estado» si se les «desprecia y perjudica» durante la operación, que podría ejecutarse por un importe cercano a treinta millones

El melón abierto tras conocerse la intención de Indra Sistemas, SA, de adquirir el ‘Tallerón’ del que Duro Felguera es propietario en Gijón, para convertirlo en una planta productora de vehículos militares, continúa dando frutos informativos… Aunque, en esta ocasión, no precisamente dulces. El Sindicato de Accionistas Minoritarios (SAM) de la empresa gijonesa ha avanzado este mismo lunes que se posicionará activamente en contra de una posible venta de la planta en cuestión, actualmente taller de calderería, «a precio de derribo», como ocurrió con la adquisición de EPICOM por Indra. Y no sólo eso; fuentes del mismo organismo ha confirmado el inicio la semana pasada de «actuaciones legales» que, por ahora, prefieren mantener «dentro de la más estricta confidencialidad», y entre los miembros del SAM no se descarta «demandar al Estado» si se les «desprecia y perjudica».
«Nos opondremos a una venta de ‘saldo’, como la impuesta por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) a EPICOM», ha sentenciado Eduardo Breña, presidente del Sindicato, rescatando del cajón de los recuerdos el caso de la antigua filiar de Duro Felguera que fue considerada estratégica para la seguridad nacional, y cuyo 60% fue comprado por la propia Indra y por el Grupo Oesía por sólo 5,3 millones de euros. Ese escenario no parece que vaya a replicarse en Gijón, toda vez que se habla de un importe general de casi treinta millones, pero aun así los minoritarios prefieren no bajar la guardia. En ese sentido, Breña y los suyos abogan por considerar «la urgencia de Indra de producir blindados para el lucrativo y necesario rearme europeo», una inmediatez y oportunidad que, opinan, «debe ser tenida en cuenta en el precio final».
Por el momento, los integrantes del SAM están a la espera de participar en un encuentro con el Consejo de Administración de Duro Felguera, a fin de conocer los detalles de la futura operación y trasladarle sus propias inquietudes. De hecho, en el Sindicato recalcan que, de no producirse esa reunión, «no será porque no hayamos mantenido la debida confidencialidad siempre», y enfatizan su deber actual de «defender los intereses del colectivo de los pequeños accionistas de la asturiana». Para ello, Breña y su equipo han explicado que cuentan con el despacho Breña & Breña Asociados; el mismo que asumirá la coordinación de un equipo ad hoc para, llegado el momento, «exigir las responsabilidades e indemnizaciones que correspondan; entre otras, la responsabilidad patrimonial del Estado si se perjudica el interés de Duro Felguera».