El presidente de la Federación de asociaciones vecinales rurales subraya que «lo fundamental es agilizar la instalación de las cámaras de vigilancia del Ayuntamiento»
La parroquia de Huerces se despierta hoy aún con tensión tras conocer la profanación de su histórica iglesia parroquial y el robo de distintos objetos de valor en su interior. El párroco Fernando Velado fue el primero en entrar al templo tras el asalto el miércoles por la mañana, cuando se percató del desorden y de todos los elementos que faltaban y dio aviso a la Guardia civil junto al resto de vecinos que ayudan al cura a mantener la organización de la parroquia. Los agentes se personaron enseguida en Huerces para tomar pruebas y testimonio al sacerdote, a pesar de que este no formalizase la denuncia hasta esta misma mañana.
Aún no están claras las circunstancias en las que se produjo el asalto, ya que al ubicarse en una zona rural, la iglesia es visitada por el párroco «una o dos veces por semana» junto a las otras cinco parroquias que mantiene a su cargo. Desde la asociación de vecinos de la zona y el círculo de ayudantes cercanos a Velado no tienen claro el momento exacto en el que los delincuentes irrumpieron en el templo, pero estiman que podría haber ocurrido en la noche del lunes al martes.
Desde la iglesia también están convencidos de que los cacos necesitaron un vehículo para poder llevarse todos elementos de gran valor tanto religioso como histórico porque en su conjunto «pesan bastante». Saben que «intentaron acceder al interior forzando la puerta principal, pero al tener cierre antiguo no lo lograron y reventaron de una patada la puerta lateral». Finalmente, sacaron todos los elementos metálicos robados por la ventana -que después encontraron abierta- para transportarlos hasta el coche o furgoneta en el que llegaron. Se llevaron consigo candelabros, cruces ciriales, lámparas, el cáliz y la custodia, el elemento de mayor valor de esta iglesia junto a la pila bautismal al ser «lo único que quedaba de la iglesia original» de origen medieval. Las imágenes que acompañan a estas líneas fueron las primeras en tomarse tras acceder al interior de la parroquia y encontrar el desorden del asalto.
El presidente vecinal, Santiago Izquierdo, explica que la iglesia se ubica en un lugar bastante aislado en la parroquia de Güerces. El edificio apenas cuenta con un par de fincas alrededor y sus vecinos, eso sí, «están acostumbrados» a las frecuentes visitas de vehículos al aparcamiento de la iglesia «de grupos de chavales para hacer botellón o echar el rato allí». En ese contexto entiende que ver o escuchar movimientos en el parking durante la noche del robo «pudo pasar desapercibido» para los residentes.
«No se pueden poner cámaras en todos los rincones, pero Güerces tiene desniveles más o menos problemáticos», explica su presidente vecinal
El suceso ha vuelto a suscitar la preocupación de algunos vecinos de las zonas rurales del municipio, con el recuerdo de las distintas oleadas de robos que se sucedieron hace tiempo en lugares como Castiello o Cabueñes. Ha habido voces que denuncian «inacción» por parte del Ayuntamiento en materia de vigilancia en estas parroquias alejadas del centro urbano y en algunos casos llegan a plantear la posibilidad de pedir la dimisión de la concejala de Seguridad Ciudadana, Nuria Bravo. Sin embargo, desde el movimiento vecinal, el responsable de la Federación de asociaciones vecinales rurales de Gijón ‘Les Caseríes‘, Miguel Llanos, pide «calma» y recuerda que la instalación de cámaras de vigilancia por parte del Ayuntamiento en distintas ubicaciones de la zona rural se materializará en los próximos meses.
Llanos entiende el temor de sus vecinos y reconoce que «todavía hay mucho nerviosismo en la zona rural con los robos después de las oleadas vividas hace años», algo que «no se olvida de un día para otro», pero insiste en que: «Llevamos una buena temporada sin asaltos y se trata de un hecho aislado». «Esperamos que se quede en eso», concluye. Para el líder vecinal, lo prioritario ahora está en «agilizar al máximo la instalación de las cámaras», de las que esperan tener noticias pronto después de que el proceso de licitación para llevar a cabo la instalación comenzase el pasado mes de mayo.
No obstante, el presidente de Samartín recuerda que ese refuerzo en materia de vigilancia solo afectará de forma colateral a su parroquia, ya que las ubicaciones establecidas para colocar las 49 cámaras no incluyen ninguna en la zona. Izquierdo lo asume con cierta comprensión. Es consciente de que hay zonas con mayor densidad de población y tamaño que Güerces, de apenas 5 o 6 kilómetros cuadrados de superficie, «como la Camocha o Cabueñes», y también que «no se pueden poner cámaras en todos los rincones», pero explica que la suya es una zona bastante recóndita, con cierto relieve y desniveles «más o menos problemáticos”, además de tener cerca accesos a autovías como La Minera. Lavandera, una parroquia de tamaño similar, cuenta con «una ubicación» dentro del plan de instalación de las cámaras.