«La AVV Nuevo Roces se complace en invitarle a verificar dicha afirmación en una visita a nuestro barrio»
El pasado viernes 31, el presidente del Principado, Adrián Barbón, felicitaba el año nuevo a los asturianos a través de un vídeo. Entre los grandes temas que afectan a la región y fueron tratados en su intervención, destacaron sus palabras de ánimo a los jóvenes para que construyan su futuro en Asturias. “Qué mejor sitio para envejecer que Asturias, qué mejor sitio también para ser joven y formar una familia”, afirmó el presidente. Esta mañana, la Asociación de vecinos de Nuevo Roces, a través de su presidente Miguel Bernardo, ha emitido una respuesta a Barbón en sus redes sociales:
«La AVV Nuevo Roces se complace en invitarle a verificar dicha afirmación en una visita a nuestro barrio, uno de los más jóvenes de Asturias, como sabrá, y que a día de hoy y después de catorce años, carece de servicios públicos básicos, como son el consultorio médico y el colegio público dependientes de la administración que usted dirige»
Los vecinos del barrio de Nuevo Roces están “hartos” de ver cómo cada año el centro médico y el colegio proyectados en forma de promesas sobre el barrio se quedan cada año en papel mojado. “Supuestamente tendrían que estar en obras este 2021. Y todavía no se ha movido un gramo de tierra. Nos sentimos ninguneados, pero nos asiste la razón”, critica Miguel Bernardo.
El barrio tiene una pequeña partida reservada dentro de los 30 millones que el Principado pretende destinar en 2022 a Gijón. Unas cifras que generan escepticismo entre los residentes. Como ejemplo, el futuro ambulatorio que no llega. “Para el ambulatorio había presupuestados para este 2021 un millón de euros. Solo se han ejecutado 99.000 euros para el diseño. Es un 9%. Y la cuantía para 2022 en el borrador del Principado solo corresponde a esa parte sin ejecutar. Hablamos de un retraso en toda regla”, desliza el líder vecinal de Nuevo Roces. Bernardo pone como ejemplo las vallas ya presentes en la parcela para unos equipamientos privados. En su día fue segregada en dos: una mitad para una mutua privada y la otra para el centro médico. “Es elocuente ver cómo las obras en el lado privado han empezado, cuando su parcelación fue simultánea”. Cifra en 1.400 los menores de este “barrio joven” sin colegio. “Ya del instituto, ni hablamos”.