
Pedro Sánchez es un animal político para el que sus contrincantes no han encontrado aún rival. No lo es Feijóo, mucho menos el señor de la ultraderecha y no parece que lo sea Yolanda Díaz ni nadie de su equipo actual. Y no son sus rivales por una sencilla razón, y es que, si algo resulta innegable si acudes a un mitin del PSOE es que Pedro Sánchez logra una absoluta unanimidad entre los suyos. Y eso, es mucho
Lo de ir a un mitin político tiene algo de subidón, o de catarsis. Bueno, quizá también tiene que ver que Arde Bogotá mola mucho, y si lo ponen justo antes de que comiencen los discursos, ayuda. En un Pabellón de las Naciones abarrotado, con gente de toda Asturias e incluso de Cantabria, el ambiente era muy proclive al mitin de campaña.
Atravesando todo el Pabellón aparecieron Pedro Sánchez, Adrián Barbón, Jonás Fernández y Begoña Fernández, entre vítores en intentos de besos y saludos comenzó el mitin gijonés. Abrió el juego la representante de la Agrupación Municipal Socialista de Gijón, Begoña Fernández, quien ensalzó las principales políticas de Pedro Sánchez y le dio la bienvenida. De igual manera lo hizo con Adrián Barbón, quizá con algo menos de énfasis, pero puede que fuera por la cotidianeidad y cercanía de una frente al otro. O quizá no. El caso es que, además de defender el trabajo del futuro europarlamentario Jonás Fernández y mencionar y saludar al Secretario General del PSOE de Gijón, no hizo ninguna mención a ningún asunto de Gijón que pudiera venir al caso. Se ve que nada hay en Gijón que tenga que ver con Europa. En fin. Sin este acento gijonés tomó la palabra Jonás Fernández, quien comenzó (al igual que hicieran Adrián Barbón y Pedro Sánchez) recordando a la inolvidable Maricuela, referencia del socialismo astur. Jonás ensalzó la labor de la Unión Europea durante la pandemia, y la gestión realizada de todo lo que vino después; de los Fondos de Recuperación, los Fondos de Transición y, en resumen, de lo importante que es la Unión Europea frente a los que niegan esta importancia, la ultraderecha y la derecha. Esta cuestión, la mención de la derecha y de la ultraderecha como “enemigos” de la conciliación, la redistribución y los avances sociales que debe ser la UE, formó parte tanto de su discurso como del discurso del Presidente del Principado y del de el Presidente de España. Jonás ha destacado por ser el único en mencionar al líder del PSOE en Gijón, Floro, aunque no por su presente político, sino por su pasado al frente de la ONG Proyecto Hombre.
Le tocó el turno al Presidente del Principado, Adrián Barbón quien, recibido en pie y entre aplausos, elevó el tono -literal y metafórico- del mitin. Sorprendieron un par de menciones al ex líder del PP en Asturias, Diego Canga, lo que denota que no debieron encajar muy bien en el poco tiempo que compartieron en política, tras la salida urgente, después de su derrota, del señor Canga a Bruselas. Su discurso fluyó entre reforzar la figura de Jonás Fernández, el peso de la Federación Socialista de Asturias, el agradecimiento a Pedro Sánchez por su presencia en Asturias y el convencer a los presentes de ir a votar. En especial esto último. No tanto para que los presentes fueran a votar, que se presupone que así será, sino para cargarles las pilas y que cada uno de los allí convocados hiciera su propia campaña en su entorno. Es evidente que el PSOE sabe que las carreras electorales se le hacen muy largas al Partido Popular, y que cuanto más estiren el tiempo de ésta, y más y más hablen unos y otros, más perjudicado sale el PP. Algo que no sorprende, a tenor de las “ambigüedades” y mensajes reaccionarios de los que se hace eco el partido conservador.
Y tras Adrián llegó Pedro. Y convenció a los convencidos, que, aunque pueda parecer algo de Perogrullo y evidente, no es cosa sencilla (y si no que se lo digan al PSOE de Gijón, donde no todos están convencidos, ni van todos a una). Eso es lo que han logrado Pedro Sánchez y su equipo. Se le ve cómodo hablando delante de miles de personas, no le tiembla la voz, está tranquilo y relajado. Tienen un buen sello de campaña con su “buenas tardes zurdos y zurdas” y tienen, especialmente frente a la derecha y la ultraderecha, los datos. Hubo muchos datos, respecto al empleo o a la situación económica y hubo mucha mención a todo lo contrario a esos datos que decía representaban los Milei, Netanyahu, Abascal, Aznar (si, Aznar) o Feijóo. Situando a todos ellos como enemigos de lo que el PSOE sí quiere defender, la justicia social. La reindustrialización verde, la juventud, los mayores, las mujeres y sus derechos, el cambio climático y Palestina. Y Ucrania. Señaló que el voto al PP es el voto a “las tijeras de los recortes” de Europa y el voto a la ultraderecha sería votar a “la motosierra de los recortes”. Estaba en su salsa.
No hubo ni una mención a los partidos a su izquierda, pero sí enumeró alguna de las medidas implementadas como un logro del “gobierno de coalición progresista”.
El PSOE es consciente de que lo único que necesita para obtener unos buenos resultados en Europa es movilizar, movilizar y movilizar. En su discurso se percibe que ha fagocitado lo que había a su izquierda (gracias en especial a la incapacidad de SUMAR por hacer dos cosas: una, un partido democrático y no de dedazos y dos, ser más de izquierdas que el PSOE; pero esto lo dejamos para otro artículo). Con el sector a su izquierda en franca regresión, el enemigo electoral es mucho más sencillo de confrontar, en especial si el PP en vez de ejercer de partido moderado de derechas continúa haciendo de partido que se esfuerza en decir absurdeces al nivel de VOX, con quien se acabará disputando el voto, dejando al PSOE incluso con posibilidades de ganar en las elecciones europeas, pese al enorme desgaste que supone gobernar.
Además de esas sensaciones, de las miradas, los abrazos y de las presencias y saludos que se dan en estos mítines, estos permiten ver a un observador cómo son las relaciones internas de un partido, ya sea el PSOE el PP o Podemos. Siempre son complejas y difíciles, pero hay tres cosas con las que me gustaría rematar esta crónica:
La primera es que os puede gustar más o menos el PSOE, pero saben montar este tipo de actos; lleno, una hora y cuarto y listo, para que nadie se agobie. Mensajes motivadores regados de datos reales y aderezados de ilusión por mejorar poco a poco la región o el país en el que uno vive.
La segunda es que la presencia de Pedro Sánchez en Asturias y las gracias mutuas entre él y Adrián Barbón solo indican el peso que continúa manteniendo el socialismo asturiano. Que, si bien es cierto que para muchos de nosotros debería ser aún mayor -para que ello incidiera en más peso de Asturias en el gobierno nacional- el mitin de hoy ratifica al secretario general asturiano como un líder reconocido por el socialismo de Pedro Sánchez.
Y la tercera y última es que Pedro Sánchez es un animal político para el que sus contrincantes no han encontrado aún rival. No lo es Feijóo, mucho menos el señor de la ultraderecha y no parece que lo sea Yolanda Díaz ni nadie de su equipo actual. Y no son sus rivales por una sencilla razón, y es que, si algo resulta innegable si acudes a un mitin del PSOE es que Pedro Sánchez logra una absoluta unanimidad entre los suyos. Y eso, es mucho, y muy difícil de lograr, que ninguno de los anteriores lo tiene, ni tienen visos de lograrlo.
Me prestó asistir y ver a P.S., un socialista muy salau y convencido de su puesto, con un talante bastante único.
Para ser político hay que tenerlo claro, calmao y no ponerse nerviosu ante los demás demócratas..
Por eso siempre fui simpatizante y admiro a los políticos ( que son los que hacen las leyes).
Un saludo