«Siempre tuvo inquietudes deportivas. (…) Se involucró siempre en cuantos eventos deportivos y culturales interesaron a Gijón, a la par que desarrollaba su labor como ingeniero»
La familia Adaro fue una estirpe clave en el desarrollo industrial y económico de Asturias. El ingeniero madrileño de origen vizcaíno Luis Adaro Magro abandonó la capital de España para establecerse en Asturias y convertirse en empresario minero a finales del siglo XIX. En el año 1900 entra en el consejo de administración de Duro Felguera; en 1901 fue cofundador de la empresa Adaro y Marín, precursora de Adaro Tecnologías; en 1907 se convierte en director general de Duro Felguera y, por si fuera poco, fue impulsor de la creación de entidades tan importantes para nuestra tierra como el Banco de Crédito Gijonés o la Caja de Ahorros de Asturias.
Un hijo del exitoso empresario madrileño, Luis Adaro Porcel, fue la figura más relevante en los primeros años del fútbol en Gijón. Nacido en Gijón el 24 de febrero de 1983, siempre tuvo inquietudes deportivas. Estudió como interno en el colegio que los Padres Agustinos tenían en El Escorial, y destacó en la práctica del atletismo y en su afición por la montaña, pero fue en Suiza, donde completó sus estudios de ingeniería industrial, donde conoció un nuevo deporte que marcaría, de alguna forma, la vida cultural de Gijón: el fútbol.
En sus años en el país helvético practicó este deporte en el en el Chateau de Lancy, un histórico equipo colegial suizo que incluso disputó la primera competición de carácter nacional en el país helvético allá por el año 1897. Y fue a su regreso a Asturias en el verano del año 1900 cuando empezó a practicarlo en nuestra ciudad, en la playa de San Lorenzo, junto a un grupo de amigos que, en su mayoría, también lo habían conocido en sus etapas como estudiantes en Bélgica y Alemania, fundamentalmente: Juan Alvargonzález Treacher, Romualdo Alvargonzález Caso o Ismael Figaredo Herrero, por ejemplo. Este fue el germen del primer equipo de fútbol nacido en la ciudad, el Gijón Sport, y que fundó en el año 1902 el propio Luis Adaro Porcel. Poco después apareció la Sportiva Gijonesa, fundada en el 1904. En ese mismo año, surgieron otros equipos en la ciudad: el Shooting de Gijón, la Recreativa o el Balón Club. Todos jugaban frecuentes partidos entre ellos y, en algunas ocasiones, también contra las tripulaciones de los barcos extranjeros que atracaban en el puerto de Gijón.
Lo cierto es que Luis Adaro Porcel, que fue padre además de otra figura importantísima en el desarrollo económico de nuestra ciudad, Luis Adaro Ruiz-Falcó, se involucró siempre en cuantos eventos deportivos y culturales interesaron a Gijón, a la par que desarrollaba su labor como ingeniero en la empresa Aleaciones y Manufacturas Metálicas (también fundada por su padre) y, posteriormente, como director de Adaro y Marín y de la Sociedad Anónima Adaro y también fue promotor de la primera Feria de Muestras de Asturias, que luego desarrollaría su hijo con muchísimo éxito. En el plano deportivo fue, además de fundador, jugador del Gijón Sport y ejerció como entrenador de este equipo y también del Sporting. En el caso del conjunto rojiblanco, formando la única dupla de técnicos de su historia, puesto que codirigió al primer equipo gijonés de la mano de Manolín Argüelles tras la dimisión como entrenador de Edmundo Morán, en el año 1925.
Pero sus vínculos con el Sporting fueron más allá. Fue directivo, con el cargo de vocal, del club bajo la presidencia de Secundido Felgueroso, y suya fue la idea de contratar para la temporada 1943-44 al primer preparador físico que tuvo la entidad, Carlos Blond, Ni qué decir tiene que resultó todo un éxito, puesto que ese curso futbolístico finalizó con el primer ascenso del conjunto rojiblanco a la máxima categoría del fútbol español. Luis Adaro Porcel dejó su cargo un año después de tal éxito deportivo, con el Sporting en Primera División, falleciendo el 1 de junio de 1948.