El cantante manchego trae este sábado a Gijón su homenaje a Luis Miguel con un doble pase en la Colegiata de San Juan Bautista a la luz de las velas, una atmósfera muy especial para disfrutar de los románticos temas del mexicano en su reconocida voz

«Soy muy romántico y muy sinfónico», se define Luis Muñoz (Campo de Criptana, 1983), cantante, profesor de conservatorio en la especialidad de trompa y multiinstrumentista que lleva desde los 6 años encima de un escenario. Primero con la copla y luego con la canción de amor, que él defiende a capa y espada frente a la promoción por parte de la industria de una música urbana con «lenguaje muy obsceno, nada respetuoso». El público gijonés podrá sentir en su voz clásicos de Luis Miguel, ‘El sol de México’, a la luz de las velas mañana en dos pases en la Colegiata de San Juan Bautista: a las 19.15 y a las 21 horas.
¿Viene a Gijón a dar un concierto muy especial?
Sí, es muy especial porque es lo mejor de Luis Miguel a piano y a la luz de las velas. Es algo muy íntimo, con canciones tan bonitas de amor y desamor; hoy no estamos acostumbrados a este tipo de letras y canciones bonitas. Me acompaña al piano Carlos Pérez Claudio, que ha sido subdirector de ‘El Rey León’, pianista de Mocedades, Ana Guerra o Isabel Pantoja, y es un lujo que esté conmigo también el sábado.
¿Cómo es la atmósfera que crean las velas?
Imagínese el ambiente tan intimista de un piano, una voz y esa luz de las velas. Estar a la luz de las velas lo que nos hace es recordar momentos. La música siempre nos mueve, la música es el alimento del alma, y qué mejor que esa mezcla de unas velas, un piano y una voz. Es un marco perfecto para interiorizar en nosotros mismos y recordar momentos muy especiales.
¿Por qué este homenaje a Luis Miguel?
Porque es un artista del panorama internacional que está alcanzando el top de la canción melódica, la canción de amor, la canción bonita. Sin Julio Iglesias, con Raphael menos en los escenarios, la muerte de Leo Dan, la de Juan Gabriel…, Luis Miguel está siendo el heredero de la música pop melódica, de amor y de desamor. Porque hoy en día ya no se canta al amor, se canta al sexo. Todas las músicas urbanas nos están llevando a un lenguaje muy obsceno, nada respetuoso, y Luis Miguel es ahora el que lidera la música de habla hispana en el amor.
¿El repertorio escogido incuye los temas más conocidos o también algunos menos populares del artista mexicano?
Es una hora de concierto —hacemos dos pases— en la que vamos a interpretar temas todos superconocidos, aparte de otros archiconocidos, porque Luis Miguel grabó varios discos de boleros con letras hechas famosas por otros artistas y también tocaremos algunos de estos clásicos.
No es su primera vez en Asturias. ¿Cómo es su experiencia con el público asturiano?
En Gijón sí es mi primera vez como cantante, donde tengo un recuerdo superbonito en la Laboral, porque ahí hice un concierto con Monsterrat Caballé en el que iba como músico, con la trompa. Aquel día canté con ella y fue un momento único, así que tengo muchas ganas de estar en Gijón. Llevo yendo 3 o 4 años a Pola de Siero y el público de Asturias siempre me ha tratado muy bien. Siempre se llena y es un gusto, la verdad, volver a Asturias.
Usted es un artista con mucha trayectoria que empezó en la música muy joven.
Sí, empiezo a los 6 años a cantar en un grupo con Karina, Ana Reverte, Arévalo… Se llevaba mucho por los pueblos. Yo cantaba copla y con 10 años grabo mi primer disco, ‘Y cantaré’, con una voz blanca; luego me cambió la voz y vinieron otos discos como ‘Sirena del amor’, ‘Encuentros’, ‘A corazón’, ‘Atrévete a volar’ y el último, en 2022, ‘No es el final’.
Y con recorrido en toda España y también en América Latina.
La verdad es que América Latina me ha tratado siempre muy bien y tengo muchas de volver. De hecho estoy mirando para poder volver a México y hacer nuevos sencillos. Estamos trabajando en ellos, porque cuesta mucho hoy día introducir los temas en este género musical.
El de Luis Miguel no es único tributo que trabaja. ¿A qué otros artistas homenajea?
Hago tributos en diferentes formatos, que empezaron cuando me cogieron para hacer el musical de Manolo Escobar, cuando falleció, junto con su hija Vanessa. Estuvimos varios meses en la Gran Vía madrileña hasta que ella dio a luz a su hijo y me tocó a mí realizar el homenaje a Manolo Escobar en solitario. Íbamos a los sitios, lo hacíamos bien y querían que repitiera. Luego hice homenajes a grandes cantantes como Julio Iglesias, Raphael, Nino Bravo, Camilo Sexto… También tengo un espectáculo muy especial para mi, ‘El Gran Guateque’, que reúne medleys con los grupos más importantes de los 60 y 70 de nuestro país. Además he participado en musicales como ‘Los Miserables’, en zarzuelas… Un poco de todo. Soy profesor de conservatorio en invierno y los fines de semana me dedico a cantar; y en verano sobre todo a las giras que venimos haciendo con todos estos diferentes espectáculos que llevamos en cartera. Ahora el objetivo es volver a México y trabajar en nuevos sencillos.
¿Qué supone para la industria este cambio en el consumo de música, con los discos relegados a un segundo plano?
La industria está mejor que nunca, diría yo, porque es cuando más música se consume, y eso nos hace estar siempre muy presentes. Los sencillos se consumen en 6 semanas y ya tienes que sacar otro. Vivimos un momento vertiginoso y tienes que estar muy activo, lo que requiere tiempo y dinero. Pero sí es cierto que el enfoque de los que tienen la pasta y el poder va todo para música urbana y estamos dejando un poco de la lado a los cantantes clásicos, de siempre, o los grupos de pop o de rock, una seña muy identificativa de nuestra música. Están volviendo grupos ya clásicos porque no estamos sacando grupos nuevos.