El Ayuntamiento concede a la multinacional siderúrgica la licencia de obra necesaria para acometer el proyecto en Veriña, poniendo fin a la parte municipal de un proceso que desde el Ejecutivo aseguran que ha sido «todo lo ágil posible»
Era poco lo que, por parte del Ayuntamiento de Gijón, quedaba por hacer para que ArcelorMittal pudiese iniciar la construcción de su nuevo horno eléctrico en sus instalaciones de Veriña. Y ese ‘poco’, al fin, ha pasado a ser ‘nada’. Este mismo miércoles, al término del Pleno ordinario del mes de mayo, el Gobierno de la ciudad, a través de su portavoz y concejal de Urbanismo, Jesús Martínez Salvador, anunciaba la concesión de la licencia de obra a la multinacional siderúrgica, completando así un proceso que en algunos círculos ha sido criticado por su aparente tardanza. La expedición del documento llega después de haber logrado la autorización final de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), el paso previo que quedaba por acometer.
«Hemos sido todo lo ágiles posible en la gestión para favorecerlo», se justificaba ayer Martínez Salvador, satisfecho, no obstante, por la conclusión satisfactoria de un proceso directamente vinculado a la descarbonización de la empresa, una cuestión «de primer orden para la ciudad y la región», en palabras del edil. El futuro horno tendrá una capacidad de producción de 1,1 millones de toneladas anuales, y promete marcar un antes y un después en el desarrollo de la actividad de Arcelor en la región. La previsión es que, a lo largo de este jueves, tenga lugar el acto oficial de comienzo de la construcción.