La entidad internacional confirma que iniciará la evaluación de la candidatura asturiana, una de las 55 que serán ponderadas en este ciclo 2023-2024, y cuyo resultado se sabrá a finales del próximo año

Largos meses, años incluso, de espera, dudas y posibles en torno al posible reconocimiento de la cultura sidrera asturiana como Patrimonio Mundial Inmaterial parecen haber eclosionado, al fin; además, de una forma, en principio, positiva. Porque la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) confirmó ayer al gobierno del Principado que ese potencial asturiano, una de las más de medio centenar de candidaturas internacionales que concurren en esta edición, será estudiado como posible merecedor del prestigioso reconocimiento. El anuncio no hace sino confirmar una información adelantada por la propia entidad global ya en 2022, y que se vio obligada a posponer el estudio de la propuesta autonómica hasta el ciclo 2023-2024, debido al abundante número de peticiones acumuladas. Que sea admitida o no, empero, es algo que no se conocerá hasta finales del año que viene.
El expediente técnico es fruto de más de nueve años de trámites, que se iniciaron con los preparativos para la declaración de la cultura sidrera como Bien de Interés Cultural Inmaterial en 2014. Por aquel entonces el Principado presentó el expediente después de que el Consejo de Patrimonio Histórico Español eligiera la candidatura de la cultura sidrera asturiana como representante española para entrar a formar parte de Lista Representativa del Patrimonio Mundial Inmaterial de la Unesco. En ese sentido, un grupo de trabajo confirmado por el ejecutivo autonómico, representantes de la denominación de origen protegida (DOP) Sidra de Asturias, antropólogos, historiadores y estudiosos se ha encargado de revisar y dar forma al expediente técnico definitivo de la candidatura desde el pasado noviembre, cuando el Consejo de Patrimonio Histórico Español acordó que la cultura sidrera asturiana fuese la candidatura que España presentaría en 2022.
La candidatura no pudo ser evaluada en el ciclo 2022-2023 debido a la normativa interna de la Unesco, que establece que cada año sólo se evalúan 55 candidaturas de las presentadas por los distintos países, con preferencia para las naciones poco o nada representadas en una Lista de Patrimonio Mundial Inmaterial, en la que España cuenta en la actualidad ya con una veintena de elementos inscritos. De hecho, cada país tiene derecho a que uno de sus expedientes se analice cada dos ciclos.
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