Malestar en Ceares y El Coto por la construcción del carril bus en Pablo Iglesias, que empezará en enero

Reprochan al Ayuntamiento falta de diálogo y alternativas para compensar las 80 plazas de aparcamiento que se van a perder

Los barrios no se sienten escuchados por el Ayuntamiento en lo que se refiere al diseño de las obras incluidas en el Plan de Movilidad. En enero arrancarán las financiadas por el Proyecto Europeo de bajas emisiones, entre las que se encuentra el carril bus en la calle Pablo Iglesias. Una ejecución que conllevará la eliminación de los aparcamientos del lateral derecho de la calle afectando a dos barrios, el de El Coto y el de Ceares, que sufren un déficit endémico de plazas, tanto en superficie como subterráneas. Las asociaciones vecinales dicen “no ir en contra de los cambios de movilidad sostenible, pero hay que hacer las cosas bien” y solicitan al Ayuntamiento que “propongan alternativas de aparcamiento o mejoras en el transporte público”, al tiempo que piden a los responsables municipales que “pisen las calles de los barrios afectados y se comuniquen con la gente”.

Desde Hermanos Felgueroso a Usandizada, 1 km de longitud y con aceras de pavimento “descontaminante”

Las obras de construcción del carril bus en Pablo Iglesias empezarán en enero, durarán 9 meses y costarán 1,4 millones de euros. El carril bus que discurrirá desde la avenida de los Hermanos Felgueroso hasta Usandizaga, tendrá 1 km de longitud y conllevará la supresión de unas 80 plazas de aparcamiento, 40 pertenecientes al barrio de Ceares y otras 40 al del Coto. Son todas las actualmente situadas a la derecha del sentido de circulación, más algunas junto al Codema que pasarán de una configuración en batería a otra en línea. El espacio que pierden los coches en ambos laterales permitirá ampliar en 1.436 metros cuadrados el espacio peatonal y las aceras se construirán con pavimento “descontaminante” de tipo “ecogranit”. Se trata de unas baldosas fabricadas con un hormigón cuya composición facilita la descomposición de compuestos como los óxidos de nitrógeno, a través de un proceso de oxidación por fotocatálisis. El proyecto de transformación parcial de la calle se presentó hace casi un año, fecha desde la que los representantes vecinales de los barrios afectados, aseguran no haber tenido contacto alguno con los responsables municipales, ni para informar sobre el comienzo de las obras ni para presentar alternativa alguna a la pérdida ya conocida de 80 plazas. “Nosotros no vamos en contra de los cambios de movilidad sostenible, pero hay que hacer las cosas bien”, asegura Christian Guisado, presidente de la asociación de vecinos de El Coto, “pero lo primero, antes de hacer una intervención que conlleva una pérdida tan importante de aparcamientos y que va a generar más presión en las zonas colindantes, hay que presentar alternativas y hablar con los vecinos”. Mismo sentir en Ceares donde dicen “estamos de acuerdo en la movilidad sostenible pero no que en un barrio para 16.000 habitantes con una sola parada de taxis y una línea de transporte que pasa con mucha frecuencia, se eliminen 80 plazas de aparcamiento sin ofrecer ninguna alternativa”, comenta Víctor Díaz , portavoz de Esto Ye Ciares.

“Pedimos aparcamientos alternativos, mejoras del transporte público y a los cargos públicos, que pisen las calles de los barrios afectados”

Los barrios de Ceares y El Coto presentan desde hace décadas déficit de plazas de aparcamiento. A esto se une que son colindantes con calles en las que está implantada la zona azul, lo que dificulta enormemente a los vecinos aparcar sus coches. Con el cambio previsto en el plan de movilidad para la avenida Pablo Iglesias, “aumentará la presión para la zona de los Jesuitas que se va a ir traduciendo en que en la zona sur de barrio va a ser imposible aparcar”, aseguran desde Esto Ye Ciares. “Incluso nos tememos que haya una subida del precio del alquiler de garajes en toda la zona”. A esto se unen las múltiples deficiencias que dicen sufre la zona en lo que se refiere al transporte público. “Por Ceares solo atraviesa de norte a sur una línea de EMTUSA, la número 16. Para bajar caminando desde la zona alta del barrio a Pablo Iglesias, hay 20 minutos de caminata”, cuentan. “Quieren que dejemos el coche en casa para favorecer una movilidad sostenible pero, ¿dónde lo dejamos? Quieren que utilicemos el transporte público: ¿Por qué antes no aumentan las líneas y frecuencias? Y en cuanto al taxi: ¿Cómo puede haber una sola parada en todo Ceares?”, se preguntan. Los colectivos vecinales plantean sus dudas pero también alternativas: “En Ceares se podría suprimir uno de los tres carriles de la calle Feijóo para crear dos líneas de aparcamiento en batería, de forma que se se podrían habilitar bastantes plazas en toda esa calle que permitiría ir dando respiro a los vecinos de la zona sur”, propone Víctor Díaz.

El Coto tampoco cuenta con aparcamiento para absorber el impacto de la supresión de las plazas de Pablo Iglesias, “cosa que ya hemos puesto de manifiesto a la Concejalía de Movilidad en reiteradas ocasiones”, cuenta Christian Guisado. “Es más, aunque de alguna manera se pudieran recuperar algunas plazas de aparcamiento, calles de la zona norte como Balmes, Calderón de la Barca y sus perpendiculares, quedarían congestionadas”.

El Ayuntamiento minimiza la pérdida de plazas que supondrá la ejecución del Plan de Movilidad. Hasta el momento, calculan, las acciones que el gobierno local ha desarrollado han supuesto la pérdida de 466 estacionamientos, incluyendo los 170 de la avenida del Molinón, lo que supone el 1,16% de las 42.261 totales que Gijón tiene en superficie.