El recién llegado, licenciado en Historia del arte y en las filas de la Policía Nacional desde 1991, jura el cargo en Oviedo, decidido a defender la idea de que «el servicio, inexcusablemente, tiene que ser de calidad»
Oficioso hasta este miércoles, oficial desde entonces, las fuerzas de la Policía Nacional destacadas en el Principado ya cuenta, de pleno derecho, con un nuevo comandante. Mediada la tarde de ayer, y tras completar varias jornadas dándose a conocer y, al mismo tiempo, conociendo a los agentes bajo su mando, Jorge Ignacio Moreno tomaba posesión de su nuevo cargo como jefe superior de Policía de Asturias, jurándolo en Oviedo en presencia del director general de la Policía, Francisco Pardo Piqueras; de la delegada del Gobierno nacional en la región, Adriana Lastra, y del vicepresidente autonómico, Juan Cofiño, entre otras autoridades. Se inicia así una andadura que el recién llegado promete que se cimentará en una máxima inviolable: mantener en todo momento «la legalidad por encima de la legitimidad».
Desde luego, si algo no le falta a Moreno es experiencia policial. Licenciado en Historia del Arte, ingresó en las filas de dicho cuerpo en 1991, y desde entonces ha asumido diferentes responsabilidades operativas, aunque siempre circunscritas al área de Información. Su primer gran éxito dentro del escalafón se produjo en 2006, cuando ascendió a inspector jefe; una década después dio el salto a la condición de comisario. De hecho, ese último empleo, en calidad de comisario principal, lo ostenta desde 2023, que compaginaba con el mando de la Brigada Provincial de Información en la Jefatura Superior de Cataluña. En fin, un largo periplo que le ha convertido en toda una autoridad en lo concerniente a la gestión de ese recurso tan valioso, en el día a día y en la labor policial, que es la información.
Ahora, la intención de Moreno en Asturias es que los profesionales bajo su mando continúen ejerciendo de ‘delgada línea azul’ en la lucha contra el terrorismo, los procesos de radicalización, el crimen organizado, la trata de seres humanos, los ciberdelitos y ciberamenazas, y la desinformación. Ahora bien, su Jefatura no se limitará a esos campos operativos; tal como prometió ayer, su compromiso es «ahondar» en la defensa de los colectivos más vulnerables, particularmente las personas mayores, las mujeres víctimas de violencia de género, los menores desamparados o todos aquellos que sufren delitos de odio. ¿Cómo abarcar ese amplio espectro de responsabilidades? A juicio de Moreno, incidiendo en el «trabajo en equipo» y en la puesta a disposición del mismo de lo mejor de cada uniformado, a fin de mantener unas bajas ratios de criminalidad. A fin de cuentas, y tal como concluyó, «el servicio, inexcusablemente, tiene que ser de calidad; ahí entra la actitud, el compromiso y los valores de la institución«.