«Las encuestas siempre nos han dado menos de lo que realmente obtenemos»
«A 28 kms tenemos un ejemplo de cómo podemos gestionar la vida cultural de la ciudad»
«Ana González no tiene fuerza para llevar las cuestiones de Gijón al Principado o a Madrid»

Aunque ha vuelto a empezar el curso escolar, el maestro rural Manuel Iñarra (Gijón, 1971) dedica también su tiempo a trabajar en una oposición diferente a la que nos tiene acostumbrados el partido Ciudadanos en Gijón. Como coordinador de la formación naranja en la ciudad, apuesta por ser más «incisivos» y «férreos» ante el gobierno local de Ana González.
Esta semana Ciudadanos se unía a partidos de izquierda para apoyar una moción por la muerte digna en el Ayuntamiento. ¿Es uno de los temas clave que diferencia a su partido de una política más conservadora?
Forma parte de esos temas en los que nosotros, como partido liberal, entendemos que podemos llegar a acuerdos sin mirar colores. Ponemos el foco en la idea central y no tenemos ningún complejo en luchar por algo que la sociedad demanda.
¿Qué otras líneas políticas de Ciudadanos Gijón destacan del resto de partidos?
La política que hacemos reside en la capacidad de llegar a acuerdos, de tender puentes. Hay muchas veces que preocupa más quién presenta una moción en el pleno que qué es lo que realmente se presenta. Entendemos que el sentido común es el que debe prevalecer. Actuamos sin apriorismos, simplemente mirando lo que puede ser positivo para el futuro de la ciudad.
¿Cree que esa filosofía de trabajo llega correctamente al gijonés que luego decide su voto?
Es uno de los problemas que tenemos. Si hay algo que nos caracteriza es el rigor, y siempre nos movemos en los márgenes realistas que la ley nos da. A veces, el rigor técnico se contrapone al lenguaje político y algunas de nuestras acciones no se entienden bien. Un “blablablá” tiene más importancia que un tema estudiado o que soluciones coherentes que sean factibles.
¿Qué es ser liberal según Manuel Iñarra?
Es la base de todas las democracias después de la Segunda Guerra Mundial: no inmiscuirse ni mandar en la vida de los demás, no ser sectario y no dejar que la ideología lo impregne todo. Nosotros ponemos en el centro a las personas. Pensábamos que el concepto de que la ideología estaba por encima de los acuerdos estaba superado, pero no. Ponemos la razón por delante de todo. Desgraciadamente, hoy es más fácil explicárselo a un alemán o a un inglés.
Sin embargo, la palabra ‘liberal’ tiene su origen etimológico en España.
Y Asturias tiene un gran protagonismo histórico, aunque tenemos olvidada la figura del liberal, cuando tuvo un papel determinante en las cortes de Cádiz y en “La Pepa” de 1812. Algunos hoy incluso se intentan adueñar de figuras clave como Agustín Argüelles, Rafael del Riego o Álvaro Flórez Estrada. Gracias a ellos, el liberalismo se mantuvo vigente.
En el asunto del fin de los festejos taurinos en Gijón, la palabra ‘libertad’ ha sido la más usada, ¿qué aporta Ciudadanos al debate?
Para empezar, planteamos en la asamblea de afiliados que estábamos ante una cuestión de conciencia y ética personal. Nuestra esencia es no inmiscuirnos en estos temas. Si se están celebrando y no hay una ley que lo prohíba, ¿quiénes somos los políticos para meternos? Hay gente de derechas y de izquierdas que van a los toros, gente a la que no le gusta. A muchos les gusta encorsetar estos temas en la ideología, pero para Ciudadanos, este intervencionismo está muy alejado de nuestra visión.

Algunas invocaciones a la libertad hacen recordar el discurso político de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, con el que ganó las elecciones y echó a Ciudadanos de la Asamblea de la Comunidad.
La forma de Gobierno que pidió la gente en Madrid venía sustentada realmente por la política ejercida por Ciudadanos hasta ese momento. Ayuso sacó pecho de una gestión que venía de nuestro partido, como era la cultura o la política económica. En aquellos gobiernos en los que estamos, nuestros representantes, con una gran trayectoria profesional, aportan todo su conocimiento. Los datos están ahí: a 28 kms tenemos un ejemplo de cómo podemos gestionar la vida cultural.
Oviedo está viviendo estos días un San Mateo que está atrayendo a mucha gente a sus calles, con un completo programa para todos los públicos. ¿Echó en falta la celebración de las Fiestas de Begoña este verano?
Me ha causado mucha pena. Las fiestas de Gijón siempre han sido un referente en la cornisa cantábrica. Literalmente, nos ponían en el mapa y eran muy mediáticas. Quiero poner el foco en los niños, ¿cuántas actividades hubo para ellos en el periodo estival? Muchos turistas eran familias a las que no hemos podido aportar contenidos. También, tenemos una población envejecida a la que no hemos atendido, no celebrando actividades que les encantan. A todo esto, nos quejamos de que los jóvenes hagan botellón, pregunto, ¿para estas personas qué actividades se han ofertado? Pienso que este verano, pese al éxito de ser una ciudad muy visitada, ha pasado sin pena ni gloria. Ni hemos disfrutado los propios gijoneses, ni tampoco los visitantes. La verdad es que me alegro por la gente de Oviedo que sí está disfrutando.
Entre las propuestas de la ciudad vecina, ha destacado la creación del festival Kuivi PopUp, que no ha parado de animar el barrio de San Lázaro durante el verano.
El Kuivi PopUp está siendo un éxito, y se ha instalado en un barrio muy parecido en características a otros de Gijón. Es una pena que personas propias de la ciudad, como es uno de los organizadores, que tienen todo ese bagaje en gestión de ocio y cultura, tengan que llevar estas iniciativas a otros lugares.
«Siempre digo lo mismo: asfaltar una calle o arreglar una farola, ¿es de izquierdas o de derechas?»

El arrastre nacional jugó a favor de su partido en los últimos comicios locales de 2019, ¿cuánta importancia cree que tiene lo que pase en el país y cuánta la oposición local que está haciendo Ciudadanos? ¿Qué pesa mas?
Hoy en día, es clara la importancia de ese arrastre. No obstante, nosotros nos centramos en el cumplimento del mandato que nos han dado nuestros votantes, que es el papel de oposición. La gente que votó a Ciudadanos quería una oposición seria que diese soluciones. No hemos caído en la sobreactuación, ni en conductas teatrales. Entre el rigor y la demagogia nos quedamos con el rigor. Es algo que tenemos que explicar mejor. Nuestro trabajo se basa en anteponer los derechos de los ciudadanos por encima de cualquier sigla y por encima de cualquier rédito electoral.
Una vez me dijo que Ciudadanos es un partido de futuro, porque sus ideas eran “muy modernas”.
Lo sigo diciendo. Además, a la sociedad les cuesta ubicarnos y nos llaman “veletas”. Reivindicamos que la veleta es algo positivo, porque te ayuda a saber dónde va el viento. Somos un partido de extrema necesidad. Hoy vivimos una política que habla más de 1936-39 que del 2021. Me encanta el nombre de nuestro grupo en el Parlamento Europeo, Renew, algo “renovador”. En las democracias europeas, cuando ha habido una crisis en los grandes partidos, la solución ha sido un partido liberal. En España, nuestro tiempo llegará. En Alemania, el partido liberal estuvo casi sin representación y ahora es cuarta fuerza y todo el mundo lo entiende como bisagra necesaria entre el CDU y el SPD. En las encuestas sociológicas parece que un partido de centro es muy valorado. En Ciudadanos hemos cometidos errores estratégicos, pero nadie nos critica por nuestra gestión allá donde gobernamos. No tenemos casos de corrupción y no debemos un euro a nadie. Todo eso es por lo que Ciudadanos tiene un futuro por delante.
¿Qué relaciones tiene el partido Ciudadanos Gijón con el grupo municipal?
En estos momentos, la relación es de trabajo común. Articulamos diferentes grupos ad hoc, como por ejemplo, para el plan de movilidad. Nuestros afiliados son profesionales con experiencia en sus campos y dedican su tiempo a solucionar los problemas que se presentan desde el grupo municipal. Esta semana hemos tenido tres reuniones. No puede ser de otra manera: tenemos que hablar muy poco de lo que nos pasa dentro de casa y mucho de lo que les pasa a los vecinos de Gijón. Estamos para resolver las vidas de los que nos votan, no las nuestras.
Cuando se habla de pactar con partidos, ¿Ciudadanos tiene alguna línea roja en Gijón?
Las líneas rojas vienen marcadas por el sectarismo, por aquellas personas que quieren excluir a otros de los debates. Son fronteras que no se deben tocar. Siempre digo lo mismo, asfaltar una calle o arreglar una farola, ¿es de izquierdas o de derechas? Muchas veces las líneas rojas significan no llegar a un acuerdo en lo más básico. Una de las ventajas de la política local es que se puede llegar a acuerdos con fuerzas que pueden estar muy distanciadas en lo ideológico, porque al final prevalece solucionar el problema.
Hasta donde sabemos, ¿cuál es el plan para la lista de 2023?¿Baraja usted presentarse como candidato?
Hemos acordado que no tocaremos el tema hasta el último momento. Primero, hay que encontrar soluciones a todos los problemas de la ciudad, y hablar de nosotros nos hace perder tiempo. Dos años es mucho. Estamos seguros de que a los vecinos de Gijón les importa poco nuestras listas y sí los problemas que siguen sin resolverse.

Entiendo entonces que una coalición de Ciudadanos, PP y Foro, a lo ‘Gijón Suma’, no ha pasado por su cabeza en ningún momento.
No sabemos de dónde salió la idea, solo que en su momento fue Alberto López-Asenjo quien lo sacó a la opinión pública. En el partido nadie nos dijo nada. Para cualquier cosa que se hable, nosotros siempre con papel, luz y taquígrafos.
¿Qué piensa de la encuesta del Asturbarómetro que pregoniza su desaparición del pleno?
La tendencia expuesta en esa encuesta no va en la línea de los sondeos que estamos haciendo a nivel interno y que serán públicos este otoño. Las encuestas sobre Ciudadanos a nivel municipal siempre nos han dado menos de lo que realmente obtenemos. La mejor encuesta es la de las elecciones, y el mejor aval nuestro trabajo.
Su aspiración eran los 400 afiliados en este mandato, y así lo dijo en 2019, cuando tenían 174, ¿en qué cifras se mueven ahora mismo?
En el mejor momento llegamos a estar por encima de los 300. Ahora, rondamos el centenar. Hemos tenido bajas desde las elecciones nacionales de noviembre de 2019, pero contemplamos con mucha esperanza las altas. En los últimos meses hemos tenido hasta 10. Son personas que creen que el proyecto debe seguir vivo y con un perfil similar: gente que nunca participó en política y que tienen su vida profesional resuelta. Es cierto que no tengo mucho futuro con la bola de cristal. Cuando dije aquello estábamos en un momento álgido. No obstante, los nuevos afiliados te insuflan ese ánimo para seguir siendo útil.
¿Sabe si las bajas se han ido a otros partidos? ¿Cree que son personas recuperables?
No me consta que en Gijón haya habido un trasvase a otras fuerzas. Ha habido afiliados que se han desenganchado a nivel nacional pero siguen muy vinculados en el día a día. Muchos continúan colaborando con nosotros. Más allá de que en algún momento difirieran de nuestras decisiones, consideran que nuestra forma de hacer política es necesaria para la ciudad.
Sobre la gestión de Ana González, ¿qué se comenta en la junta directiva de Ciudadanos Gijón?
Como somos personas que sentimos Gijón, nuestra opinión no es diferente de lo que piensa la mayoría de la opinión pública. Ninguno de los temas de la ciudad se ha solucionado, y en algunos casos hemos abierto nuevas brechas en la sociedad que antes no existían. La gestión es de suspenso claro. No me gustan los gobiernos en los que la ideología y el sectarismo son los faros. La política local es donde más se tienen que acercar las posturas, y ahora parece que es donde más se alejan. Esta semana, hemos tenido al presidente Pedro Sánchez en Gijón y no ha habido ni una palabra sobre el plan de vías o la línea marítima con Francia. Si tú tienes al presidente de España aquí, esos temas se tienen que meter en la agenda. Me podrán decir que no tocaba, pero son de vital importancia. Ana González no tiene fuerza para llevar las cuestiones de Gijón al Principado o a Madrid, donde están gobiernos del mismo signo político. ¿Alguien se imagina a Abel Caballero (alcalde de Vigo) actuando así?
En esta segunda parte de legislatura, ¿vamos a ver más contundencia ante el gobierno local en la oposición de Ciudadanos Gijón?
Nuestra actitud siempre ha sido de tender la mano. Hemos presentado más de 600 propuestas y reclamaciones en el Ayuntamiento, pero visto la respuesta que hemos tenido por el otro lado, nuestra estrategia no puede ser la misma. Quiero decir que no nos vamos a volver más exabruptos o demagógicos, pero sí vamos a hacer una oposición más incisiva, más férrea, ante el gobierno local. Somos un partido moderado, pero nuestro discurso va a cambiar. No alcanzaremos acuerdos sobre medidas en las que la ideología lo impregne todo.

Ustedes votaron a favor de la ordenanza de movilidad, y la cuestión se va a llevar ahora por vía judicial. En esta ordenanza, ¿están entrando en colisión la libertad de los vecinos en su transporte (liberalismo) con la tendencia europeísta de su partido?
Fuimos el partido que más enmiendas presentó a esta ordenanza, más de cien. La que se aprobó no es la que quería Ciudadanos. Tuvimos que elegir entre enmendar o votar en contra, y que saliese una más lesiva. Es cierto que cuando uno da un paseo por ciudades europeas, la percepción de la movilidad cambia. Tampoco se trata de criminalizar a los automóviles, sino tener en cuenta que todo el mundo es peatón. Gijón es una ciudad envejecida y hay personas con movilidad reducida en muchos barrios y en la zona centro también. El gran problema es no haber llegado a un consenso. Nuestro papel fue mejorar una ordenanza que entendíamos que no era la ideal.
Ines Arrimadas hablaba esta semana de “milagro andaluz” para definir la labor de su compañero de partido y vicepresidente de la Junta, Juan Marín, junto al gobierno del PP. ¿Se puede importar ese modelo a Asturias?
Andalucía es un gran ejemplo de lo que significa la gestión de Ciudadanos. El gran trabajo del consejero Javier Imbroda en educación también es ejemplar. Es una política que no se basa en conejos en la chistera, sino en el trabajo y estudio de todo. Están demostrando que en solo dos años se puede revertir la situación de un gobierno socialista que ha durado décadas con medidas erráticas. La política es una cuestión de querer cambiar las cosas, no de suplantarla por el sectarismo.
Cada día que pasa me gusta más el leeros porque os lo currais mucho no como otros …hay que ser objetivos y además hacéis muy bien informando seguir así