Cuando echaron a andar en el año 2004, con la incertidumbre y los escasos recursos propios de una organización sin ánimo de lucro, Mar de Niebla no imaginaba que años después conseguiría convertirse en todo un referente en la ciudad. La que nació como una asociación en el barrio de La Calzada «para mejorar la vida de las personas», acabó convirtiéndose en una fundación que busca generar oportunidades «y una sociedad más justa para todos«. Así nos lo cuenta Héctor Colunga, director de Mar de Niebla, la entidad que pone la mirada en las realidades más vulnerables, «siempre con vocación inclusiva».
Una ciudad que se construye entre todos
Si el trabajo de la fundación lleva más de 15 años siendo importante, durante la pandemia lo ha sido y lo está siendo aún más. Explica Colunga que «hay personas que no tienen hogar ni casa donde confinarse, y otras con una situación ya tan frágil que el confinamiento las desprotege más». Esa desprotección se tradujo inevitablemente en unas necesidades básicas imposibles de cubrir desde un confinamiento. Y, como consecuencia, «hubo que hacer un esfuerzo tremendo para conseguir recursos (económicos, materiales, tecnológicos, de acompañamiento emocional…) y hacerlos llegar con seguridad a las personas», relata su director.
Esto supuso para ellos «un reto tremendo», pero también la oportunidad para comprobar que un trabajo en red entre entidades y la Fundación Municipal de Servicios Sociales era posible. La palabra con la que lo definen es «encomiable».
Desde Mar de Niebla tienen muy claro que el pasado año será imposible de olvidar. También que a lo largo de él se hizo más evidente que nunca la necesidad de tener redes comunitarias activas. Tal y como explica su director esos movimientos asociativos «son cruciales para tener una sociedad en forma para sobrellevar cualquier situación sin dejar a nadie atrás».
Creen que Gijón se ha dado cuenta de ello, y que ahora ya no se puede perder ese horizonte, el de «una ciudad que se construye entre todos y todas».
Gijón, buena salud en cuanto a solidaridad
Desde Mar de Niebla son muy conscientes de que la sociedad está sobreexpuesta al ruido, un ruido que parece ocultar en ocasiones el verdadero ser y sentir de la mayoría. Sin embargo, aseguran que «Gijón tiene que estar orgullosa de sus redes asociativas, del trabajo que realizan muchísimas entidades y de la implicación de las personas que trabajan en los servicios públicos. Objetivamente hablando, se hacen muchas cosas y muchas de ellas muy bien».
Respecto al apoyo de las autoridades, la experiencia les ha demostrado que cuanto más próxima es la administración, más fácil es que empatice. Ello, a pesar de que competencialmente esté más limitada. «Los ámbitos municipales deben suplir con mucha imaginación y creatividad las disfunciones motivadas de la lentitud de los marcos autonómicos y estatales», afirma Héctor Colunga.
Además, lamentan el «proceso de confusión burocrática y excesiva» que han vivido en los últimos años. Desde la fundación explican que, al contrario de lo que se cree, «los procesos de acceso a las ayudas sociales son tremendos, de altísima exigencia documental, desincentivadores y orientados a la presunción de culpabilidad por parte de quienes tienen derecho a acceder a ellos».
Los proyectos de Mar de Niebla
Transformar aquellas cuestiones más inminentes, dar herramientas y empoderar a los colectivos. Estos son algunos de los objetivos de la fundación, pero ¿cómo hacerlos realidad? En su caso a través de proyectos y actividades, una doble mirada que les permite implicarse en la acción y a la vez «abrir vías de construcción colectiva y comunitaria».
Cuenta Colunga que esto se concreta de manera operativa en tres grandes áreas de trabajo.
- Los programas educativos: se centran en niños, niñas, adolescentes, jóvenes y familias con el objetivo de acompañar en procesos de educación a través del tiempo libre y de colaboración con los entornos formales. Destaca, por ejemplo, el programa Incide, de apoyo a los centros educativos desde una perspectiva social, de refuerzo educativo y que lucha contra la brecha digital e implementa metodologías y estrategias de transformación y comunitarias.
- El área de inclusión social: centra su actuación en aquellas situaciones donde ya hay una problemática que genera vulnerabilidad. Un ejemplo es el programa Eslabón, con el que recorren las calles de Gijón estableciendo vínculo, escucha y acompañamiento a personas sin hogar; o también el club social, un espacio de ocio y tiempo libre para personas que viven realidades de salud mental. Además, tienen dos líneas de inserción laboral, una para jóvenes y otra para personas adultas que buscan orientación o empleo.
- El área de voluntariado, participación social y desarrollo comunitario: realizan varios programas, proyectos y procesos que buscan fortalecer la participación y la comunidad. Uno de los más importantes es Barrio Oeste, una iniciativa de mejora del ecosistema de la zona oeste de la que nace el proceso de construcción del Plan de Desarrollo Comunitario
Desde Mar de Niebla lo han dado todo en los últimos meses, y los movimientos sociales reconocen que el cansancio es «mayúsculo». Pero ellos no paran. No pueden hacerlo. Por ello, seguirán acompañando y generando oportunidades desde un marco comunitario. Su objetivo: que la gente se de cuenta que a su alrededor seguro que hay alguna organización que está haciendo cosas maravillosas. Están convencidos que si todos levantamos la vista y aportamos un granito de arena, «se podrá avanzar hacia un Gijón cada vez más solidario y justo«.