Reconocida por su versatilidad, la corista de Joaquín Sabina se consagra como una de las intérpretes más destacadas de nuestro país, gracias a su impresionante voz y carisma en el escenario
El próximo martes 16 de julio el Jardín Botánico de Gijón dará la bienvenida a la cantante Mara Barros, en un mágico espectáculo que no dejará defraudados a sus asistentes. Desde pequeña, el baile y la música siempre estuvieron presentes en la vida de la onubense y, con tan solo 22 años, su cara aparecía en las televisiones de toda España en el programa Pop Stars. Entre toda una oleada de popularidad y un primer disco a sus espaldas, la figura de Joaquín Sabina se convierte en un pilar fundamental de la vida de la cantante, pasando a ser su corista durante ya veinte años y formando parte de La Banda Sabinera. Hasta entonces, Barros ha cultivado sus logros gracias a su perseverancia, esfuerzo y amor por la música.
Usted nació en Huelva y, desde pequeña, tuvo muy presente la influencia de la música gracias a su familia, ya que su padre también fue cantante en reconocidos musicales. Exactamente, ¿Qué le impulsó a interesarse por las artes escénicas y el espectáculo?. ¿Tuvo algún ídolo infantil o alguna inspiración?
Me viene un poco por genética. Sobre todo se lo debo a la insistencia de mi madre. Ella era una bailaora frustrada y en cuanto dio a luz a una niña no dudó en inculcarle su amor por el baile. Con seis años empecé a bailar ballet, luego hice flamenco, contemporáneo… Mi padre, José Barros, también era artista, actor concretamente. Sustituyó a Camilo Sesto en la versión española de Jesucristo Superstar. Diría que es una mezcla entre padre y madre, fue una influencia muy bonita. Quitando a mis padres, además de las grandes de la copla y Lola Flores, las personalidades que idolatraba de niña están curiosamente muy alejadas de mi estilo, sobre todo Whitney Houston y Elton John.
Con 22 años entró en el show televisivo Pop Stars: Todo por un sueño. Un programa producido en 2002 por Telecinco y presentado por Jesús Vázquez. A grandes rasgos, ¿cambio en algo su personalidad o su visión vital aparecer en televisión tan joven?
La verdad que si, la visión de la vida cambia siempre. Especialmente me cambió varias opiniones preconcebidas que tenia sobre la Televisión y la industria de la música en su conjunto. Yo venia de actuar en orquestas, la mejor escuela de la vida en mi opinión, pero aunque tuviese experiencia, no tenia ni idea de hacer un programa en directo. Teníamos que aparentar ser expertas, y no lo éramos. Además, era un formato muy parecido a OT, querían que discutiésemos entre nosotras y pasar por cosas que no queríamos pasar. Después, descubrí que era muy difícil trabajar con un sello, por muy agradecida que estuviese con él.
En 2003 saca su primer disco y no es hasta quince años después que publicaría su segundo álbum. ¿A qué se debió ese parón?
A la decepción que tuve con la Industria. Después de dos años de producción con el sello y el disco, y a pesar de que encontré gente que respetó mucho mi estilo, me vi muy desamparada. Los contratos no te dejan buscar trabajo por ti misma, así que, cuando hicimos la propuesta del segundo disco, me suprimieron el contrato. Fue una situación muy dura, por lo que me pareció mas sensato encontrar otras alternativas que me permitiesen pagar el alquiler. De esa forma descubrí un amplio mundo fuera del disco.
Un acontecimiento clave en su vida es la llegada de Joaquín Sabina, es imposible no mencionarlo. ¿Cómo le conoció?
Esa relación surgió por las cosas de la vida, estar en el momento adecuado. Como te he dicho, mi padre protagonizó Jesucristo Super Star, dentro de ese musical estaba Antonio García de Diego, el compañerismo en el escenario se convirtió en una gran amistad que se mantuvo con los años. Cuando vine a Madrid me acompañaba en mis momentos más importantes, de hecho, le llamo “tito”. Siempre le soltaba que el sueño de mi vida era trabajar con Sabina, algo que me parecía muy difícil porque Joaquín es muy leal con su familia profesional, llevaba muchos años con su anterior corista, Olga Román, quien acababa de tener un bebé y no pudo acompañarles en la gira de ese momento. Cuando Joaquín tuvo la oportunidad de contratar a una corista nueva, García de Diego pensó en mi y nos puso en contacto. En principio era para participar en el disco Vinagre y Rosas, algo que para mi era un sueño ya que podía escuchar las canciones inéditas. «Nunca me imaginé salir de gira con él, y ya van 20 años. Era el sueño de mi vida, otras personas del gremio sueñan con premios, yo soñaba con eso»
Fue el primer cantautor que descubrí en mi adolescencia, me enamoré de sus canciones y su carrera. Ha formado parte de mi banda sonora desde entonces. Me gustaba como escribía, porque es un gran poeta. Tiene ese punto canalla que mezcla la poesía mas profunda con el lenguaje más callejero. Me encantaba su personaje infiel, canalla, honesto, consumidor. Además escribía de forma autobiográfica, ya cuando ha llegado a la vejez incluso ha tirado de noticias de periódicos. Nosotros le animábamos a seguir escribiendo sobre sus vivencia, con lo que el respondía “si ya no me drogo, ni me voy de putas” decía Joaquín. Así que, al sacar Lo niego todo decidió hablar más bien desde la vejez, pero con esa esencia propia tan personal.
Dado que es una figura tan importante en nuestro país y a nivel mundial, ¿qué es lo mejor y lo peor de trabajar con Joaquín Sabina?
Lo peor es que se acabe. Se retira, y a mi me encantaría que me durase siempre el trabajo con él. Para mí, formar parte de su historia es un privilegio. Lo mejor es haber podido compartir escenario con el mayor de tus ídolos y con el mejor artista de este país. Es muy cómodo, porque la responsabilidad es suya, ya que es su obra, yo solo formo parte de un engranaje que embellece su labor.
Además de cantante, ha hecho cine, cortos, tele, musicales y hasta una gira por América. Pero, realmente ¿cómo definiría su estilo a la hora de crear arte?
No me gusta definirme, ni en la vida privada ni profesionalmente. Si tuviese que explicarlo diría que me acerco al mundo cantautor sin serlo. Me gusta presentarme como una interprete versátil. Lo importante para mi es darle mi toque personal a cada género que cae en mis manos, pero no frenarme a la hora de seleccionar. Me encanta la copla, los tangos, el rock el flamenco. Como me gusta la buena música, lo que hago es seleccionar una buena canción y llevarla a mi terreno, que es el pop con un toque andaluz.
Este próximo martes se celebra su concierto en el Jardín Botánico de Gijón. ¿Había estado antes en la ciudad? ¿Diría que el publico asturiano es acogedor?
He estado muchas veces, el norte me fascina. Soy andaluza, así que ese contraste entre el norte y el sur me encanta. Los asturianos me parecen muy afortunados de tener unos paisajes y un lugar tan bonito. La gente es muy acogedora, siempre me he sentido muy querida y me encanta volver. Es una ciudad que nos ha recibido siempre genial, tanto con el grupo como a mi en solitario. Me parece una buena señal que sea Gijón sea el testigo de mi primera actuación en solitario con este disco
Una pregunta que todos nos hacemos es ¿habrá próximo disco?
El estudio me gusta mucho, tengo una familia que me apoya mucho, así que no lo descarto. Lo que no se es la temática , ya que este último ha sido un homenaje a México. Creo que como últimamente Argentina me esta recibiendo muy no bien, no descarto hacer uno de tangos. Todavía soy joven, me queda mucho recorrido.