Qué sencillo y qué fácil lo hace esta nueva generación de artistas que, a diferencia de quienes cumplen alguna década más, cuentan su verdad sin maquillar finales

Pasaban unos minutos de las 21:00 h cuando las Marlena, el dúo formado por Ana Legazpi y Carolina Moyano, saltaron al escenario del Gijón Arena con una energía desbordante como primera declaración de intenciones. Las catalanas conquistaron al público de Gijón con melodías pegadizas y letras intensitas marca de la casa. No son más que un grupo pop, y eso no es poca cosa. Demostraron en su primera visita a la ciudad que sigue habiendo vida más allá del trap y el reggaetón, pero sobre todo, que hay un hueco en la escena para un grupo de chicas que cantan a chicas. Porque las Marlena no esconden que sus letras -con no pocos dardos a la exnovia de Legazpi, Dulceida– están dedicadas a mujeres. Qué sencillo y qué fácil lo hace esta nueva generación de artistas que, a diferencia de quienes cumplen alguna década más, cuentan su verdad sin maquillar finales.
Más allá de eso, las Marlena consiguieron contagiar al público de todas y cada una de las emociones que desprenden las canciones de su último disco, Entre cuatro paredes y una verdad, que son ni más ni menos las que se presuponen en la vida amorosa de cualquier veinteañera (teniendo en cuenta, también, que en estos días las veinteañeras podemos cumplir los 40). Si hay que poner un pero es quizá a la acústica del recinto que, al igual que le sucede a su hermano mayor, el Live Las Ventas, no acaba de cumplir. Un detalle que sin embargo se ve solventado, en parte, por la facilidad de acceso, la amplitud y la organización con que cuenta.
Se volcaron las Marlena encima del escenario -y también en el foso- y el Gijón Arena, mayoritariamente copado por mujeres y lleno aunque sin sold out, se volcó con ellas. Tanto que incluso uno de sus hits más conocidos, Gitana, sirvió de banda sonora para la pedida de mano de una pareja. Nerviosas las dos, sobre el escenario y aplaudidas por todo el recinto, las jóvenes se dieron el ‘sí, quiero’, y cerraron con broche de oro una gran noche de pop.