«Si algo caracteriza al festival de cine de Gijón es que no ha necesitado apelar a las grandes estrellas del cine comercial para configurar una trayectoria cinematográfica que crece año tras año»
Que el Festival Internacional de Cine de Gijón haya cumplido sesenta años no puede ser una efeméride sin más ni quedarse en una mera felicitación. Fundamentalmente, porque gracias a este certamen, Gijón se convierte cada año por estas fechas en una llamada de atención para reivindicar un arte fundamental para la formación, para el conocimiento, para la diversión e incluso, si me lo permiten hasta para la salud.
El Festival nació del empeño de un incansable emprendedor como Isaac del Rivero quien en 1963 consiguió dar forma al Certamen Internacional de Cine y TV Infantil, que hasta 1968 conservó el mismo nombre, cambiando la parte final «infantil» por «para niños» y en 1969 TV dejó de aparecer en el nombre oficial de un certamen que a partir de 1977 y hasta 1987 pasó a denominarse Certamen Internacional de Cine para la Infancia y la Juventud. El nombre de Festival Internacional de Cine de Gijón quedó establecido en 1988. Tras Del Rivero, Aladino Cordero, Juan José Plans, José Luis Cienfuegos y Nacho Carballo se pusieron al frente de un certamen que con sus más y sus menos se ha hecho un hueco en el panorama nacional e internacional y cuya organización recae desde hace cinco años en un periodista y un cineasta, Alejandro Díaz Castaño, con el que el Festival ha recuperado su principal seña de identidad: ser independiente.
Porque si algo caracteriza al festival de cine de Gijón es que no ha necesitado apelar a las grandes estrellas del cine comercial para configurar una trayectoria cinematográfica que, con muchas luces y algunas sombras, le ha generado un poso social e informativo que crece año tras año. Las entradas se agotan, las salas están llenas y durante una semana, Gijón se convierte en una referencia para descubrir películas que en muchos vienen precedidas por el éxito internacional o salen de esta ciudad lanzadas al estrellato. Y es cierto que aquí puede que no venga Cate Blanchet, pero por las calles de Gijón hemos visto pasear a Jacqueline Bisset, al capitán Furillo o a Jack Palance y también lo más granado del cine español. Habrá a quien le gustaría que el festival de cine de Gijón tuviese más estrellas holiwoodienses, pero a esas personas les recomendaría que, si no lo han hecho, escudriñen el programa del FICX porque ahí es donde realmente descubrir la verdadera estrella de este arte gracias a un certamen por ejemplo a mí me descubrió películas como Manchester by de Sea.
La60 Edición del Festival Internacional de Cine de Gijónofrecerá este año la posibilidad de asistir amás de 250 proyecciones, y de disfrutar con la visita de más de un centenar de personalidades del cine actual. Destaco a María de Medeiros, y no deberían perderse la gala de inauguración: por el conductor, Gran Wyoming, pero sobre todo por la película que abrirá esta edición: ‘Armageddon Time’, la última película del aclamado cineasta estadounidense James Gray, protagonizada por Anne Hathaway, Jeremy Strong y Anthony Hopkins.
Y viendo lo visto y lo mucho que queda por ver, mi pregunta es la que me hago durante todos los años por estas fechas: ¿de verdad que nadie tiene la valentía de programar durante el año un cine como el del festival? Si puede ser que alguien me conteste más allá de argumentos sobre rentabilidad empresarial. El FICX llenará durante nueve días todas las butacas y estoy convencido que si alguien arriesgase más allá de las superproducciones norteamericana conseguirá el objetivo por el que muchos clamamos: más cine, por favor. Esta ciudad y esta comunidad merece un espacio independiente. Que disfruten