ENTREVISTA CON MARCELINO TORRONTEGUI, POR JOSU ALONSO
(Previa: “Me identifico con los triunfos de España, pero mucho más con los de los asturianos”)
“Durante la pandemia nos organizamos en casa para entrenar, parecía el Ejército. Era un estrés de horarios”
“El año que jugamos Champions, ganamos al Sporting y fue la certificación del descenso. Tuve un conflicto interno”
Ha pasado poco más de un año desde que se doctorara en Ciencias de la Salud y además sobresaliente cum laude. No para…
Soy un culo inquieto, demasiado. Así es que ahora que solo doy clase me siento como un Mercedes en primera. Los Juegos fueron una carga de adrenalina impresionante porque estaba todo el día liado, también he colaborado con la Federación Andaluza de Natación… Necesito estar vivo y eso pasa por pensar en mi trabajo y tomar decisiones las 24 horas al día. Me siento como si tuviera 20 años, aunque no los tengo (risas). Es el problema de trabajar con gente joven, crees que tu no creces porque llega uno, otro y piensas que eres joven, pero cuando ves la barriga, el pelo, vas a correr y no puedes con los huevos te das cuenta de que no.
En 2016 fue pregonero de las fiestas de Candás. Cuando tu gente te demuestra el cariño que te tienen debe ser más importante que un título ¿no?
Ves que la gente del pueblo se siente orgullosa de ti estés donde estés, te valoran tu trayectoria aunque aquí a los futboleros cuando les ganabas había algún problema (risas), con el ciclismo no pasaba tanto. En Málaga también me ha pasado. Al final barres para casa, tus pueblos siempre salen.
Su hija Carlota acaba de fichar por el Club Natación Santa Olaya y su hijo Samuel por el Sporting. Esta familia está claro que está ligada al deporte.
Lo han mamado porque mi mujer también ha hecho toda la vida deporte. Mi hija y mi hijo se criaron en el vestuario de La Rosaleda. ¿Qué hay más sano que el deporte como modelo de vida? El desarrollo personal va muy ligado y transmite unos valores que luego te sirven para todo.
Me centro en su hija que tiene un CV apabullante con 18 años. En 2020 fue bronce en el campeonato de España absoluto en 200 mariposa, pero es que este año se ha proclamado campeona de España en la modalidad y llegó a semifinales en el Europeo disputado en Budapest. ¿Sueña con verla en unos JJ. OO.?
Sí, pero no lo puedo decir porque esa palabra es tabú en casa (risas). Sueño con verla, o estar con ella o que vaya ella y yo no, pero es complicado. Si hubiera ido a los Juegos, hubiera sido semifinalista olímpica con el tiempo que hizo en el campeonato de Europa. Ella dijo en casa y a mis amigos que de eso no se habla, es como Simeone y le gusta ir día a día. Quizá no pensaba ir tan pronto a un campeonato de Europa porque su cita era el año anterior en categoría junior y se suspendió por la pandemia. Entró con 17 años en un absoluto en 200 mariposa siendo la benjamina.
“Me encantaría que subiera el Sporting, el Málaga y el Oviedo, lo digo de corazón”
Pero como no estamos en casa ¿supongo que como padre lo pensará?
Sería la hostia. El movimiento olímpico es lo más grande del deporte, más que el ciclismo, el fútbol, que cualquier cosa… Todos tendríais que vivir unos Juegos porque es totalmente diferente. Es un tren que hay que coger y me gustaría que mi hija lo cogiera. Para ella los estudios son lo primero, acaba de empezar en la Universidad y quiere ser muy competitiva, pero uno tiene que darse cuenta de que una carrera igual no lo acabas en cuatro años y sino que mire a su padre cuando acabó y no sucede nada, pero esos momentos del deporte solo pasan una vez.
Ya que ha salido el 2020, año de pandemia. ¿Ha sido complicado para alguien tan vitalista como usted?
En casa parecía que estábamos en el Ejército. El Málaga nos había dejado una bicicleta de spinning para llevar a casa y había horas de entrenamiento en la terraza, luego el trabajo de fuerza… Era un estrés de horarios. Además me sirvió para ver todas las etapas de la Vuelta a España del gran Clas porque no las había visto y recordé el ciclismo que viví desde el 88. Cuando estabas en carrera lo vivías de otra manera y no lo había degustado.
Déjeme que le pregunte qué tal ve al Sporting.
Como tiros. Que no paren o que acabe la liga ya. Me encantaría que subiera el Sporting, el Málaga y el Oviedo, lo digo de corazón. Cuando trabajaba fuera, el año que veníamos a jugar contra los dos equipos te encantaba. Por eso, si hubiera en lugar de dos en Primera, tres, mejor.
Me dice que le gustaría que subiera el Sporting y el Oviedo. Después de tantos años fuera ¿le dan pena los localismos?
Intento abstraerme. Querer el mal ajeno no lo veo porque no es justo.
Oiga, a todo esto, no me lo quiero imaginar en un partido de los rojiblancos con el Málaga.
Tuve un conflicto conmigo mismo. El año que nos metimos en Champions, el partido que ganamos al Sporting fue la certificación del descenso a Segunda. Igual hubiera bajado otra semana, pero me sentí un poco raro. Disfrutas una cosa y te fastidia la otra, pero cuando hay que defender el pan eso está por encima de todo.
Tiene mano para el deporte, pero también para la cocina.
Será mi hermano porque si me sacas de la pasta al dente y cuatro cosas más…No digas eso porque si te escucha mi mujer me da fuego, me dice que no sé hacer nada. Para comer sí, soy un comedor innato, tengo pico fino.
Hace poco veíamos al oro de Tokyo 2020 en tiro al plato, Alberto Fernández, disfrutar del asador familiar.
Eso es la grandeza de estar con el COE. Trabajamos con él y con su compañera Fátima Gálvez, hicimos buen feeling y comentaba que vendría por Asturias a celebrarlo si sacaba medalla. Luego compite y la saca. Comimos muy bien, nos pusimos morados y faltó Raúl (Entrerríos) que se iba a Barcelona, pero sino hubiéramos hecho una mesa los cuatro increíble.
¿Le queda pared para colgar fotos?
Mi hermano ya está restringiendo, pero tenemos una bastante peculiar. Por fotos de gente que no sea.
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