Los vecinos acusan al Ayuntamiento de “inacción” para pedir la instalación de cámaras de videovigilancia
“La gente tiene miedo a salir de casa porque no saben lo que se van a encontrar a la vuelta”. Así describen los habitantes de la zona rural gijonesa el miedo que sienten ante la oleada de robos tras la que se encontraría una banda profesional y especializada en asaltos a chalets. Esperan a que los propietarios salgan de casa cuando anochece, especialmente las noches de los fines de semana para entrar en las casas en busca de dinero y joyas. En total, son casi 40 las denuncias presentadas entre Castiello, Somió, Cabueñes, Deva y Santurio. Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local colaboran en un amplio dispositivo para estrechar el cerco que permita detener a los escurridizos miembros de la ya conocida como “banda del Mercedes”.
Hay gran indignación vecinal por lo que consideran “falta de colaboración del Ayuntamiento de Gijón para solicitar la instalación de cámaras de videovigilancia”. Una medida cuya competencia que solo puede ejercer la Delegación de Gobierno bajo petición de la corporación municipal. “El Ayuntamiento se ha limitado a decirnos que no es su competencia. Nos sentimos ninguneados, discriminados y estafados. Su obligación es velar por la seguridad de todos los vecinos, no solo por los del centro de la ciudad”. El consistorio replica estar “barajando la mejor decisión por el bien de los ciudadanos de Gijón”.
Detener a la “banda del Mercedes”, máxima prioridad de los cuerpos de seguridad
Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local mantienen desplegado un dispositivo especial en la zona rural y vías de acceso a la ciudad. Los investigadores conocen ya algunos datos sobre los supuestos ladrones: se trata de cuatro individuos de mediana edad, alguno ya fichado por otros delitos similares anteriores , procedentes del este de Europa y miembros de un grupo criminal itinerante, altamente especializado en asaltos a chalés que se habría establecido en Asturias en los últimos meses a raíz de la alta rentabilidad conseguida y el hecho de que hasta el momento hayan podido eludir las fuerzas de seguridad. Para cometer los robos, utilizan un Mercedes gris al que ya habrían cambiado la matrícula en varias ocasiones y que ha sido captado por una cámara de videovigilancia. También el rostro de uno de los supuestos ladrones fue grabado recientemente en una gasolinera de Nava. Su imagen, con un gorro calado y bigote que podría ser falso, ha sido difundida por su puede ayudar a su localización.
Este es su modus operandi: entran en las casas por las tardes, especialmente el viernes o sábado. Aprovechan la salida de los propietarios para forzar puertas o ventanas en busca de dinero en efectivo y joyas. “Son profesionales. Vigilan para ver a qué hora sale la gente de casa” cuenta Nacho Suárez, portavoz de la asociación de vecinos de Somió. “Hay mucha psicosis y miedo entre las personas mayores. Tememos que pueda ocurrir una desgracia, un encontronazo con alguien que los vecinos puedan considerar sospechoso”, dice Juan Manuel Caso, presidente de la asociación de vecinos Peñafrancia de Deva.
En Castiello, la parroquia donde mayor número de robos se han producido, los vecinos han formado un grupo de WhatsApp para intercambiar información. “ Surgió de forma espontánea a raiz de los robos del mes de marzo y se ha ido sumando gente” cuenta Andrés Alonso, vicepresidente de la asociación de vecinos de Castiello. “Cuando pasaron de robar los fines de semana a un lunes, el grupo creció de 33 a 80 personas”. La policía ha pedido la colaboración vecinal para detener a los ladrones. “Nos han dicho que el método es llamar al 062 cuando veamos algo sospechoso”, explica Miguel Llanos, presidente de la Federación de Asociaciones de la zona rural Les Caseríes. Los representantes vecinales mantienen reuniones semanales con la Guardia Civil que les va informando del avance de las investigaciones, labor que valoran de forma “muy positiva” ya que “vemos que están muy implicados”, si bien insisten en que se refuerce la vigilancia policial.
“Estamos hartos, asustados e indignados”
Hay mucho malestar entre los vecinos de las parroquias rurales gijonesas en torno a la gestión que el Ayuntamiento de Gijón está haciendo sobre la oleada de robos. “Llevamos meses pidiendo que se instalen cámaras de videovigilancia y lo único que han hecho es lavarse las manos”, cuenta Miguel Llanos. En concreto, la petición vecinal se centra en diez puntos concretos. Sin embargo, la medida se encuentra estancada por “una inacción del Ayuntamiento que no entendemos”, según Antonio Roa, vicepresidente de la asociación Fontevilla de Cabueñes. “Hace 2 semanas nos reunimos con el concejal de seguridad ciudadana para pedirle que hiciera de interlocutor con la Delegación de gobierno, que es quien tiene la potestad para instalar las cámaras”, relatan.
“Se limitaron a decirnos que no podían hacer nada porque no tienen las competencias y que enviáramos un correo electrónico a Delegación solicitándolas. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando esta nos contesta que la petición solo puede hacerla la alcaldesa o el concejal de seguridad ciudadana. No sabemos si sentirnos ninguneados, estafados o es un tema de ignorancia del concejal que no sabe cuáles son sus competencias”, concluye Miguel Llanos. Esta semana, la federación vecinal va a cursar a través del registro municipal una petición al consistorio para que solicite a la Delegación de Gobierno la instalación de las cámaras de videovigilancia. “Le recordamos al Ayuntamiento que según la Ley Orgánica 2/86 del régimen local , la prevención de delitos le corresponde a la Policía Municipal”, asegura Nacho Suárez. “El Ayuntamiento tiene que asumir la responsabilidad de nuestra seguridad. Nos consideramos discriminados con respecto a los barrios de la zona urbana”.