El actual secretario general de la Agrupación Municipal Socialista de Gijón/Xixón, que opta a la reelección, afirma que el PSOE local «no está roto» y se muestra optimista de cara a la votación del sábado porque «hemos ido sumando gente a lo largo de estos tres años y consolidando proceso a proceso también una mayoría»

«No se me ocurre sitio mejor para empezar cualquier cosa que La Calzada», afirma Monchu García (Gijón, 1972). Es en este barrio, cerca de donde jugaba al baloncesto de mozu, donde nos cita para la entrevista. Activista juvenil, interesado siempre por la militancia social, un hecho como la entrada del popular José María Aznar en el Gobierno estatal le llevó a afiliarse en el PSOE, partido del que es secretario general local desde hace 3 años. Ahora vive en El Llano, pero, recuerda, «los de La Calzada somos de La Calzada siempre».
¿Qué valoración hace de estos tres años como secretario general del PSOE de Gijón/Xixón?
Yo tengo que hacer una valoración positiva, pero es que realmente la hago porque cuando me voy a los datos de la situación que se vive ahora mismo en todo el mundo, y veo que nosotros en Gijón somos una de las pocas ciudades de tamaño grande en las que consigue ganar el partido, creo que eso es para verlo en positivo. Además también lo veo en positivo en el sentido de que, en un contexto muy malo, con una división muy fuerte, hemos ido sumando gente a lo largo de estos tres años y consolidando proceso a proceso también una mayoría, consiguiendo los objetivos que nos hemos marcado de tener al PSOE dentro de la ciudad, que fuese un vaso comunicante entre lo que sucedía en la ciudad y lo que tiene que llegar a las instituciones, y también una voz propia dentro del propio partido, la Federación Socialista Asturiana y el partido a nivel estatal, poniendo en valor lo local para poder desarrollar proyectos globales. Yo creo que Gijón pone un acento gijonés en todo eso. Entonces yo estoy satisfecho; de hecho por eso creo que tengo que volver a presentarme.
Presenta a su equipo como ‘La Ejecutiva para defender Gijón’. ¿De qué o de quién?
De la derecha; defenderlo del cambio, de un cambio no a mejor. Yo soy partidario del cambio, soy partidario del progreso, de los avances, de la modernidad, pero es que todo eso está cambiando y está cambiando para convertirnos en una ciudad gris, casposa, segundona, que parece que no puede aspirar a nada. Gijón nunca tuvo ningún complejo, Gijón aspiró a los grandes conciertos, aspiró a los grandes proyectos, a las ampliaciones como la del Puerto, a proyectos como la ZALIA, a dotar sus barrios de equipamientos cuando otras ciudades no lo hacían, a ser moderna, a que la cultura se extendiese independientemente de la cantidad de pasta que tuviese en el bolsillo… Y ahora subrogamos la cultura en función de hacer terrazas y bulevares, renunciamos a la capitalidad europea de la cultura, renunciamos a aspirar al Mundial, como si nosotros no estuviésemos capacitados para esas cosas, y renunciamos a liderar Asturias en términos industriales y económicos, que lo hacemos de por sí, pero tiene que haber una dirección desde las administraciones públicas que impulsen esa tradición gijonesa de ser el motor de Asturias y que le saque rendimiento. Entonces hay que defenderla de esa involución; básicamente hay que defender a Gijón de la involución.
Después de casi dos años de gobierno de la derecha, ¿cómo ve el estado ciudad?
Yo la percibo como está, como realmente está. Es una ciudad que lleva parada desde el último mandato de Paz Fernández Felgueroso. Es verdad que nosotros tuvimos un mandato en el medio, un mandato en el que sobrevino el COVID; se desatascaron algunas de las cosas importantes como el Plan de Vías, pero en procesos que son lentos y que la gente a lo mejor no percibe, creo que la ciudad ahora mismo es una ciudad de infografías, presentaciones y titulares, pero no hay nada tangible realmente.
Tiene una ventaja la ciudad en sí misma para protegerse también, que es la capacidad que tiene de desarrollarse sola. La ciudad tira por sí misma porque tiene movimiento económico, porque tiene una sociedad civil muy armada que se protege en el sentido de que tiene actividad, pero eso está en riesgo y eso es lo que creo, que es el momento también de decirle a Carmen Moriyón que después de 10 años de gobierno sólo se le puede apuntar un carril-bici y obras fallidas.
¿Y el pacto de gobierno de Foro y PP?
La derecha siempre es derecha, siempre se va a unir y siempre va a estar junta; a mí me da igual en qué formato se presenten. Ahora están escenificando una unión que de facto ya existe. En Gijón ya gobernó Carmen Moriyón la primera vez con la derecha, luego aquí hubo una parte de la izquierda que traicionó el voto mayoritario de la izquierda y permitió que Carmen Moriyón gobernase durante otros 4 años, le dio una prórroga de 4 años, y ahora la derecha está junta otra vez, en una ola realmente muy reaccionaria que se está dando en todo el mundo y que Gijón no se pudo escapar a ella tampoco. Ese pacto me da igual qué formato tenga, me da igual si van en coalición, me da igual cómo vayan, porque yo creo que es evidente que la derecha se va a unir. Lo que sí me parece interesante es ver que ahora Foro, que ha vivido de muchas mentiras, entre ellas la de decir que era transversal en sus inicios o que era capaz de llegar a acuerdos de derecha a izquierda, se le está cayendo la careta. Es una fuerza política que ha engañado y ha conseguido que mucha gente que no es de derechas la votase, pero ya está siendo obvio que es un partido de derechas más y además bastante más casposo incluso a veces que el PP.
¿El objetivo primero es recuperar la Alcaldía en 2027?
Lo tengo clarísimo, además estoy seguro que va a ser así. Creo que en el 2027 se va a abrir una etapa muy potente para la ciudad, que va a recuperar el impulso perdido. Vamos a volver a ser referente del municipalismo. Porque además Gijón tiene el tamaño perfecto donde todo se puede desarrollar y donde toda la cohesión social, todo lo que es la política que hace que las personas que tienen menos puedan competir en igualdad de condiciones en un mundo que desgraciadamente es competitivo, se va a poder hacer y se va a abrir una etapa yo creo que muy ilusionante para Gijón.
¿Qué perfil debe tener el candidato del PSOE?
Lo primero, ser socialista y acordarse que hay muchísima gente que lo pasa mal cuando nosotros no gobernamos. Y a partir de ahí el perfil es el de una persona que tiene que querer a la ciudad, que la tiene que querer en su integridad; tiene que quererla desde la Universidad Laboral hasta Tremañes, desde Baldornón hasta Serín, desde el centro hasta el sur, y tiene que quererla desde Arcelor, desde la industria; desde el puerto hasta el puerto deportivo.
Tiene que ser alguien que de verdad sienta la ciudad por los cuatro costados y eso es lo que yo creo que nos va a permitir verla con una visión integral, porque cuando tú paseas por estos barrios verás que tienes algunas cosas que no tienes en otros, como por ejemplo hierba que crece en los arcenes, papeleras que no se recogen, suciedad por donde no pasa la barredora, y yo quiero una ciudad que quiera que esté tan limpia la calle Corrida como la del camino del Lucero.
El PSOE es un partido que tiene unas primarias, un proceso democrático para elegir el candidato. ¿Tiene algún nombre en mente para apoyar desde la Ejecutiva?
No, porque yo creo que hay que respetar algo que nosotros creo que lo estamos cuidando bien, que son los procedimientos y los plazos, y el PSOE es un partido de procedimientos y de plazos; y en una acción política donde yo realmente veo poco rigor y poca honestidad, que el PSOE sea previsible en ese sentido y sea confiable, también es importante. Y llegará un momento, por supuesto esta Ejecutiva es una de sus grandes obligaciones y responsabilidades y yo creo que la vamos a hacer bien, en el que haremos una propuesta, pero habrá otras propuestas por parte de los militantes, llegaremos a unas primarias y después saldremos a ganar la ciudad para los ciudadanos y ciudadanas.
El otro candidato, Fran López, hablaba en un artículo en miGijón de una “oposición tibia” por parte PSOE. ¿Está de acuerdo?
Lo que creo es que tenemos una oposición liderada por una persona que es buena y honesta, que tiene que competir en un mundo que no es ni tan bueno ni tan honesto y con una mujer al frente de la gestión que desde luego no es buena y no es honesta, aunque lo parece y lo disimula bastante. Entonces yo creo que nosotros tenemos una persona y un equipo de gente que trabaja con rigor, que cuenta las cosas porque se las prepara y dice lo que tiene que decir y se enfrenta a la mentira y la deshonestidad de manera cotidiana. Entonces, en ese contexto, es verdad que no pita tanto la honestidad, pero siempre a largo plazo es un valor más seguro.
¿Qué papel va a jugar Floro en los dos años que quedan de legislatura? ¿Va a acabarla como portavoz?
Eso depende de él. El equipo está diseñado y puede estar con y sin Floro, pero yo creo que Floro se ha ganado, porque nos ha permitido reconciliarnos también con la honestidad y con la gente de la calle, y creo que está haciendo un papel bueno, el derecho y también la responsabilidad de gestionar sus tiempos.
El gran déficit de Gijón son las infraestructuras: Plan de Vías, accesos a El Musel, desdoblamiento de Lloreda-Veriña…
Todos los proyectos que se retrasan, o que se complican, son proyectos que están en marcha y que los impulsaron los gobiernos socialistas. ¿Que tienen dificultades? Sí, sin duda. Mire, por ejemplo, y vamos a ir por partes: el Plan de Vías. El Plan de Vías lleva ocho años de retraso porque durante ocho años estuvo Carmen Moriyón jugando al gato y al ratón con si la estación tenía que estar en un sitio o en otro, sin ningún proyecto técnico que avalase lo que decía; y con esa tontería estuvimos perdiendo ocho años. Quiero recordar que lo último que se hizo, que fue la estación intermodal, lo hizo Paz, y lo demás, lo que se está haciendo ahora, que está haciendo avanzar y desarrastrar el proyecto, lo hizo Ana González, que fue conseguir que se pusiese en redacción el proyecto.
Sobre el acceso al puerto, yo nunca estuve de acuerdo con hacer un acceso por Jove, yo personalmente, pero era una posición y yo la respetaba. Oye, si era soterrada, pues era admisible, pero porque el problema principal, y ya es un problema que lleva más de 30 años, es que los camiones están en La Calzada. En Jove no hay un problema de tráfico, no sé por qué hablamos del vial de Jove; lo que hay que hablar es del vial de acceso al puerto, porque el problema no es si hay por arriba o por abajo un vial en Jove, que lo sería también, el que es hoy el problema es que los camiones siguen pasando por Cuatro Caminos. Y cuando hay un acceso que ya es mayoritario, por una zona netamente industrial, que es el de Aboño, mejoremos ese acceso. ¿Y cómo lo tenemos que mejorar? Pues de manera que los vecinos del entorno no se vean afectados también por el tráfico. Entonces, será más fácil intervenir allí, donde ya están la mayoría de los camiones, que en una zona densamente poblada, como es La Calzada.
Por cierto, me llama la atención que siempre se quiere diluir la identidad de La Calzada en ‘el oeste de Gijón’. Y hay un montón de gente opinando sobre los problemas de La Calzada, hablando de un problema que no existe en Jove, porque hoy por hoy no hay un vial y parece ser que no lo va a haber, y la gente no hable del verdadero problema, que es el que exige la mayoría de la gente. Por eso creo que, además, tuvimos un respaldo que se notó también en las mesas electorales por tener una posición nítida de sacar a los camiones de La Calzada. Y lo vimos en las elecciones europeas, que tuvimos un respaldo recuperando mucho voto en mesas, porque yo creo que entre otras cosas, aunque no era ese el ámbito de decisión, la gente valoró que tuviésemos una opinión. Yo creo que, además, no inventamos la pólvora. Están las fotos de los años 90, donde ya se pedía el vial por Aboño, no por joven, pero lo primero que se pedía era que los camiones se fuesen de La Calzada. Bueno, pues resulta que 30 años después estamos igual.
¿Está roto el PSOE gijonés como afirma Fran López?
Estos días estoy utilizando un símil que llevo usando toda la vida cuando trabajaba con los chavales. Tú entras en un aula de 35 o 40 personas, ves a un chiquillo o una chiquilla subido encima de la mesa, sales del aula y, ¿qué vas a contar? Que la gente está por encima de las mesas, pero es que eran 35 o 40 y había uno o una levantado. Tú no puedes decir que el partido está roto porque no se hace lo que tú quieres; no puedes decir que el partido está roto porque no aceptas los resultados democráticos de todos los procesos que se vinieron dando. ¿Que tiene que haber dos voces diferentes? Sin duda. De hecho, en la integración que nosotros venimos realizando en estos tres años a nadie se le pidió renunciar ni a su pasado ni a sus opiniones, sólo se pidió que nos pudiésemos poner juntos a trabajar hacia adelante, y en ese sentido yo creo que el partido no está roto porque yo lo veo más fuerte que nunca, y lo veo recuperando además mucho músculo, que parecemos casi como Hulk (risas).
La otra candidatura critica la premura en la convocatoria del congreso, refiriéndose a él como “congreso exprés”.
No fue exprés. Aquí hay una posición política que lleva tres años sin aceptar estos resultados, que tuvo diferentes líderes, que se llegó a acuerdos con esos líderes, y luego hubo gente que decidió que no había que respetar los acuerdos. Porque un acuerdo no sólo se alcanza y lo cumple una parte; en los acuerdos quiere decir que todos nos ponemos también a remar en la misma dirección. Y aquí hubo gente que no lo aceptó, hubo gente que estuvo haciendo oposición directamente; Iván Ardura, Carmen Saras, siendo además miembro de la Ejecutiva autonómica, cosa que no le correspondería en ese sentido. Puedo entender que hay gente que no está de acuerdo con esto, pero lo que es evidente es que estuvieron haciendo oposición. ¿Qué es lo que hicimos? Esperar, de hecho, somos de las últimas agrupaciones grandes que estábamos haciendo el congreso, a que se aclarasen en quién era el candidato, porque ni quería presentarse Carmen Saras ni quería presentarse Iván Ardura, que eran los que estuvieron ejerciendo de líderes de este proceso de oposición. Cuando ya sabíamos que tenían un candidato, dijimos ‘ya estáis preparados’, porque la oposición estuvieron haciéndola sin parar, en momentos muy críticos además del partido, hacia adentro y hacia afuera. Con lo cual no hay exprés, es más, llevan tres años preparando el congreso, lo que me extraña es que les parezca ir algo rápido.
¿Hubiese aceptado un debate?
El debate, que a mí me hubiese gustado, porque yo lo pedí, las propias normas del partido lo impiden precisamente porque luego al final tiene un eco público y puede llegar a ser lesivo para el partido. Pero han tenido todas las asambleas y han tenido todo el tiempo del mundo para hablar, de hecho en las asambleas intervenían; no vinieron muchos de ellos a otros espacios de participación. Pero yo cuando veo las fotos de sus actos son siempre los mismos. Pueden estar en El Coto, pueden estar en El Llano, pueden estar en la Casa del Pueblo, y son siempre los mismos. Y además son siempre los mismos desde hace mucho tiempo en las fotos. ¿A quién querían contar el proyecto? Porque a los militantes estamos contándoselo todos los días. ¿Más tiempo? ¿Para qué? ¿Para seguir estando como estamos en los medios dando a lo mejor una mala imagen del partido? Yo creo que lo más importante alguien que quiere ser secretario general de eso es cuidar el patrimonio común. Yo hice una campaña hace cuatro años hablando en positivo de lo que yo quería hacer y cuestionaba a la dirección política, pero no cuestioné nunca al grupo municipal, por ejemplo. Y no cuestioné nunca a la organización como tal. Entonces yo creo que esto tiene que tener unos pasos que nosotros tenemos y un tiempo.
Y además, por ejemplo, fíjese, pero es que yo estoy contento de que haya una alternativa, porque creo que los militantes también tienen el derecho a poder elegir y a votar. Por eso me extrañaba estos días que se plantease el tema de la integración y se echase en el debe de esta mayoría que yo represento, cuando nosotros hemos estado integrando a todo el que ha querido; todo el que llamó a la puerta del secretario general, el que me llamó por teléfono, quien se quiso sentar conmigo, habló conmigo, y quien se quiso sumarse, se sumó. Pero cuando tú llegas a este proceso, después de decir que todos los demás somos ilegítimos y que no tenemos la pureza socialista necesaria para representar al socialismo, aunque sea una posición minoritaria quien lo dice, lo lógico es que si tienes una alternativa te presentes, ¿no? Bueno, pues ahora yo creo que está muy bien que haya esa alternativa y que los militantes voten. Y creo que hay tiempo de sobra porque es conocida la oposición.
¿Hubo posibilidad de una lista única?
Yo llegué a acuerdos con la gente para hacer una lista única al Ayuntamiento y al principal de Asturias, y luego siguió habiendo gente que seguía despreciando ese acuerdo. Entonces, ¿qué garantías había de un acuerdo? Además, si de verdad te presentas, yo no quise integrar nada hace tres años, y hace siete cuando perdí tampoco quise. Yo no mercadeaba con puestos y lo dije hace siete años. Si hablamos de políticas, hablo de lo que sea, con cualquiera. Pero de hablar de puestos, no. Si tienes una idea clara del proyecto que tú quieres desarrollar como organización, y yo tenía claro que Gijón tenía que tener voz propia, que después tenía que hacer un partido que tenía que estar fuerte, gobernase o no gobernase, y estar implicado e imbricado dentro de la sociedad, si no lo podemos compartir en proyectos, la gente tiene que tener derecho a elegir.
Tuvimos conversaciones, pero que no llegaron a ningún lado, porque, al final, la conclusión a la que llegué es que, si realmente esto era para integrarse, el proceso ya había acabado. La integración era previo. Y, hombre, la única alternativa que yo les podía plantear era decir, ‘oye, mira, pues nos presentéis’, pero yo entiendo que también quieran presentarse porque se supone que tienen un proyecto, y que el proyecto es una enmienda a la totalidad a lo que yo represento. Porque, claro, si el problema al final es la cuestión del liderazgo, ahí no nos vamos a poner de acuerdo. Y en otras cuestiones hubo mucho tiempo para ponerse de acuerdo, con lo cual la reflexión también, un poco compartida de mi equipo y mía, es, oiga, la militancia también tiene derecho a elegir.
El sábado, gane o pierda, ¿cuál va a ser tu actitud con respecto a la otra candidatura?
Si gano voy a hacer lo mismo que hice hasta ahora, y lo mismo que hice hace tres años, cuando le dije a Ardura ‘en la próxima modificación de la Ejecutiva, si quieres, tienes un espacio’. Y a Fran le diré lo mismo. Pero yo no tengo un problema para hacer eso, lo estuve haciendo con todo lo el que quiso. Hay espacios, no necesariamente en la dirección, para poder integrarse y participar. Y si hay una derrota, yo desde luego lo que no voy a hacer es poner un problema, ni voy a decir que el partido está roto. Eso lo tengo claro.
¿Quiere lanzar un mensaje a la militancia de cara a mañana?
Que tenemos un lujo de organización. Es difícil participar en política, hay que ser valiente y hasta un poco iluso a veces. O utópico. Pero la gente que tenemos la suerte de hacerlo en una organización como ésta, además tenemos un privilegio que no tienen otras: podemos decidir. Que lo aproveche. No es una obligación, cada uno vive su militancia como quiera, pero creo que es un lujo.