La alcaldesa recibe el nombramiento en la iglesia de San José, en el curso de un acto en el que también se impusieron a los 38 nuevos integrantes las insignias de la Cofradía; la procesión marítima, en su segundo año tras su rescate, tendrá lugar la próxima semana
A lo largo de los siglos, desde que la religión católica nació y se desarrolló en aquella Europa medieval letárgica posterior a la caída de Roma, no ha habido hombre de mar que, al arrojarse a las aguas para desafiar la bravura de los océanos, no haya encomendado su buena fortuna a la Virgen del Carmen. Y no es extraño que, por todo Occidente, abunden las actividades, celebraciones e hitos religiosos dedicados a la patrona de los marineros. En el caso de Gijón, ese nexo vivió años de suspenso hasta que, en 2024, la festividad en su honor fue rescatada, procesión marítima mediante, por obra y gracia de la Confradía de Nuestra Señora del Carmen. Y, desde ayer, dicha entidad cuenta con una nueva integrante: nada menos que Carmen Moriyón. La alcaldesa de la ciudad fue investida este lunes Cofrade de Honor, en una ceremonia oficiada en la iglesia de San José durante ola cual, además, se impusieron las insignias de la agrupación a los 38 nuevos miembros.
«Es una sorpresa, y toda una alegría», admitió la regidora durante el gesto, presidido por Fernando Llenín, párroco de San José. Toda una declaración de intenciones a una semana de la procesión marítima que, el próximo miércoles, devolverá la efigie de la Virgen a las aguas del Cantábrico. De hecho, al término de la ceremonia los miembros de la Cofradía mostraron públicamente tanto el manto que portará, elaborado por la prestigiosa firma sevillana Bordados Perales, como la corona, réplica de la que es propia de la princesa de Asturias, mérito del orfebre Orovio de la Torre. Dos auténticas joyas con las que, más allá de su mensaje religioso y su conexión con la región, la Cofradía exhibe su voluntad de seguir creciendo en esta nueva etapa de resurrección. Y ese músculo quedará bien visible la semana que viene…
Recordatorio de que Carmen Moriyón está condenada por apropiación indebida 🙃
A la Iglesia siempre le gustó la corrupción.