Tras la marcha a pie desde Madrid que le ha tenido en el camino dieciséis días, el artista llegó a casa el sábado, acogido en el Muro de San Lorenzo por una multitud que no dudó en celebrar su proeza e inmortalizarse con él
Como Martin Luther King declaró durante su cruzada contra la segregación racial en Estados Unidos, Enol Borrego tenía un sueño. Bueno… Más que un sueño, una meta: contribuir a multiplicar la visibilidad de su Asturias natal y ayudar, dicho coloquialmente, a «ponerla en el mapa». Con esa misión en mente, hace ya dieciséis días el cantautor se echó a la carretera desde la Puerta del Sol, y comenzó a andar para cubrir los 467 kilómetros que separan Madrid del Principado. Y parece que el objetivo se ha cumplido. Porque, si el pasado jueves, su entrada en territorio asturiano por el puerto de Vegarada marcaba su regreso a casa, la llegada el sábado a Gijón y, más aún, la multitud que allí le esperaba, fueron prueba del éxito cosechado. Cientos de vídeos y fotografías tomadas con otros tantos smartphones por la legión de seguidores que le aguardaba dan fe de ello…
Al pie de la ‘escalerona’, en pleno Muro de San Lorenzo, familiares, amigos y seguidores dispensaron una bienvenida de héroe a Enol y a Daniel Iglesias, su amigo y compañero de fatigas durante estas largas jornadas de caminatas. Atrás quedaban dos semanas de peripecias de toda clase, algunas desveladas y otras, las menos, que alimentarán para siempre el recuerdo íntimo de los dos camaradas. Y el artista no ha tardado en compartir el momento en sus redes sociales, por medio de una batería de archivos en los que insiste tanto en la gratitud por el masivo apoyo recibido, como en la invitación a emprender aventuras como la suya. Al fin y al cabo, como él mismo resume, «todos nos vamos a vivir», así que… ¿Por qué no intentarlo? «La vida está para vivirla», concluye.