Gobernar es decidir, es liderar, es llevar a cabo la política cultural del municipio, no es dejarse llevar, no ir solamente de inauguración en inauguración. Los museos, las bibliotecas de nuestra ciudad, deben cambiar su modelo, deben adaptarse a las nuevas dinámicas europeas y mundiales
Fui de los primeros en escuchar con atención el plan cultural que planteó hace tiempo el ayuntamiento de Xixón, una idea con esa estructura que se desparrama por los barrios intentando descentralizar, garantizando el acceso a la cultura, favoreciendo la creación, al mismo tiempo, recordemos, impulsando un motor económico de gran importancia para la ciudad. A medida que van pasando los meses, un año de mandato, veo la dinámica y con ella más interrogantes se me acumulan en mi cabeza, más humo en las palabras prometidas. El problema no es el plan en sí mismo, es quien lo debe liderar y la idea que se tiene de ciudad para su movilización. Es ahí donde veo las costuras a todo este bonito plano inexactamente dibujado.
Todavía no tenemos claro qué quiere hacer la Fundación Municipal de Cultura con, precisamente, lo que le da nombre (omitimos educación, pues hay un director que no se habla con la presidenta, que no tiene competencias ni casi presupuesto, que no interviene en los centros educativos, que no estuvo ni en la entrega de los premios educativos, que no está ni se le espera) De momento, vamos por planes y más planes sin concretar nada y sin vislumbrar más allá de anuncios y pompones. Nos queda claro que el albergue de juventud, por el que tanto preguntaba FORO la legislatura pasada, no será de juventud, será espacio de residencias artísticas y acción cultural. No estoy en contra de las residencias artísticas, al contrario, vamos muy por detrás, en tiempo y recursos, de las dinámicas europeas, la cuestión es qué modelo de residencia queremos, y ahí la presidenta de la Fundación Municipal de Cultura no lo tiene muy claro. La página web del ayuntamiento dice, como clarificador ejemplo del vacío sobre el modelo a desarrollar “testará el desarrollo de varios proyectos creativos y, a partir de ellos, consolidará las líneas estratégicas que permitirán implementar el correspondiente programa anual de residencias y acción cultural”.
Es decir, yo lo hago y después pienso para qué vale. La Concejalía de Cultura refleja poca seriedad al no tener definido un proyecto claro de lo que se pretende realizar a través de una acción sumamente y testadamente enriquecedora para los y las artistas, pero también para el entorno. Si queremos tener unas residencias artísticas es prioritario establecer sus líneas estratégicas para no ir con vaivenes y cambios, para no generar dinámicas contradictorias que hagan desconocer a los y las artistas lo que conlleva su estancia en El Palacio (por cierto, como siempre, el nombre es muy bueno. El servicio de comunicación de FORO es fantástico). Las bases de la convocatoria de residencias van directamente a la producción, eliminando la investigación, una de los puntos fuertes de toda residencia. Van encaminadas, cómo no, al resultado, no al proceso creativo. Su pensamiento de cultura va encaminado al producto, no a la creatividad, el enriquecimiento, la transformación, la mejora. También glosa la página web “permitiendo a la ciudadanía, a su vez, poder formar parte activa del hecho creativo” sin embargo, en sus bases no refleja nada de lo que anuncia a bombo y platillo el portal municipal. No habla si sus procesos deben tener reflejo con el entorno, impulsar o dinamizar colectivos, favorecer la relación entre los y las artistas y la población. Lo dicho ¿qué residencias queremos? La respuesta desde la concejalía podría ser así: Perdón, estamos en un proyecto experimental, no sabemos muy bien qué hacer, probamos y después, como dice la página, ya veremos. Eso es lo que ha sido la concejalía estos meses y los años anteriores de Montse López Moro al frente de algo tan importante para la ciudad: Anuncios y después, ya veremos.
Ahora estamos con el Plan de Museos. Gobernar es decidir, es liderar, es llevar a cabo la política cultural del municipio, no es dejarse llevar, no ir solamente de inauguración en inauguración. Los museos, las bibliotecas de nuestra ciudad, deben cambiar su modelo, deben adaptarse a las nuevas dinámicas europeas y mundiales. Los equipamientos de Xixón se deben reordenar a través de un plan, pero sobre todo a través de una visión cultural que todavía, tras este año y la última legislatura de FORO, no la veo. No veo qué entiende la concejalía por cultura, no veo qué pretende, hacia dónde se dirige, cuál es su modelo, hacía qué va encaminada y esas respuestas son claves para el plan de museos, pues debe incardinarse en una idea de ciudad. Tiene toda la pinta que seguirá el mismo cómodo trantrán de la última legislatura forista, modelo que no molesta, continuista, pero que no se adapta a una sociedad que corre. Un modelo de elementos estáticos, poco transformadores de la realidad, de dejar hacer, de no provocar cambios que conlleven dificultades o trabajo. Es tal el beneplácito de lo que está ocurriendo durante estos meses que la concejala, satisfecha con su labor, dijo sin sonrojo, en un Pleno Municipal, que en los museos hay actuaciones de danza y conciertos como argumento para defender el dinamismo de los que deben ser, junto las bibliotecas, grandes estandartes de la cultura gijonesa Esgrimir tal simpleza para defender la dinamización de los museos me hace ser pesimista ante ese plan de museos que debe ser elaborado con su liderazgo. Espero que el director de la Fundación Municipal de Cultura, responsable con conocimiento, con menor rango que su semejante de Educación y Juventud y cobrando menos, aunque gestione y tenga más responsabilidad, le dé la coherencia y línea ideológica que parece no tener la presidenta, pues si no es así, llenaremos los museos de actividades de danza y conciertos para cumplir el expediente de números, olvidándonos de dar, en una línea clara y definida, cohesión y dinamismo a la Red.
En la Fundación, ahora mismo, conviven a nivel profesional la experiencia y la juventud, estando dentro de un relevo generacional tremendamente interesante y fundamental para que también se produzcan cambios en la institución. Entre el personal hay excelentes trabajadores y trabajadoras que crearon, conservaron y enriquecieron nuestro patrimonio durante años, provocando cambios en los ochenta y noventa que todavía perduran por lo adelantado a su tiempo. Esa excelente masa gris comparte espacio y momento con personas jóvenes con gran formación, interés, ganas y capacidad. La unión de generaciones es una de las grandes fortalezas del instante en el que estamos, excelente pasado, presente y futuro conviviendo para construir la Red Museística del mañana, pero para conformarla, para tejerla, se necesita liderazgo e ideas claras, trabajo e implicación, y es en ese punto en donde cojea la Fundación, no en sus trabajadores, sino en su liderazgo, no en sus técnicas, sino en su política.
Debemos ir a museos con un horario más adaptado a nuestra ciudad y visitantes, con un rol activo, integrándose con la ciudadanía a través de la participación, la comunicación, la educación y la formación permanente de la sociedad. Mantener la idea uniforme de visita, educación e investigación de sus colecciones permanentes o temporales, coarta las posibilidades como equipamiento. Un museo debe generar lazos de conexión robustos con la ciudad, vincularse más si cabe a la sociedad para que los gijoneses y gijonesas no se vean excluidos en su propia casa, muchos de nuestros vecinos y vecinas no van de manera habitual a los museos municipales debido a una política cercana al siglo XX y no al XXI, potenciar el departamento de educación de cada uno de los museos, con identidad propia, pues estaremos formando en el hoy y en el mañana, establecer nexos de conexión con el tercer sector para conformar y enriquecer un tejido democratizador de la cultura, no encorsetarse en el espacio, sino establecer lugares multidisciplinares, respetando en todo momento los objetivos y finalidades de los museos, hacer de nuestras colecciones, colecciones inclusivas, realizando adaptaciones, en la medida de las posibilidades, para el disfrute de personas con diferentes capacidades, crear los Amigos y amigas de la Red de Museos de Xixón, pues también eso da sentimiento de pertenencia y orgullo de lo propio. A la postre, nada que no estén realizando en otros lugares, nada que no esté realizando a treinta kilómetros, nuestro Museo de Bellas Artes que incrementa número de visitantes, pero sobre todo incrementa valor social gracias a los objetivos claros, definidos, coherentes de quien lo lidera: su director, y la línea política con el liderazgo sensato y racional de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias.