El ex futbolista del Sporting, hasta ahora técnico asistente de Aitor Zulaika en el filial, se acaba de incorporar al equipo docente del Colegio San Vicente; miGijón mantuvo una larga conversación con el gijonés sobre esta nueva etapa, sus inquietudes, sus vivencias en el fútbol extranjero o la situación de los dos primeros equipos del club
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Aparece abrigado en un día frío, con una mochila oscura a la espalda en la que, seguramente, no guarda unas botas de tacos. Está lejos del verde que pisó toda su vida, pero cerca de la arena donde se dieron las primeras patadas a un balón en la ciudad. Nacho Cases (Gijón, 1987) es ahora maestro del Colegio San Vicente dejando atrás una vida entera dedicada al fútbol con experiencias en Chipre (AEK Larnaca, Anagennisis Derynia y Ermis Aradippou), Grecia (Volos) y Lituania (Sūduva) y de un año y medio como segundo entrenador en el Sporting Atlético. Se muestra ilusionado con esta nueva etapa, para la que se formó, y quiere disfrutarla, sin cerrar la puerta a Mareo en un futuro.
¿Cómo están siendo estos primeros días para usted?
Bien, es un poco diferente, con chavales o con alumnos más jóvenes de lo que venía haciendo en el Sporting B. Es un mundo nuevo y estoy muy ilusionado.
¿Qué edades tienen?
12 años, y luego doy otra clase de 9.
¿Y qué materias imparte?
Educación Física y soy tutor de un curso al que tengo que dar todas las asignaturas, el de 12. Lengua, Literatura…
¿Qué tal reciben los chavales su llegada?
Pues bien, me sorprende que niños tan pequeños me conozcan. Creo que también es un poco por los padres o por la familia, pero sí, alguno ya en la clase me conocía de antes y bueno, muy bien, la verdad que me sirve para muchas cosas también.
Igual están más ilusionados los padres que los hijos.
No sé (risa), todavía no tuve ninguna tutoría, ya le diré.
¿Cuándo se le pasa por la cabeza ese cambio tan drástico, del mundo del fútbol al mundo docente?
No creo que tampoco sea tan drástico porque al final es un trabajo de formación; en los dos sitios lo es. Sí que es cierto que la edad es diferente. Es diferente controlar o estar con chavales de 18, 19, 20 años como hasta ahora que con estos más pequeños, pero al final es un trabajo de formación, tanto en el fútbol como en la educación.
Cuando estaba entrenando al Sporting Atlético muchas veces me entraba la nostalgia de volver a jugar, sobre todo si faltaba uno, me metía a jugar y me veía bien
Lo que sí es drástico es dejar de jugar al fútbol después de tantos años. ¿Cómo fue para usted esa cambio?
Al principio fue un poco duro. La decisión estaba tomada desde hacía ya algún tiempo y se dio hace año y medio. Sí que me costó sobre todo el primer año. Cuando estaba entrenando al Sporting Atlético muchas veces me entraba la nostalgia de volver a jugar. De hecho, alguna vez si faltaba alguno me metía a jugar y me veía bien, entonces me entraba esa nostalgia.
Llega al Sporting Atlético como asistente después de fichar por el Marino.
Yo no fiché por el Marino en ningún momento. Es cierto que iba a jugar allí, pero le pedí al presidente un tiempo para pensarlo mejor. Y fue un poco decisión también con vistas al futuro. No sabía si yo iba a seguir jugando muchos años al fútbol, no sé si el cambio de país me iba a venir bien o iba a estar yo bien en esa categoría…
Desde que era futbolista tenía claro que la formación era importante para su futuro.
Yo siempre he estudiado toda mi vida, cuando jugaba al fútbol y cuando no. Y lo tenía muy claro desde el principio. Desde chaval yo creo que era bastante ordenado, un poco cuadriculado para las tareas, y creo que eso me ha venido bien; esos hábitos para poder llevar las dos cosas: jugar al fútbol y estudiar.
Conozco casos de gente que está estudiando una ingeniería, que es una carrera difícil, y jugando al fútbol. Hay tiempo de sobra para todo
A día de hoy no es un caso muy común.
No conozco muchos casos, pero sí que conozco alguno, gente que está estudiando una ingeniería, que es una carrera difícil, y está jugando al fútbol. Pero sí es cierto que debería haber más. Yo creo que hay tiempo de sobra para todo, y creo que si se tiene algo de interés por algún tema se puede estudiar cualquier cosa hoy en día. Iba a decir ‘animo a la gente’, pero no animo a nadie, cada uno es mayor para hacer lo que le da gana, más con 25 o 26 años, pero creo que como ideario también de vida, de sentirte formado, de aprender cosas, de tener unos exámenes y tener esa tensión… A mí me gustaba y por eso no me costó nada.
¿Transmite valores que aprendió en el fútbol a sus alumnos?
Sí, el trabajo en equipo, la solidaridad entre todos. También el dejar opinar al compañero, sea lo que sea, dentro de unos baremos. Uso mucho esa figura que tuve de futbolista para trasmitírselo a ellos.
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De siempre también tuvo claro que su carrera iba a ser diferente a la de otros compañeros. Jugaba en Primera y decide usar el fútbol para conocer otras culturas y ver mundo.
Sí, y muchas veces pienso que debería haber conocido mucho más de lo que conocí. Al final me quedé en Chipre un tiempo, donde estuve muy a gusto, pero sí que me hubiese mejor gustado ir a muchos otros sitios, a todos los sitios del mundo, y poder jugar a fútbol allí. Sería un sueño de vida.
¿Tiene predilección por algún fútbol en concreto?
Me gustaría haber jugado absolutamente en todos. Me gustaría haber ido a Australia, que tuve la oportunidad. Me gustaría haber ido a Oriente Medio, a Irán. Me gustaría haber ido a Europa, a otros sitios. Me gustaría ver mucho, Lo que más, haber ido a Asia. En pocos sitios no jugaría. Poder disfrutar de esas experiencias, haciendo lo que te gusta, es una inmejorable ocasión.
Mis hijos aprendieron inglés y a nivel de vida y de experiencias, es algo que llevan en la mochila
Estuvo acompañado por su familia al completo. ¿Cómo fue para sus hijos la experiencia?
Genial. Aparte aprendieron inglés, sobre todo el mayor, que tiene un nivel de inglés muy bueno que quizá ahora no me lo agradezca, pero en el futuro, sí. Y a nivel de vida y de experiencias, es algo que llevan en la mochila
Y futbolísticamente hablando, ¿con qué se queda de esa etapa fuera?
Me quedo con la de Chipre. Haber jugado Europa League, haber jugado grupos de Europa League, haber quedado tercero casi clasificándose… Haber jugado en el BayArena contra el Bayer Leverkusen, que era otra de las cosas por las que yo salí también de aquí. Quería ver si podía tener la posibilidad de jugar competición europea y hacer esa liguilla de Champions o de lo que fuera. Conseguí hacer la de Europa League y ahí fue el momento más importante y más bonito de mi carrera, quitando el Sporting.
¿Hay mucha diferencia entre un vestuario griego o chipriota y uno español?
Son diferentes. En Chipre no lo noté tanto porque había muchos jugadores españoles, muchos jugadores con una carrera muy buena en España, pero luego sí que en Grecia fue diferente. Además el entrenador era griego, no hablaba inglés, y tuve que ponerme a aprender un poquito de griego.
En Lituania me trataron genial, otra cultura. Fue un cambio, un choque grande, pero al final cuando te abres y se abren a ti, porque al principio son un poco cerrados, son geniales. Son diferentes, pero no quedé a disgusto con nada. Siempre intento sacar las cosas positivas.
Preciado fue un poco mi padre futbolístico, la persona que más confío en mí y la que más caña me dio. Un entrenador que esté encima tuyo es mejor que uno que no te diga nada; ése es un ejemplo para mí
El equipo de su vida fue el Sporting y un entrenador, Manolo Preciado, clave en tu carrera. ¿Qué significó para ti?
Fue un poco mi padre futbolístico, fue el que me hizo debutar. Y fue la persona que casi que más confió en mí. Y también el que más caña me metió. Entonces, esas dos cosas creo que son valorables para ejemplos que pueda haber hoy en día: al final un entrenador que esté encima tuyo es mejor que un entrenador que no te diga nada. Y ése es un ejemplo para mí, claro.
En esos años se vivieron cosas muy bonitas en lo deportivo. ¿Con cuál se queda?
Con el ascenso. Es una cosa que dije en su día: era muy difícil repetir. Creo que se está viendo, que el récord que tuvimos —dos derrotas en Liga en toda la temporada— va a durar muchísimos años, a no ser que surja algo muy extraño, que baje un equipo grande y pueda superarlo, pero creo que va a ser imposible. Y con el tiempo, lo dije, se le va a dar más valor.
Esta semana anunciaba Miguel de las Cuevas su retirada del fútbol. Usted participó en el famoso gol en el Bernabéu que él finaliza.
Sí, una jugada muy bonita. Con Preciado, teníamos momentos de jugar muy bien al fútbol. Participó Lora, Eguren también, José Ángel ‘Cote’… Luego le hago dos desmarques, me da el balón ahí en profundidad… Mira que yo iba poco a la profundidad… Y luego veo a Miguel, que me la pide y en cuanto me la pide se la doy casi sin mirar, porque había que dársela al bueno y uno de ellos era Miguel.
Este año y medio último estuvo como asistente de Aitor Zulaika en el Sporting Atlético. ¿Qué le pide el club y el técnico vasco?
Que a través de mi experiencia en Mareo, de mi experiencia en el fútbol también, ejercer de segundo entrenador. También escuchar lo que siente el futbolista adentro, valorar con el técnico muchas de las decisiones de fútbol del partido, pero sobre todo estar cerca de ellos y valorar cada situación desde mi experiencia, mi experiencia en Mareo, porque fui un jugador tardío, salí tarde y estuve cuatro años en el filial. Me costó hacerlo, me costó llegar. Transmitir el valor de seguir, de seguir hasta el final.
El ascenso del filial es uno de los objetivos, pero no el único.
El filial lleva cuatro años en Tercera RFEF. ¿Qué pasa que no se da ese paso de ascender?
La Tercera División es una categoría con unos contextos muy diferentes, de campos, de todo. Es una categoría para crecer buenísima. Es ir a Tuilla, a un campo muy pequeño, y tener que ganar duelos aéreos todo el rato, cosa que en Segunda División no va a pasar. En Segunda División tienes 10 o 12 duelos aéreos, en Tuilla tienes 50. Eso es formación también; ganar esos duelos, eso es formación.
Luego en Tercera División, se piensa que no, hay jugadores que ya están en sus últimos años pero que han sido futbolistas buenos y más experimentados que los nuestros, y a veces a través de eso también pueden sacar puntos ¿Debemos ascender o debe ser un objetivo? Uno de los objetivos puede ser que sea, sí, es verdad, pero otro de los objetivos es intentar que haya jugadores como Diego Sánchez, como Nacho Martín, que desde la Tercera División lleguen a estar asentados en el fútbol profesional, teniendo los dos una participación muy grande en el primer equipo. Eso es lo que a mí me gustaría que pasase más.
Y lo del ascenso, evidentemente, somos el Sporting Atlético y tenemos que ir a ganar a todos los sitios en Tercera División. De hecho, este año vamos segundos, terceros, y a no ser que pinche el Oviedo en alguno de sus partidos, que tenemos partido en casa dentro de poco para intentar alcanzarlos, iremos al play-off, donde también se puede subir ¿Subir es el final? Para mí no, pero entiendo a la gente, que estás en el Sporting Atlético y tienes que ir a ganar a todos los sitios, y eso es parte del crecimiento del jugador. Pero es uno de los objetivos, no sólo el único.
¿Es difícil ser entrenador?
Es difícil, es una gestión de mucha gente, mucha gente que quiere jugar y que no juega. Esa gestión que todos conocemos, pero de emociones también familiares, de emociones personales de cada uno. Yo, por ejemplo, como segundo entrenador, tenía que estar moviéndome, olerlo y verlo. Son 20 o 25 críos que tienen la ilusión de jugar en el primer equipo y a veces es normal que surjan, aparte de roces, pensamientos negativos o dudas de los jugadores. Es un trabajo del entrenador psicológico a todos los niveles que desgasta, es difícil.
Creo que se han hecho muy buenas incorporaciones, sobre todo la de Nico Serrano, un jugador diferencial para la categoría. Nos va a dar muchas cosas
¿Cómo ves al primer equipo?
En Segunda División cortar la racha como el otro día es importante: un partido feo, en el que no pasa nada, pero que ganas, y te corta una racha de 7 partidos sin ganar, que es la forma de cortar las rachas. Lo difícil ahora es mantenerlo. Creo que se han hecho muy buenas incorporaciones, sobre todo la de Nico Serrano, un jugador diferencial para la categoría. Es un lujo tenerlo en este momento, en este Sporting que tenemos ahora. Estaba participando en uno de los mejores Athletic de siempre, porque es una pasada ver jugar al Athletic este año. De hecho, está a pocos puntos del Barcelona, del Madrid, peleando ahí por la Liga y eso quiere decir mucho de él. Creo que nos va a dar muchas cosas y creo que es el plus de calidad, en la zona de arriba, que necesitábamos para que el Sporting sea un equipo que pueda dominar más.
No debemos dejar de ser el club familiar que siempre hemos sido, dentro de que haya una profesionalidad que te va a exigir ahora la competición
Usted como futbolista estuvo con Fernández y como técnico, con Orlegi Sports. ¿Nota mucha cambio en la entidad?
Hay mucho cambio sobre todo por todo el tema de los fondos CVC, que al final han hecho modernizar una escuela que necesitaba un cambio. Creo que ahora se han puesto los mimbres para que el club pueda crecer al nivel que otros equipos de Primera y Segunda división, y bueno, a partir de ahí lo que importa luego es el césped. Al final lo que importa es que la gestión humana o lo humano que haya dentro de esas instalaciones, funcione. Hay un proceso que va a ser, o es, lento para la formación, y dentro de unos años se podrán ver un poco los resultados que todo el mundo quiere.
Yo estuve con los dos, pero al nivel de futbolista tampoco sabría valorar el cambio. Lo que vi en Mareo al volver aquí sobre todo es profesionalización, pero no quiero que se cambie una profesionalización por lo familiar que era el club. Para mí hay un término medio y no debemos dejar de ser el club familiar que siempre hemos sido dentro de que haya una profesionalidad que te va a exigir ahora la competición.
El club dejó la puerta abierta a una vuelta en el futuro. ¿Veremos a Nacho Cases otra vez en Mareo?
Siempre lo dije y lo diré siempre: el Sporting es el equipo de mi vida, del que he sido socio desde los tres años o cuatro; es el equipo que me ha dado ser jugador profesional. Yo estoy siempre abierto al Sporting evidentemente, lo primero como muestra de agradecimiento, y lo segundo porque soy del Sporting. Posiblemente, sí.
Hasta entonces, a disfrutar de la docencia.
Sí, es lo que me gustaba. Cojo esta oportunidad con ilusión, me gusta mucho lo que hago y voy a intentar hacerlo mejor posible, como siempre he hecho en todos los sitios.