“No escribo literatura juvenil: yo escribo el libro y son los editores quienes deciden a qué género pertenece”
“El personaje está en mi cabeza, le planteo cosas sobre su entorno”
Naomi Novik aterriza en España y lo hace con un galardón bajo el brazo. No es la primera vez que se lleva un Kelvin 505 -lo hizo con “Un Cuento Oscuro” en 2017-, pero sí es su primera vez en Asturias. Ayer provocó un atasco en el firmódromo, ese rincón del Celsius reservado para que los fans consigan una dedicatoria en sus libros y charló con miGijon sobre su proceso de escritura, cómo crea sus universos y personajes.
Te estrenas en Avilés con premio, con Una Educación Mortal. Buen debut en España, ¿no?
Sí, muy contenta con el premio. Y muy sorprendida, no sabía nada. Estoy muy emocionada por haber podido venir. Me encanta viajar y para mí es una gran fuente de inspiración todos los viajes que he hecho. Cuando me invitaron tuve que buscar la manera de poder compaginarlo porque tengo una niña. La niña está ahora de campamento y estoy muy contenta porque también ha podido venir mi marido.
Has recibido críticas maravillosas de autores de la talla de Patrick Rothfuss. ¿Cómo sienta ese reconocimiento?
Como escritora primero tienes que escribir para ti, porque estás a solas en una habitación aislada del mundo. Y luego esperar que al resto del mundo les guste.
No hay profesión más solitaria que la de escritor y que necesite luego de tanta gente alrededor: editores, público, ilustradores, libreros….
Es muy interesante porque, aunque sí que es cierto que es una profesión solitaria, siento que tiene una parte de comunidad. Empecé escribiendo fanfics durante diez años en una comunidad. La interacción me ayudaba y retroalimentaba constantemente. Para mí es como organizar una comida comunitaria donde cada uno prepara una cosa pero luego nos sentamos todos juntos a comer. Es solitario, pero tiene mucho de comunidad. Es de las cosas que más me gustan y me renuevan.
A la hora de empezar una nueva novela, ¿cómo comienzas a escribir los cimientos?
Escribo la primera línea. Aunque es cierto que mi proceso como escritora ha cambiado mucho durante estos años. No he hecho siempre lo mismo. Ahora estoy con una nueva saga y es la primera vez que me estoy dedicando a crear el mundo. Pero casi siempre me he sentado y he escrito la primera línea, construyendo la novela a partir de ahí. Pienso que si, cuando escribo esta primera línea, me planteo las preguntas que quiero responder. Si a mí me interesan suficiente esas respuestas, a mis lectores también les va a gustar.
Cuando tienes que desarrollar los personajes, ¿te fijas más en lo que te rodea o en algo completamente ajeno?
Tanto mis personajes como la creación del mundo y el argumento, va todo junto, no me lo planteo con antelación. El personaje está en mi cabeza, le planteo cosas sobre su entorno. Pienso en qué haría un personaje en una situación y, a partir de ahí, escribo. Eso ayuda a que todo crezca de forma orgánica, que la trama tenga más consistencia.
Escribes, sobre todo, fantasía juvenil. ¿Por qué?
No lo hago, no. Yo escribo el libro y son los editores los que deciden dónde va. De hecho, en EEUU, mis libros están en la zona para adultos. Las escenas que yo escribo sí que recogen esa idea del niño que se va transformando en adulto. Para mí empieza ese proceso porque es más fácil de asimilar la idea, pero no es un proceso exclusivo de los jóvenes. Todos cambiamos aunque seamos adultos porque estamos en una evolución continua. Es por eso por lo que los libros juveniles tienen mucha aceptación entre el público adulto.
Dividir los libros por géneros tiene que ver mucho más con las librerías. Es un tema organizativo, de cuando buscas un libro saber dónde buscarlo. Yo, como escritora, no lo entiendo de esa manera. Yo escribo libros y, después, ellos deciden dónde ponerlos.
¿Etiquetamos demasiado la literatura?
Para ser honesta, es muy aleatorio. Depende mucho de cada país. Me siento muy afortunada con mi editorial en España, Uranus. Es una tarea que dejo que se encarguen de ella las editoriales, que son las que conocen el mercado. Como autora me gusta centrarme en la escritura y ponerme en manos de los profesionales para el resto. Son los agentes los que trabajan con las editoriales, y son los que saben cómo se trabaja el tema de marketing. Pero es algo en lo que yo no me centro, porque soy escritora.