«Romper la disciplina de voto genera muchas preguntas a cualquiera y, me imagino, también al propio partido e incluso a sus votantes»
Parece que este año el periodo navideño va a traer, además de luces y fanfarria, un largo trecho de diatribas, cavilaciones y posiblemente, pesadillas, a algunos de nuestros políticos locales. Y digo esto porque esta semana os quiero hablar del Pleno Municipal que se celebró este miércoles en Gijón. Un Pleno municipal que sirvió para dar luz a algunas situaciones que quizá deban llevar a la reflexión; o bien a sus protagonistas, o bien a los partidos políticos presentes en el salón de Plenos.
El Pleno es el órgano de mayor rango que hay en un Ayuntamiento y en donde están presentes todas las fuerzas políticas que han obtenido representación municipal en las últimas elecciones. En el caso de Gijón tenemos veintisiete concejales que representan a seis partidos políticos… Bueno, más un señor tránsfuga. Un tránsfuga que ha sacado su representación política (no puede ser de otra forma) yendo en las listas municipales de uno de los partidos que obtuvo representación -Vox, en este caso-, pero que se ha salido del mismo, y sigue ahí porque no ha entregado su acta de concejal. Un trásfuga, vamos; un anacronismo político y legal difícilmente justificable.
En ese órgano se debaten y se aprueban, o no, las propuestas que llevan los distintos partidos, los presupuestos municipales, se debate el estado del municipio, se conforman las juntas rectoras de todos los organismos públicos municipales, patronatos, empresas, etc. En resumen, es nuestro particular ‘Congreso’ local. Hago toda esta introducción para intentar explicar las veredas en las que quiero entrar tomando como ejemplo el Pleno del mes de diciembre. Y una de esas veredas es para entender, cosa que yo no logro, la postura del partido líder de la oposición, el PSOE de Gijón. Me explico: a estas alturas seguramente ya habéis leído todos algo respecto a lo que ha pasado con una propuesta realizada por Xente Gai Astur (XEGA) junto con Izquierda Unida (IU) y Podemos para realizar una declaración institucional de rechazo unánime y condena a las agresiones perpetradas contra cualquiera de los integrantes del colectivo LGTBIQ+. Pues bien, esta declaración no ha salido adelante gracias, por un lado, a la evidente oposición del partido que defiende la cultura feudal y el trato patriarcal en nuestra sociedad, Vox, y, por otro, al PSOE de Gijón. La justificación, es evidente, estriba en el 41º Congreso Federal, en el que se decidió excluir las siglas ‘Q+’ del acrónimo ‘LGTBI’ para las cuestiones que atañen al PSOE, hecho que, sin duda, para muchos de nosotros es un error enorme, pero que, además, propicia situaciones como esta.
La torpeza del actual PSOE gijonés es de sobra conocida. Cada día que pasa pierden una oportunidad de recuperar al electorado que han perdido en favor de Foro, pero decisiones como esta hacen que se pierdan también en el espectro de votante progresista de la ciudad, que asiste con horror a este despropósito de decisiones. Bien podían haber votado a favor, sacar la propuesta adelante, y hacer a posteriori una nota de prensa en la que digan que lo hacen por apoyar a las víctimas, aunque secunden lo dicho en su Congreso. Pero no. Lo han hecho al revés; han dejado el hecho causante, la víctima, sin el apoyo institucional, tan necesario en estos tiempos de creciente homofobia, por una torpeza de bulto. Pero no ha sido la única. Si os metéis entre pecho y espalda las cinco horas de Pleno, notaréis dos cosas respecto al PSOE gijonés. La primera es que resulta ya raro y desconcertante la nula visibilidad que tiene quien, se supone, sigue siendo su cabeza de lista y máximo representante local: ‘Floro’. No interviene prácticamente nunca en el Pleno, y mira que había temas capitales. Pues nada. Y la segunda, sus abstenciones. Este mes han decidido no apoyar una propuesta de IU respecto a la creación de una escuela municipal de música tradicional, y a otra de Podemos respecto a la creación de espacios públicos para videojuegos. En ambos casos, con respuestas propias del estilo PSOE gijonés, con argumentarios muy años 80.
Con esto y todo -y acabo ya con este letargo del socialismo gijonés-, resulta aún más chocante un asunto, el último del que hablaremos esta semana, que tiene que ver con una propuesta presentada por Vox respecto al ‘Derecho a la vida’. Bueno, mejor dicho, una propuesta que lo que quería decir es que hay que prohibir el aborto y que Jaime Mayor Oreja tiene que venir a dar un simposio sobre la evolución de la vida. Perdónenme que me lo tome a guasa, pero hace tiempo que decidí no andar con sutilezas con los que afirman salvajadas y barbaridades, como es el caso. Pues bien, aparte de las respuestas propias de Podemos o IU sacando los colores a esa propuesta, y el abrazo del PP en este tema a la ultraderecha (se nota que está el ambiente tenso por ver y saber quién saldrá elegido y ostentará el poder en el Grupo Popular local), también destacó que el representante de Foro fuera más contundente en su respuesta a la rancia propuesta que la representante del PSOE. Pero, cosas que tiene la vida, y que no sé si Vox se esperaba, esta sucesión de monserga sin sentido que fue la propuesta de Vox sí contó con el apoyo del concejal tránsfuga (supongo que era evidente, pues el señor trásfuga tiene nómina y sillón porque se presentó con la señora del medievo) y del concejal de Foro Pelayo Barcia. Sí, es como leen. Por un lado, el partido en el que milita -y por el que es representante- vota y argumenta en contra de la propuesta y, por otro, él vota a favor de la misma. Esto no suele suceder muy a menudo, más allá de algún error o de situaciones singulares que rápidamente nos vienen a la cabeza. Romper la disciplina de voto genera muchas preguntas a cualquiera y, me imagino, también al propio partido. Incluso a sus votantes, puesto que no es un tema menor estar en contra del aborto, que es de lo que este miércoles realmente se hablaba en el Pleno.
Y sí, es muy cierto que no es un debate para tener en un Pleno municipal, e incluso diría más: en 2024 ya no debería ser un debate en ningún lado, puesto que es un derecho de las mujeres, pero que puede abrir una costura en Foro, un partido que suele tratar de evitar tenerlas. O puede que el asunto no vaya más lejos, pero lo que sí está claro es que las proclamas e idearios de la ultraderecha, a tenor de votaciones como esta, siguen firmemente arraigados en prácticamente todas las áreas del gobierno de Gijón. Lamentablemente.
Por qué no llamas a COVADONGA TOME tránsfuga???
Será porque era de tu querido ex partido PODEMOS???
Gracias a esta TRANSFUGA se aprueban los presupuestos del Principado de Asturias.
Me asquea esa doble vara de medir de todos vosotros…
COVADONGA TOME ES UNA TRANSFUGA!!!!
TODA ASTURIAS DEPENDE DE UNA TRANSFUGA!!!!
Por cierto no soy votante ni simpatizante de Vox pero nos guste o no la gente los voto.
Ye lo que hay Davizin…