Varias asociaciones trabajan para poder sacar del país a los niños y niñas ucranianas
En una guerra solo hay dos bandos, el de quienes la ordenan desde cómodos despachos y el de todos los demás: los perdedores. Una lectura que puede interpretarse de muchas maneras, pero que suele ser reducida a quienes se lucran con las muertes y quienes, efectivamente, mueren.
Entre quienes lo pierden todo hay siempre hombres, mujeres y niños. Y por encima de cualquier drama se erige siempre el de los más pequeños. En esta guerra televisada vemos refugios llenos de menores con la mirada perdida y el miedo en la cara. Imágenes que se parecen demasiado a las de tantas otras guerras. “Por supuesto, este tipo de conflictos suponen un trauma en la vida de los niños. En los más pequeños incluso puede llegar a afectar al desarrollo del cerebro y otros órganos”, explica a miGijón Sandra Fernández, psicóloga infantil y experta en Neuropsicología Clínica.
Muchos de estos niños desarrollarán tras el conflicto un trastorno de estrés postraumático, prolongando aún más sus consecuencias emocionales, psicológicas y físicas. Una vivencia que les acompañará toda la vida, y para la que “el tratamiento psicológico es sumamente necesario. De hecho, debería mantenerse durante años, incluso durante toda la vida”. Como detalla la psicóloga, los desórdenes del sueño, la alimentación o la prevención de conductas suicidas y autolesivas son algunos de los objetivos que se buscarán durante su tratamiento.
Y es que la pérdida de sus familias, sus amigos, su hogar y su estilo de vida pueden provocar en ellos consecuencias psicológicas que la experta califica como impredecibles, duraderas e irreparables.
Toda una vida marcada por un conflicto que ni entienden, ni va con ellos. Por eso, son muchas las familias que estos días tratan de ponerse en contacto con niños de Ucrania que han pasado algún verano con ellos en Asturias. Como adelantamos en este medio, la organización Expoacción, responsable del programa ‘Vacaciones en paz’, que cada año trae niños de Ucrania a Asturias para pasar unas semanas con familias locales, están en contacto directo con las familias que se han ofrecido para traer acoger a estos niños ligados al programa. “Y seguimos pidiendo a la ciudadanía que nos eche una mano”, señalaba su presidente, Jorge González.
En estos días esperan ya la llegada de siete de los menores a Asturias, acompañados cada uno de uno de sus tutores. Todos ellos conocedores de la región, ya que han podido disfrutarla en veranos anteriores.
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