Los diseños, elaborados por el colectivo feminista Les Rudes d’Avilés, han aparecido en varios lugares estratégicos del municipio, como estaciones, apeaderos o parques; sus autoras insisten en que el crimen debe considerarse un feminicidio

Toda Asturias espera respuestas acerca del por qué de la muerte violenta de Noelia González Gutiérrez, de 45 años, ocurrida el lunes en su domicilio de La Folleca, y de si quien perpetró el crimen fue I. M. C., inquilino de la anterior y, en estos momentos, en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Por el momento, y a la espera de que concluya la investigación y se inicie el proceso judicial, nada es es seguro y todo es posible. Sin embargo, las muestras de repulsa colectiva ya han comenzado a proliferar. Y algunas de ellas, muy visibles, han sido localizadas en varios puntos estratégicos del municipio de Avilés, como la estación ferroviaria y de autobuses, el apeadero de La Rocica o el parque de Las Meanas. En todos esos lugares, durante el fin de semana el colectivo feminista Les Rudes d’Avilés ha colocado varios carteles reivindicativos, cuyos mensajes dan la medida del impacto que el suceso ha tenido en el municipio… Y demuestran el rechazo a que el mismo no haya sido catalogado como un caso de violencia de género.
«No más feminicidios«, «Ni una menos» y «Vivas nos queremos» son tres de los mensajes contenidos en los mencionados documentos, realizados con letras blancas sobre fondo morado… Y acompañados de un cuarto, mucho más directo, que reza «No era su inquilino, era su asesino», dando por hecho que, efectivamente, I. M. C. acabó con la vida de González. Es precisamente esa diferencia de sexo, unida a las informaciones que han trascendido sobre conductas machistas del detenido en el pasado, lo que lleva a Les Rudes a insistir en que el crimen ha de ser considerado un feminicidio en toda regla. «Los asesinatos por hombres motivados por el odio, el desprecio, el placer o un sentido de propiedad de las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres, van más allá de lo que nuestra incompleta legislación recoge«, apuntan las integrantes del colectivo, que han visibilizado su acción a través de las redes sociales. Al fin y al cabo, continúan, «los feminicidios son el resultado de un continuo de violencia sistémica que el Estado trata con total impunidad; no son monstruos, son hijos sanos del patriarcado«.
Aunque el temor a que las fiestas estivales redujesen la afluencia ciudadana han disuadido a Les Rudes de recurrir a tácticas como concentraciones o manifestaciones, su deseo es que este caso, uno más en una lúgubre lista cada vez más larga, impulse a las Administraciones a tomar medidas realmente efectivas para tratar de parar la escalada de violencia contra las mujeres. «Exigimos que nuestras autoridades no miren hacia otro lado cuando los asesinos no sean nuestras parejas o exparejas; nos violan, nos maltratan, nos matan por ser mujeres«, concluyen. Un cambio en la marea actual que, de producirse finalmente, llegará demasiado tarde para González; el miércoles fue enterrada en el cementerio parroquial de Villa, en el cercano concejo de Corvera.