Se cuentan por centenares las llamadas que ha recibido SOS Aves Asturies en su año y medio de vida para rescatar ejemplares, principalmente palomas o gaviotas, ante la «inacción del 112 Asturias» con unos animales que este colectivo, que el jueves tuvo que intervenir otra vez en El Molinón, considera «estigmatizados»
Esta semana hubo un nuevo aviso de gaviotas atrapadas en la fachada de El Molinón. Ayer por la mañana los miembros de SOS Aves Asturies iban a desplazarse al centenario campo gijonés por la llamada del gimnasio instalado en la grada este, pero el ejemplar ya no estaba porque, previsiblemente, había podido escapar por un hueco. «En esa zona era posible que saliera, pero si cae en la fachada principal, la que da para el aparcamiento, no tiene por dónde salir», explica Carmen García Arias, presidenta del Movimiento Liberación Animal Asturias, de donde nace este proyecto dedicado al rescate y rehabilitación de la avifauna.
Sin embargo, horas después, recibían una nueva comunicación. No era una, sino dos, las gaviotas atrapadas, por lo que se activaba un operativo nuevo, no exento de peligro por la altura en la que se realiza la intervención, que terminaba con los dos pollos trasladados al voladero de la organización, a tope de capacidad con más de 30 ejemplares en él, para alimentarlos antes de su suelta. «En marzo ya mandamos un aviso por esta situación concreta, comentando que la solución era poner una red por arriba, entre la fachada y la tela exterior, y no tuvimos respuesta. Ahora, en noviembre, lo hicimos otra vez y nos contestaron que había ido alguien a mirarlo», relata, al tiempo que lamenta la frecuencia con la que tienen que intervenir ante lo que califican de «inacción del 112».
«Planes éticos» de control frente a los propuestos por el Ayuntamiento
«Empezamos hace año y medio cuando dejó de recoger aves Xuan Fernández, el ornitólogo que lo hacía de manera voluntaria, por la prohibición de utilizar un cuarto en el parque de bomberos, pero esto se nos desmadró porque nos llama todo el mundo, remiten a nosotros policías locales y albergues, y no tenemos tanta capacidad», se sincera García Arias, que especifica que «siempre es bajo avisos de la gente que no se atienden» y de manera altruista, «no cobramos nada», aunque haya gente «que nos llama como si cobrásemos”. «Son sobre todo palomas y gaviotas, otras aves las remitimos al 112, que son las que tienen que cogerlas», porque el 112 «contesta que no recogen estos animales» porque «los consideran plaga», algo que niega este colectivo: «No hay plagas de palomas o gaviotas ni transmiten enfermedades, no hay datos que avalen esto y en las ciudades siempre hubo palomas y gaviotas».
SOS Aves Asturias es crítica con la política seguida por el Ayuntamiento al respecto y por el concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, el popular José Rodrigo Pintueles. «Es ilógico el próximo contrato de control de palomas y gaviotas para el año que viene, que va a introducir aves de presa en la ciudad; antes las había en COGERSA, pero ahora también en la ciudad. Y al tiempo de este control pretenden hacer del aviario de Isabel la Católica un centro de recuperación de aves. Es algo contradictorio», comenta.
«Por un lado no puedes decir que estás haciendo control, que en realidad es matarlas, aunque digan que no, y por otro las llevo a recuperar aquí», insiste García Arias que, al respecto del proyecto del centro de recuperación de aves propuesto por Convocatoria por Xixón, que tampoco se libra de las críticas de este colectivo, señala que «no hay instalaciones y tampoco hay personal con formación para manejar aves. Este proyecto llevaría una remodelación importante de las instalaciones, que no la van a hacer».
Preguntada por las quejas existentes por las molestias causadas por estas aves, la presidenta de Movimiento Liberación Animal Asturias asegura que «la mayoría son de hosteleros». «Tenemos palomas por las mesas porque quedan restos de comida, por lo que la solución es limpiar las mesas cuando marchen los clientes. Porque si estás ahí comiendo con que hagas un gesto con la mano ya las espantas», considera.
García Arias aboga por «planes éticos» para controlar la población de unos animales «estigmatizados» que «ya propusimos al Ayuntamiento antes de que empezáramos con este proyecto». «En lugar de atraparlas con jaulas-trama, como están haciendo, que al final las matan aunque la versión oficial sea que no lo hacen, habría que hacer cambios de huevos por huevos falsos, así ya no salen los pichones, o pienso anticonceptivo en los palomares que no repercuten en otras aves, que es lo que se argumenta para no emplearlo. En cambio, meten halcones, que pueden depredar otras aves», valora García Arias.