«Hay que evitar demonizar las horas de oscuridad, que al final son las que empleamos para descansar y de pensar que solo son ‘guays’ las horas de sol»

La pasada noche los españoles conseguimos ganarle una hora más de sueño al reloj, ya que a partir de las 3:00 horas de la madrugada volvieron a ser las 2:00 horas debido al cambio de hora que cada otoño nos obliga a cambiar nuestra hora. Este cambio horario que da paso al mal llamado «horario de invierno» ayuda a reducir la «pobreza de tiempo» que tienen los españoles, que ya de por sí están en un huso horario que no les corresponde, al adelantar las horas de sol, según sostiene César Martín. El presidente de la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) defiende la adopción permanente del horario de octubre y apuesta por suprimir del cambio de hora estacional. Para la asociación, el hecho de que este cambio horario reciba de forma errónea el nombre de «horario de invierno» condiciona a la ciudadanía «por sus connotaciones» en el contexto del debate social de verano-invierno que siempre se establece en el asunto y además «no solo corresponde a esa estación».
«Hay que evitar demonizar las horas de oscuridad, que al final son las que empleamos para descansar y de pensar que solo son ‘guays’ las horas de sol», ha indicado. Además, ha argumentado que este cambio de hora «intenta mimetizar el cambio natural que tiene el ciclo día-oscuridad en nuestra latitud» lo que, a su juicio, es una razón «más importante» para cambiar de hora que la del ahorro energético, como se argumenta en la actualidad. En este punto, ha hecho referencia a 1810, cuando las Cortes de Cádiz se reunían a una hora en verano y a otra distinta en invierno, antes de la existencia de la corriente eléctrica y, por tanto, de que fuera posible ahorrar energía con ello. De hecho, ha recordado que, en la práctica, la sociedad occidental no se rigió «masivamente» por el reloj hasta el siglo XX y que la primera hora oficial española data de 1901.
Por su parte, la coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño, María José Martínez Madrid, ha explicado que el horario de invierno «prepara» mejor al cerebro y reloj biológico a la hora de acostarse y levantarse que el de verano. «Este horario de invierno nos va a ayudar a ir preparando ese momento, el inicio del sueño. Es mejor que las horas de luz estén por la mañana que por la noche. Cuanto más adelantado esté el horario de luz, más se adelantarán nuestros ritmos y más adaptados estaremos a la hora de ir a dormir», ha subrayado.
En este sentido, ha indicado que cuando se altera el ritmo del sueño, éste no es tan reparador porque no pasa por todas las fases y puede provocar irritabilidad y menos empatía al día siguiente. «¿Qué relación tiene esto con el cambio horario? Que cuando hacemos un cambio de una hora, como es el cambio horario que hacemos dos veces al año, normalmente tardamos una semana en recuperar completamente todo nuestro ritmo», ha detallado. «El cambio de traduce en que al final o retrasamos nuestro momento de irnos a dormir, como a muchos les pasa, porque tienden a ser vespertinos, o aquellas personas que mantengan su horario de sueño van a tener una hora más para dormir. Con lo cual nos es bastante más fácil adaptarnos a este horario que al horario que cambiamos en mazo», ha enfatizado.
Por su parte, el expresidente de ARHOE y actual socio director Grupo Tempo, José Luis Casero, ha puntualizado que si se mantuviese permanentemente el horario de verano, este no afectaría al número de horas de sol, sino que repercutiría en la distribución de horas de luz y de oscuridad a lo largo del día. En cualquier caso, ha señalado que, con dicho horario, España está dos horas «por delante de lo que debería», ya que tiene un huso horario acorde al de Berlín y no al del meridiano de Greenwich, el que le corresponde por situación geográfica, hecho que provoca una «anomalía». «Lo ideal sería dejar el cambio que ahora vamos a hacer, pero que no se tocase. Que se mantenga el cambio horario que va a efectuarse ahora y que no cambiase en marzo», ha argumentado.
«Al final España es una anomalía, no ya solo por el tema horario, sino por el modo de vida. Somos posiblemente el país de la Unión Europea que menos duerme, porque evidentemente si el ‘prime time’ televisivo acaba a la una y media de la mañana, dormimos poco, nos levantamos cansados, somos menos productivos (…) Nosotros hablamos muchas veces de la pobreza de tiempo, de no tener tiempo para nada», ha añadido por su parte César Martín. Esto provoca un «círculo vicioso», según el presidente de ARHOE, que genera problemas directos de salud, conciliación o productividad, pero también indirectos como elevada tasa de abandono escolar, incremento de divorcios o descenso en la tasa de natalidad.
Estoy de acuerdo. Prefiero el horario de invierno….
No es normal que a las 22h sea de día por mucha terraza que haya en la calle.
Tenemos horario de chiringuito