«Las muestras que dicen ser del Castillo de Salas no lo son ya que hay mezclas de múltiples carbones de diversos rangos y el barco sólo traía 4 carbones diferentes», asegura la responsable del INCAR Isabel Suárez

Directa, contundente, brillante es la manera en la que Isabel Suárez Ruíz, responsable del Grupo de Investigación del Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbón (INCAR) dependiente el CSIC especializada en petrología orgánica, ha rebatido esta mañana, punto a punto, dato a dato, el contrainforme que la Autoridad Portuaria presentó en mayo de 2021. Elaborado por Germán Flor y Félix Mateos, miembros de la empresa de asesoría geológica GEA, este informe atribuía el origen de las manchas de carbón del arenal de San Lorenzo a los restos sedimentados en las bodegas del buque mercante Castillo de Salas, hundido en 1986.
Acompaña por el edil Aurelio Martín, Isabel Suarez tachó de equivocados, tergiversados y mal interpretados todos los datos y las conclusiones aportadas en el informe encargado por la Autoridad Portuaria. La experta en petrología convocó a todos los medios para desmontar cada argumento de dicho estudio, después de que el informe elaborado por GEA cuestionara veladamente el trabajo desarrollado por el equipo de investigación del INCAR que determinó que la contaminación de la arena y las aguas de la bahía de San Lorenzo procedían de la carga y descarga de carbón en la central de graneles de El Musel, antes, durante y después de que se hundiera el Castillo de Salas. «Lo que realmente invalida el contrainforme encargado por la Autoridad Portuaria de Gijón es el hecho de que los autores ni siquiera han cumplido con el objetivo prefijado por ellos, que era efectuar una comparación entre los carbones presentes en el arenal de San Lorenzo y los procedentes del Castillo de Salas», explicó a lo largo de una hora, a través de diapositivas que destapaban los recurrentes contradicciones técnicas en las que incurría el estudio firmado por Germán Flor y Félix Mateos.
En el resumen del análisis ofrecido, Isabel Suárez argumentó que los investigadores, doctores en geología pero no en petrología, no han podido probar ni demostrar que las muestras que dicen haber tomado en el Castillo de Salas, para su comparación con las del arenal, sean efectivamente de ese barco: ni hay fotos o imágenes, ni hay coordenadas de situación que lo prueben. Por otra parte, el informe sí demuestra aunque lo oculta que «las muestras que dicen ser del Castillo de Salas no lo son ya que hay mezclas de múltiples carbones de diversos rangos y el barco sólo traía 4 carbones diferentes».

Isabel Suárez fue implacable durante toda su intervención. «Se han detectado muchos datos e informaciones mal gestionadas, datos e informaciones procedentes de una literatura que no citan y que se han tergiversado en el contrainforme, todo ello para intentar denostar los informes INCAR 2020 y 1956». Según la experta del CSIC, la comparativa que hizo GEA estaba desde el principio mal hecha porque sólo compara mezclas de carbones del arenal de San Lorenzo y mezclas de carbones del fondo de la bahía.
Una vez conocido este último análisis queda por saber qué hará el Ayuntamiento. De momento, Aurelio Martín no quiso hacer más valoración que cuestionar, con cierta ironía, que una administración (la Autoridad Portuaria) encargue informes contra otra administración (el Ayuntamiento de Gijón). En el futuro quedará por determinar si Ana González adoptará algún papel beligerante en el consejo de administración de la Autoridad, donde es vicepresidenta y vocal. Lo mismo cabe decir de otros miembros del consejo en representación del Principado de Asturias y del Estado.
Por Víctor Guillot
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