Podemos presenta un decálogo de medidas para potenciar el compromiso municipal contra las emisiones nocivas del Puerto apoyado por todas las fuerzas, salvo Vox, mientras en la calle se manifestaba medio centenar de gijoneses
Pocas veces ha sido posible ver un consenso casi absoluto de las fuerzas políticas de Gijón ante el vasto problema de la contaminación… Pero este miércoles, en el marco del Pleno ordinario de febrero, esa excepcionalidad se ha producido. Todas las fuerzas políticas representadas en la sesión, salvo Vox, han dado su aprobación a un decálogo de medidas planteadas por Podemos para reafirmar el compromiso del Ayuntamiento en la lucha contra la polución en la ciudad, con el puerto de El Musel como principal blanco. Y ello mientras a escasos metros de la estancia en la que los representantes políticos debatían, en la Plaza Mayor, medio centenar de integrantes de la Plataforma Contra la Contaminación de Xixón se manifestaban acaloradamente, exigiendo una pronta resolución de la cuestión.
Olaya Suárez, edil de Podemos, ha sido la encargada de detallar la batería de medidas, un conjunto, a su juicio, «asumible para cualquier Gobierno», repleto de acciones ya conocidas, pero no por ellos menos oportunas. Involucrar y comprometer al resto de agentes implicados, y reafirmarse en el combate contra la llegada de empresas contaminantes son, quizá, dos de las más generales; al menos, en contraste con otras más concretas, como la actualización del Protocolo de Actuación en Episodios de Contaminación del Aire en la Zona Oeste, previo debate en el Consejo Sectorial de Medio Ambiente; el aumento de medios para la Unidad de Vigilancia Ambiental de la Policía Local, o la autorización a esos agentes, por parte del Principado, para que accedan a las empresas sospechosas. A partir de ahí, la atención del documento se centra en la Autoridad Portuaria a la que se exige el cumplimiento del plan de acción contra la proliferación de partículas en suspensión, la inversión de parte de su presupuesto en acciones medioambientales, y la redirección de parte del tráfico de camiones de la avenida Príncipe de Asturias al túnel de Aboño. Por último, Podemos anima a instalar paneles informativos de niveles de contaminación en la Zona Oeste, y aumentar las campañas para estudiar la calidad del aire.
Harta de la «poca valentía» del Consistorio, y de que se anuncien «convenios y pactos muy rimbombantes, pero que no se cumplen», Suárez ha llamado al cierre de filas ante una problemática real; la misma que propicia que «en Asturias tengamos más del doble de muertes por contaminación del aire que en el conjunto del Estado». Su atención, lógicamente a la vista del tono del decálogo, se ha centrado en el Puerto, que es «de administración pública, pero que no se comporta como tal», y al que ha exigido que «nos devuelva una pequeña parte de lo que le hemos dado. No queremos caridad, ni condescendencia». Por último, ha hecho un llamamiento al Gobierno autonómico en relación con el vial de Jove, rogándole que «también se implique, porque está claro que su dejadez nos ha traído hasta aquí». Sus palabras han encontrado apoyo en su homólogo de Izquierda Unida (IU), Javier Suárez Llana, consciente de que «la Autoridad Portuaria es uno de los motores de esta ciudad y le debemos mucho, pero también es la Administración en territorio municipal menos transparente que existe». También el PSOE se ha alineado con los anteriores, si bien «con matices», como ha acotado un José Ramón Tuero seguro, eso sí, de que «posible ir avanzando poco a poco en medidas como esta».
«Ustedes no creen en ello. El único protocolo es rezar para que llueva», claman los vecinos
La sorpresa ha llegado cuando el concejal de Medio Ambiente, el popular Rodrigo Pintueles, ha dado su apoyo, sentenciando, aun con reservas, que «no vamos a resignarnos a asumir que 40.000 gijoneses estén respirando aire contaminado». Y no sólo eso; la alcaldesa, la forista Carmen Moriyón, ha alzado la voz para acotar que «sólo hay dos caminos con las empresas: si los datos salen mal, hay que volver a sentarse, y si salen aptos, hay que colaborar con las inspecciones con los medios que tenemos». Todo ello, no sin antes reprochar a Suárez su referencia a la valentía del Ayuntamiento, y recordarle que fue bajo mandatos de Foro «que se echó abajo el vertedero del Estrellín, que sugirió la Unidad de Vigilancia Medioambiental, que pusimos en marcha una estación de medición móvil, y que se aprobó la Ordenanza de Medio Ambiente». El contrapunto lo ha entonado la edil de Vox, Sara Álvarez Rouco, crítica con que la mayoría de contenidos del documento «no intervienen sobre los principales focos contaminantes», y que, por ello, ha pedido una votación por puntos; su solicitud no ha sido aceptada.
Entre tanto, en la Plaza Mayor, casi cincuenta vecinos, armados de pancartas y panfletos, clamaban por una adopción de soluciones urgente para poner coto al problema. Al son de consignas tan pintorescas e incisivas como «¡Nos matan a polvos!», «¡No nos deis por el ano con el aire sahariano!» o «¡Moriyón nos jode a contaminación!», los congregados han revisado algunos de los lugares de la ciudad en los que la polución se ha vuelto más intenta, como la calle Ezcurdia, avenida de la Constitución o la calle Ramón González Fernández. De hecho, uno de los portavoces de la Plataforma Contra la Contaminación de Xixón, José Luis Rodríguez Peón, ha sido el encargado de abrir hoy el debate político. Y lo ha hecho, dada su condición de veterano de esa cruzada vecinal, mediante una intervención marcada por el agotamiento, el desánimo y la desesperanza ante una actitud, la de las Administraciones que «no ataja el problema sino para despistar a aquellos que protestamos».
En esa misma línea, González ha reprochado a los miembros del Pleno que «no creen en ello. El único protocolo es rezar para que no llueva, y limitar el tránsito de graneles sólidos por la avenida Principado». Y se ha despedido haciendo un llamamiento general a la implantación de «un plan de verdad, que plasme la apuesta firme por tener una industria planificada y sostenible, y no una cosa a cualquier precio».